“El cine es un medio para directores y el teatro es para actores”
La actriz espera traer al país la obra “Las García” que presenta en Los Ángeles
Jeury Frías
SANTO DOMINGO. Perseguir un sueño conlleva sacrificios: dejar (en algunas ocasiones) su zona de confort y levantarse cada vez que se sufre una caída.
Gabriela Ortega es una actriz dominicana de cine y teatro formada en Los Ángeles, Estados Unidos, que ha asumido esta filosofía haciendo de la constancia su baluarte.
En una conversación con Tiempo Libre, la también productora, quien ganó con el corto “Safe Haven” en la competencia de cortos del “Sundance Ignite” 2018, dio detalles de sus próximos proyectos, sus inicios en la actuación y su compromiso social.
—Siendo inmigrante dejas muchas cosas atrás, ¿qué has sacrificado por perseguir tus sueños?
Bodas, eventos familiares, lutos, duele mucho estar lejos porque amo a mi familia, todo lo que hago es para elevar nuestro nombre, para que se sientan orgullosos de mí... Hay que pagar un precio por los sueños, pero al final vale la pena.
—¿Qué proyectos te traen a la República Dominicana?
Vengo a presentar el Proyecto audiovisual “Un acto de rebeldía al día”, que alerta sobre las agresiones y muestra como esas pequeñas acciones diarias, pueden salvarte la vida. Es un corto que fue estrenado el pasado jueves 4 de enero y busca alertar a la mujer sobre la violencia de género. Lo he realizado junto a Isabella Bretón y Nicole Coiscou, y buscamos hacer un movimiento más grande para orientar a la mujer a través del cine y el teatro.
Además, quiero presentar aquí la puesta teatral “Las García”, que he presentado con éxito en Los Ángeles y deseo traerla a casa.
—Y luego, ¿qué sigue?
Luego de esto, vuelvo a Estados Unidos para retomar proyectos teatrales, entre ellos la obra Love sick, que involucra mucho movimiento, danza física, poesía y muchas audiciones. Quiero hacer un tour de mi obra teatral por América Latina y las demás ciudades estadounidenses; quiero escribir y actuar en el cine de mi país y traer propuestas de largometrajes para grabarlos aquí y mandarlos internacionalmente para levantar el cine dominicano con voces nuevas.
—¿Cómo te inicias en el mundo de la actuación?
Desde pequeña siempre fui muy interactiva, creativa y he hablado mucho. Entonces, para callarme la boca, mis padres me pusieron en clases de actuación, de pintura... de todo. La verdad es que me siento muy agradecida con mi familia, porque me ha dado rienda suelta para que esté en el arte. Pero siempre he tenido una afinidad por crear; me encanta dar, hacer a la gente feliz y compartir con las personas. Si quieres saber algo de mí, es que a mí me encanta conocer personas, me encanta escuchar, soy muy curiosa, y de ahí viene ese deseo de abrir puertas a la gente y darle alegría a la gente.
—¿Qué le hace falta al cine y el teatro dominicano para llegar a niveles de otros países?
Diferentes formas, entender que existen diversas maneras de hacer cine y de hacer teatro, un teatro y un cine alternativo. Y hay ese tipo de teatro en el país, lo que pasa es que no se dan tantos recursos para ese tipo de teatro. Ahora hay una iniciativa de micro teatro que se realiza en la Ciudad Colonial, esas son iniciativas chulisimas, porque abren oportunidades para gente nueva, y gente que necesariamente no le gusta el arte, porque tenemos diferente público, que ven una cosa en quince minutos, y luego quieren volver. Me gustaría ver nuevas historias, que no sea un teatro exclusivamente clásico. Quiero ver más guionistas dominicanos hablando de las experiencias nacionales, pero no solamente de comedias jocosas sino de esas historias con peso, de género, de sexualidad, temas más tabús. Necesitamos tener conversaciones más incomodas en el cine y el teatro dominicano.
Siento que muchas cosas se quedan por arriba, necesitamos buscar en las raíces.
El cine y el teatro son dos medios maravillosos, pero son muy diferentes, y hay que tratarlos de forma diferente, considero que el cine es un medio para directores y el teatro para actores, es más fácil que un director saque en el cine un personaje con directrices, buenos efectos y un adecuado sonido, que en el teatro, ahí eres o no eres actor. Por consiguiente creo que el teatro debe explorar más las historias que necesiten una carga mayor de interpretación, que no quita que en el cine también se haga, solo hay que saber como hacerlo.
