Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Criticarte
Criticarte

Turismo y Cultura

Expandir imagen
Turismo y Cultura
Interior del Faro a Colón.

SANTO DOMINGO. El Faro a Colón está apagado. Por dentro y por fuera. No es de ahora. Es de hace mucho tiempo. ¿Alguien recuerda la última vez que encendió el poderoso faro cenital que señala al cielo? ¿Harán diez años? ¿Acaso más? La última vez que estuve allí, no había luz adentro. De eso hace cinco años. Nos encaminamos por los más penumbrosos salones, que mostraban, entre rayos de luz escapados, objetos de diferentes países. Lo que más recuerdo es la urna que está a la entrada y a su izquierda un cuadro, en lo alto, de lo mejor que ha pintado mi admirada Elsa Núñez.

Me cuenta Denis Rivera, editor de fotografía del periódico, que estuvo hace pocos días allí y que le insistieron en cobrarle la entrada, a pesar de no haber luz, solo para entrar y tomar una foto y salir de una vez: cuestión de un minuto, si acaso: RD$125.00.

Por estos días apareció una niña de 13 años asesinada en un terreno baldío cerca del faro, y una mujer fue asaltada en su parte frontal a plena luz del día.

El Ministerio de Turismo, el Ministerio de Cultura y la Alcaldía siguen perdiendo el tiempo con la capital. Y urge una activa Comisión de Cultura y Turismo que presione porque las instituciones funcionen. El Faro a Colón es un atractivo turístico, y he visto en el pasado, no sé si se mantienen, guaguas llenas de turistas rusos y de otras nacionalidades, que van en busca de la historia. Cerca de esa zona está también la primera capilla de América, donde no hay absolutamente nada y que muy bien pudiera ser centro de interés para el turismo, si se le escribe una leyenda y se le monta una museografía contemporánea, con videos e ilustraciones imaginando cómo era entonces.

Sé que hay un interés en construir un ¿anfiteatro? en el monumento a Fray Antón de Montesinos. En realidad allí lo que hace falta es hacer un museo (del cual sé que había una intención, con objetos donados por algunas personalidades e instituciones), y convertirlo en otro centro de interés turístico.

Al histórico y necesario teatro Agua y Luz, hay que cambiarle el nombre por Seco y Apagado.

Vivimos en una ciudad que atesora interesantes historias para el turismo internacional. Y falta articular un circuito que de verdad sea de fácil acceso, seguro, con diseño y tecnología actuales, que sea capaz de integrar al turismo internacional y captar cientos de miles de dólares por este concepto, a favor de la ciudad y de las instituciones culturales. Por lo que veo –ojalá no sea así- falta sensibilidad de las partes, unión y claridad. Pero sobre todo falta manos a la obra.

alfonsoquinones@gmail.com

TEMAS -