Una dominicana y su pasión por educar a niños necesitados de El Bronx
“No trabajo para los que pueden pagarme, yo prefiero servir a los más necesitados”

Claudia Gaviria Tejeda es madre, esposa, empresaria y ahora también educadora de niños necesitados. Estudio Administración Hotelera, carrera que solo ejerció por un tiempo tras descubrir que su verdadera pasión en la vida eran los niños.
Ahora, se dedica a trabajar con infantes con necesidades especiales en el norte del Bronx, una zona altamente poblada por afroamericanos e hispanos de escasos recursos.
Al emigrar a los Estados Unidos, y buscando la manera de dar rienda suelta a su pasión por la enseñanza, se certificó como maestra en el estado de New York, realizando una licenciatura en desarrollo infantil en Leeman College, una maestría en infantes en el West Side Montessori School, otra en Educación Especial en el Concordia College, y actualmente está haciendo un posgrado en programación neurolingüística para la educación.
Actualmente cuenta con 3 guarderías infantiles Montessori en El Bronx. La mayoría de los niños que tiene son afroamericanos, algunos puertorriqueños y otros dominicanos.
Aunque este es un servicio excesivamente costoso en EE.UU., Claudia asegura que no trabaja para los que pueden pagarle, prefiere servir a los más necesitados.
“Esa pasión siempre estuvo en mi corazón desde que vivía en mi país, pero cuando tuve a mi hijo más pequeño, nació también mi motor. Es así como comienzo a prepararme para poder abrir las guarderías, y al ver la necesidad de los niños de mi comunidad, me interesé en especial por los niños marginados del Bronx que no tienen acceso a una educación a ese nivel”, expresó Gaviria.

En Creative Little Hands Montessori Family Day Care Claudia trabaja con niños de bajos recursos de 0 a 3 años, mayormente afroamericanos e hispanos, donde les facilita todos los materiales y la metodología Montessori que le ofrecen a los demás niños que sí tienen que pagar por este tipo de educación.
La mayoría de estos niños llegan a Claudia por recomendaciones, y los pagos se reciben a través de la asistencia pública que ofrece el Departamento de Educación de Nueva York a los padres de los niños de escasos recursos.
“Tu das hasta donde estas capacitados”
Para Claudia, su mayor satisfacción es saber y entender que ayudando a los demás puede ayudarse a ella misma “yo he crecido mucho como ser humano”, dice Claudia, “cuando veo a un niño lograr hacer cosas que antes no podía, es algo que me llena grandemente”, expresó la dominicana.
Asegura que su proceso de adaptación a su llegada a Estados Unidos fue como el de cualquier otro inmigrante y asegura que la falta de cercanía con su círculo familiar fue algo que le afectó grandemente en sus inicios.
“Cuando uno llega no encuentra ni tiene el soporte emocional y familiar que uno tiene en su país. Aunque hay una comunidad muy grande de dominicanos en Nueva York, el ambiente y la cultura te consumen y todo el mundo vive en lo suyo. Fue un periodo de adaptación difícil y de aprendizaje, del cual tengo grandes lecciones”, dijo Gaviria.