— ¿Qué haces en tu tiempo libre?
Yo vivo por un cafecito, sentarme con calma y tener una buena conversación es lo que más disfruto en el poco tiempo libre que tengo. Además, me gusta leer, ver una serie de Netflix, ir al cine, al teatro y disfrutar de museos. Me encanta ver arte y muchas veces hacerlo sola.
— Muchos actores suelen criticar a sus colegas cuando están en escena, aunque sea inconscientemente, ¿te ha pasado a ti?
El público es más inteligente de lo que le damos crédito, aunque no sepa expresarlo en palabras, sabe cuando algo es o no es real, tenemos eso innato todos. Como actriz yo puedo identificarlo más fácil, pero yo soy de las que les gusta ir a los sitios y disfrutar. No se puede juzgar tanto, porque si yo voy a ver una producción de gente de mi edad, quien soy yo para estar criticando, si estoy viendo unos master, me pongo a tomar notas..., ahí uno ves opciones para mejorar, hay que entender las formas para querer cambiar. Al teatro yo voy a prestar atención, a absorber todo.
— ¿Cuáles actrices admiras, tanto del país como del extranjero?
Una de mis madres de la actuación aquí fue Laura García Godoy, una mujer rebelde, fuerte que siempre me enseñó a decir lo que pienso, y dejar de hacerme la graciosa para enfocarme en el rol que estoy asumiendo. Admiro también a María Castillo, estudié con ella en clásicos, me enseñó a ser más disciplinada. Otra es Judith Rodríguez, que no he podido trabajar con ella todavía, pero que me encantaría, porque creo que está haciendo un trabajo increíble, muy fuerte y con un punto de vista muy claro. Del extranjero Salma Hayeck me inspira bastante, una mexicana que ha abierto puertas para nosotros. Reese Witherspoon, quien tiene su propia compañía y también es actriz, abriéndole puertas a otras personas, ese es el tipo de actriz que quiero ser.
—¿Qué disfrutas más actuar o producir?
A mi la actuación me encanta, porque es mi pasión, esa sensación de estar actuando es algo mágico, indescriptible y es el momento en el que tengo más paz interior, pero hay veces que no puedes hacer los personajes que quieres, porque en Estados Unidos que es el mercado en que me muevo, las oportunidades son muy limitadas y más que como latinos nos pintan de forma diferente, por eso me gusta la producción y el guionismo, porque puedo crear y actuar en mis propias historias.
— ¿Sufriste discriminación por ser latina en Los Ángeles?
Yo llegué a Estados Unidos con los ojos llenos de esperanzas, con Hollywood en la mente, pero una vez allá me di cuenta que la realidad era diferente, estaba en una clase donde era la única latina de casi 20 estudiantes, y llegué a sentir vergüenza de mi acento, y temía que se me escapara una palabra en español o pronunciar mal el inglés. Me tocó una profesora que me dio el pero consejo de la vida: Tu tienes que volverte una paleta neutra, me dijo, tienes que hablar el inglés neutro y cambiarte el nombre, porque suena muy latino, y si quieres llegar debes hacerlo, pero agradezco esa experiencia, porque gracias a una amiga asiática que se sentó conmigo y me dijo no te lleves, tu tienes que ser tú, todo el mundo tiene un camino diferente, no dejes que te cambien, pero de ahí empecé a cambiar, y decir y si en vez de mostrar menos de mi cultura muestro más. Entonces en la universidad abren audiciones para una obra que se llamaba Ana en el trópico, y me esmeré por obtener ese papel y lo obtuve, a partir de ahí comencé a ver otra visión con actores latinos y las oportunidades se fueron presentando.
— Finalmente, un mensaje a los jóvenes que al igual que tú están tras sus sueños, en este caso en el mundo de la actuación.
Yo les diría que estudiar es importante, leer, ser humilde en ese sentido, entender que aunque tú seas talentoso tienes mucho que aprender, buscar esas personas que admiran, esos mentores, hablarles, buscarles con agresividad, muchas veces quieren ayudar y no nos acercamos por miedo o vergüenza. Lánzate con todo con el corazón abierto, pide, busca gente, ponte donde te vean, hazte ver, que no te silencien, siempre visible, que no te apaguen la luz, si peleas, luchas y lo buscas con esas ganas lo consigues.
* Fotos, video y edición: Danelis Sena
Jeury Frías
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