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Restauración
Restauración

Historiador Adriano Miguel Tejada explica las causas de la Anexión a España y de la Restauración

SANTO DOMINGO. El historiador Adriano Miguel Tejada explicó que la Anexión de la República Dominicana a España fue posible por las especiales circunstancias que se vivían en la nación europea y en los Estados Unidos y que la Restauración fue el resultado de la movilización interna de ingentes recursos económicos y patrióticos, unidos a la circunstancia de que Haití decidió apoyar la causa dominicana por puro interés nacional frente a la amenaza europea.

Dijo que la Anexión y la Restauración de la Independencia dominicana se dieron en un contexto internacional explosivo con el intento de España de recuperar sus viejas glorias, la guerra civil en los Estados Unidos, la intervención europea en México, los primeros conatos de independencia en Cuba y Puerto Rico, ambas gestas inspiradas por lo que ocurrió en Santo Domingo, la unificación de Italia, la formación del imperio alemán, la guerra del Pacífico entre España, Perú, Chile, Ecuador y Bolivia, y otras graves complicaciones internacionales.

Al pronunciar una conferencia magistral sobre “La Anexión y la Restauración en el contexto de los años de 1860”, en una sesión solemne realizada ayer por la Academia Dominicana de la Historia, el director de Diario Libre, acotó que al iniciarse la década de 1860 cuatro grandes jugadores incidían en la suerte de las Américas y el Caribe y, particularmente en tierra dominicana.

El contexto internacional

Explicó el rol de Inglaterra, dueña de los mares, que había realizado una revolución industrial sin paralelo en la historia de la humanidad. Indicó que a causa de su poderío económico, esa nación europea fue la gran beneficiaria de la independencia americana y, en relación al caso dominicano, mantuvo relaciones consulares y sirvió de mediadora en nuestro conflicto con Haití.

“Francia (fue) la otra potencia europea con grandes intereses en las Antillas y América. Por un tiempo dominó la isla entera y finalmente la Parte Este y durante el período de la independencia sus enviados coquetearon con el protectorado de nuestro país y no había desistido de sus aspiraciones con relación a Haití”, agregó.

Precisó que Estados Unidos era entonces una potencia en expansión, que quería frenar la influencia europea en América, pero que se encontraba en un peligroso momento de su historia amenaza por la división.

Respecto a España, el historiador, quien es miembro de número y vicepresidente de la Academia Dominicana de la Historia, indicó que trataba de revivir sus viejos lauros y mantenía la posesión de dos de las Antillas Mayores, Cuba y Puerto Rico, y no veía con malos ojos expandir su influencia en la región.

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Acciones de Santana

Todos conocemos las razones que impulsaron a Pedro Santana a solicitar la anexión de nuestro país a España. La anexión, como razona don Pedro Troncoso Sánchez, fue un recurso para trasladar “al centro imperial ultramarino la querella doméstica”, agregó el historiador y abogado.

Explicó que vuelto Santana al poder en 1858, luego de traicionar la revolución cibaeña de 1857, y de su enemistad irreconciliable con Buenaventura Báez, envió a España a Felipe Alfau en 1859 a buscar un acuerdo, pero que ante la lentitud de las tratativas, el caudillo se dirigió directamente a la reina Isabel II el 27 de abril de 1860 y menos de un año después, el 18 de marzo de 1861, había proclamado la anexión del país a la Madre Patria.

“Van a ser precisamente estos factores de poder, la popularidad de Báez, la agonía de la sociedad hatera, la relativa riqueza del Cibao en aquella sociedad empobrecida, y la grave crisis económica a consecuencia de la revolución cibaeña traicionada por Santana, los que se van a constituir en los factores decisivos internos de la Anexión”, dijo.

Tejada precisó que, sin embargo e independientemente de las razones locales, no hay dudas de que el afán español de revivir sus viejos lauros imperiales, y el conflicto interior de los Estados Unidos fueron fundamentales, por el lado externo, en la consecución de la entrega de la soberanía dominicana.

Conflictos de España

Desde el punto de vista del historiador, para entender el proceso por el que pasó España hay que remontarse a los acontecimientos de la Revolución Francesa que culminaron con la ocupación napoleónica de España, la subsecuente abdicación del rey Carlos IV en Bayona y la imposición del hermano de Napoleón, José Bonaparte, como rey de España.

