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Una cosecha de verbos

Envíe sus comentarios y/o preguntas a la Academia Dominicana de la Lengua en esta dirección: consultas@academia.org.do

Si hay algo que impresiona a los que se deciden a estudiar español como segunda lengua es la conjugación verbal. Nuestro sistema verbal es complejo y su dominio exige esfuerzo e interés. Incluso muchos hablantes de español como lengua materna vacilan al conjugar. O si no, analicen conmigo estos ejemplos.

Suelen ponernos en aprietos los verbos que presentan alternancia entre vocales y diptongos en su raíz. Veámoslos más de cerca. Un verbo se compone de una raíz y de una terminación verbal. Así, podríamos analizar cantar en su raíz (cant-) y su desinencia (-ar).

Los verbos irregulares a los que nos referimos hoy llevan vocal en su raíz en algunas de sus formas mientras que en otras cambian esta vocal por un diptongo. Nos sentimos inseguros al usar en presente verbos como renovar, volcar o nevar. ¿Decimos yo renuevo o yo* renovo, *neva o nieva? Por supuesto dudamos más en verbos de uso poco frecuente. Para evitarlo basta seguir una conjugación modelo de un verbo de uso habitual. Elijan contar o jugar. Díganlos en tiempo presente (cuento, cuentas, cuenta, cuentan/ juego, juegas, juega, juegan) y verán cómo las sílabas tónicas (con acento) de su raíz cambian la vocal por el diptongo, mientras que si la raíz es átona la vocal se mantiene (contamos, jugamos).

Estos verbos irregulares tienen una regularidad propia. Prueben a aplicar esta regla, por ejemplo, a renovar o volcar y verán que siguen el mismo modelo: diptongo en la raíz tónica (renuevo, renuevas, renueva, renuevan/ vuelco, vuelcas, vuelca, vuelcan) y vocal en la raíz átona del presente (renovamos/ volcamos).

Conocer nuestra lengua nos ayuda a usarla mejor y a sentirnos más confiados al expresarnos. Es una tarea de cada día cuyos frutos maduran con el tiempo pero que podemos ir cosechando con cada palabra.

María José Rincón

Twitter: @Letra_zeta