Tres vidas destruidas por la violencia policial en las protestas de Chile
Paola Martínez abre la puerta, pero se disculpa inmediatamente y desaparece en la habitación contigua. Es la hora de las vitaminas y del cambio de muda de su sobrino, Mario Acuña. Si se demora, aunque sea solo un minuto, "el cabro se inquieta", dice.