“Esta expansión francesa obligó a Inglaterra a formar una “Tercera Coalición” junto a Austria, Rusia, Nápoles y Suecia para enfrentarla. La respuesta franco-española fue formar una “Armada Invencible” para destruir el poderío naval británico e invadir la isla británica. El enfrentamiento, uno de los más importantes de la historia de la guerra naval, tuvo lugar el 21 de octubre de 1805 frente a las costas del cabo de Trafalgar, cerca de Cádiz, con derrota para la armada franco-española”, expresó.

Dijo que cinco años después se inicia el proceso de independencia de las naciones sudamericanas que encontró a una España derrotada, sin barcos ni condiciones para dar una batalla a la altura del reto que enfrentaba y que culminaría dejando solo las posesiones caribeñas y del Pacífico en manos de la nación ibérica.

Manifestó que bajo estas condiciones se inicia el reinado de Isabel II, y que a la muerte de Fernando VII, el 29 de septiembre de 1833, su esposa, María Cristina de Borbón-Dos Sicilias asume la regencia dada la minoría de edad de su hija Isabel.

“Entonces, España estaba dividida en dos bandos políticos, los liberales y los absolutistas y una gran presencia del sector militar, del cual saldrían prácticamente todos los jefes de gobierno del período ante la incapacidad de una reina que no gustaba de los asuntos de Estado”, añadió.

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Parte del público, en la conferencia. (JOHN ESCALANTE/DIARIO LIBRE)

Luchas intestinas

Tejada dijo que la España del período 1833 a 1850 fue una nación que vivió guerras intestinas, pugnas reales, corrupción y una gran inestabilidad política, hasta el año 1856 cuando se inicia el gobierno de la Unión Liberal que va a producir la Anexión de la República Dominicana.

En el territorio de la península, agregó, el gobierno de la Unión Liberal va a realizar grandes inversiones en obras públicas incluyendo el desarrollo del ferrocarril, y logrará aprobar importantes leyes modernizantes en su afán de poner a España a la altura de las más importantes naciones europeas.

Expresó que política exterior, el gobierno liberal realizó numerosas acciones “de prestigio” o de “exaltación patriótica” que redituaron en un gran apoyo popular para la administración, sobre todo la llamada “guerra de África” de 1859 que consolidó las posiciones de Ceuta y Melilla hasta el día de hoy.

Agregó que estas acciones y otras fueron posibles gracias al tratado de la Cuádruple Alianza, firmado entre Inglaterra, Francia, España y Portugal el 22 de abril de 1834 que las comprometió a participar en acciones en Asia y América.

Otros intentos anexionistas

El expositor rememoró el intento de José María Cabral de anexar la República Dominicana a los Estados Unidos, cuando apenas se amanecía de la Restauración, la vuelta al poder del conservador Buenaventura Báez por seis años, único caudillo nacional viviente luego del fallecimiento del general Santana en 1864, en cuyo período se produce la firma del empréstito Hartmont, cuyos efectos se sintieron hasta bien entrado el siglo XX y un par de años más tarde el proyecto de anexión a los Estados Unidos, rechazado por el Congreso de ese país.

“Es decir, contrario a lo que se ha dicho tradicionalmente, las fuerzas conservadoras que venían de la Primera República no cejaron en su afán de entregarnos a otro país a pesar de las lecciones de la guerra restauradora. Sin embargo, los prohombres de la Restauración encabezados por el ejemplo de Gregorio Luperón no dieron tregua a Báez y sus afanes entreguistas”, enfatizó.

Recordó que la lucha de los dominicanos fue seguida con mucho interés en toda América y en las posesiones españolas del Caribe y que fue la mecha que detonó los primeros intentos de independencia, en Puerto Rico con el Grito de Lares y en Cuba con el de Yara, ambos en el extraordinario año de 1868.

Tejada expresó que no hay acuerdo sobre las bajas en ninguno de los bandos, pero que hubo pocos combates formales y la guerra, a falta de otra definición, fue de baja intensidad, pero sin pausa para los españoles que no podían ni dormir en los campamentos, y que luego, los “mosquitos se encargaron del resto”.

Dijo que el sistema de guerra de guerrillas, que tuvo un mando unificado, tuvo necesariamente que dar muchas libertades a los jefes locales que cometieron toda clase de atrocidades y que al terminar la Restauración crearon las bases para el período de inestabilidad que siguió.

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