Leopoldo Maler, secretos de la instalación
Es pionero mundial en instalaciones y ha aportado a evolución de la plástica criolla
Alfonso Quiñones
SANTO DOMINGO. Que Leopoldo Maler haya ofrecido una charla sobre las instalaciones el pasado 15 de noviembre en la Galería Fundación El Valle, es bueno pero no es noticia.
A fin de cuentas han pasado más de dos semanas cuando envían la nota. Lo realmente importante es que el maestro Leopoldo Maler sigue en República Dominicana.
Cuando alguien escuche la palabra instalación o performance, en el ámbito de la plástica, sepa que el pionero en el mundo es Leopoldo Maler, un argentino radicado aquí hace años, quien con su memorable Silencio (1971), abrió un nuevo camino en las artes visuales.
La obra pudimos verla hace unos años en aquella hermosa iniciativa del hotel Lina que brindó las habitaciones de dos pisos bajos para convertirlas en una gran galería, donde cada habitación era ocupada por un artista. Según Maler, cuando una imagen o un sueño huye del marco tradicional al espacio exterior se corporiza en una “Instalación”.
Y es verdad que hay mucha chapucería, pero también excelentes ejemplos, como el que ilustra este texto, pariente de Silencio, al menos en intención.
Alfonso Quiñones
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