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Ejemplares de tortugas carey dominicanas emigran a Centroamérica

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Ejemplares de tortugas carey dominicanas emigran a Centroamérica
Las tortugas del experimento fueron liberadas por personal del Acuario Nacional.
SANTO DOMINGO. Me quejaba hace algunos meses ante varios colegas del hecho absurdo de que en nuestro país, aunque está prohibido matar o capturar tortugas marinas, se permite vender objetos hechos con su concha, como si se tratara del pelo de un mamífero o las plumas de un ave, recursos que pueden ser aprovechados sin matar al animal.

Alguien alegó, a manera de justificación, que detrás de ese negocio había intereses muy poderosos, un poder "fáctico" tan fuerte que ni siquiera el gobierno podía enfrentar. Hechos recientes parecen demostrar que el obstáculo no era la fortaleza del poder fáctico sino la falta de voluntad política. En menos de cuatro meses, el actual secretario de Medio Ambiente, simplemente aplicando la ley ha logrado detener un comercio ilícito que había diezmado a las tortugas marinas durante décadas.

La creencia de que no se podía enfrentar el omnipotente poder fáctico era un ejemplo más de lo que se conoce como "autoprofecía" o "profecía que se cumple en sí misma". Como estoy convencido de que es imposible prohibir este lucrativo negocio, no hago nada por detenerlo y los resultados parecen confirmar mi pronóstico, pues el negocio continúa. Pero esto no ocurre porque mi profecía sea válida, sino porque mi fe ciega en ella me paraliza.

La campaña de la Secretaría ha sido tan exitosa, que la Red de Conservación de Tortugas del Gran Caribe (Widecast) envió una carta al Dr. Fernández Mirabal, en la cual lo felicita "por dar pasos firmes en la aplicación de las leyes nacionales existentes que protegen a las amenazadas tortugas marinas. Nos alegramos enormemente al enterarnos que a partir del pasado mes de octubre la Secretaría ha realizado importantes esfuerzos para erradicar la venta ilegal de conchas de carey en las tiendas para turistas. La carta la firman la presidenta ejecutiva de Widecast, Dra. Karen Eckert, la Dra. Yolanda León, coordinadora Nacional, y representantes de 20 países miembros.

A partir del verano del 2008, un grupo de investigadores dominicanos e internacionales colocaron transmisores de satélite en tortugas carey que anidan en la isla Saona para seguir sus movimientos. El carey es una especie en peligro crítico de extinción, por eso es muy importante saber dónde están para protegerlas. En nuestro país sólo anidan unas 25 tortugas cada año en la isla Saona, en el PNE y éste es el máximo a nivel nacional.

Se han colocado siete transmisores en tortugas que anidaron en Saona y en una que anidó en San Pedro de Macorís. Las tortugas se han bautizado como: Paulina (por Pelagio Paulino de Saona), Adamanay (nombre Taíno de la isla), Yovalina (por Yoval de la Cruz de Saona), Blanquita Turbí (por Blanco Pérez Turbí, de Oviedo), Yvonne (por Yvonne Arias), Ohiana y Yolanda (por dos investigadoras del proyecto) y Mirabal (por las hermanas Mirabal y por el Dr. Fernández Mirabal

Gracias a la tecnología satelital, podemos saber dónde viven las tortugas que vienen a anidar al país, para así establecer las necesidades de protección que necesitan en toda su ruta migratoria. Sólo dos tortugas se quedaron en RD: Yovalina al sur de Punta Salinas y Blanquita en el canal de Beata. Cuatro de las tortugas marcadas viajaron a las aguas de la plataforma de Nicaragua y Honduras. Yvonne y Mirabal viajan todavía y parecen dirigirse a Bahamas y Puerto Rico. guerrero.simon@gmail.com