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Un robot de grandes logros

SANTO DOMINGO.- Estudiantes dominicanos entre 14 y 18 años crearon un robot capaz de moverse hacia cualquier dirección, lanzar discos y escalar una pirámide, máquina que le permitió al Team DRIFT obtener el "Premio a la Inspiración y la Ingeniería", la mayor distinción en la competencia regional de robótica en Orlando, Florida.


La máquina fue construida en seis semanas con una medida de 21 pulgadas de ancho por 33 de largo, hecho de aluminio reforzado y fibra de carbono. Tiene una terminación impecable y un desempeño efectivo en términos inteligentes.


Pero lo que más sobresale de este grupo de 42 adolescentes es que son de distintas clases sociales y centros educativos muy disímiles. La mayoría son estudiantes del colegio Carol Morgan, pero hay dos del Politécnico Loyola y dos hembras que cursan el bachillerato en liceos públicos de sectores marginados.

Empero, los tres asesores vienen desde el Instituto Tecnológico Las Américas (ITLA), el Instituto de Formación Técnica Profesional (INFOTEP) y la Universidad INTEC. Entre ellos no se distinguen las diferencias sociales.

José Ramón Santos procede de Loyola, con una especialidad técnica en electricidad. Al llegar al taller de ensamble pensó que los estudiantes de clase media lo tratarían con diferencias, pero confesó sentirse muy cómodo con la recepción del resto de sus compañeros.

Yamilie Valerio y Vianneyi Ortega, ambas procedentes del Centro de Investigación para la Acción Femenina, comparten la misma reflexión que José. "Por ser mujeres creímos que nos iban a discriminar, pero no. Aquí todos somos iguales, y no importa de dónde venimos".

Carlos León es el capitán del Team DRIFT. No vaciló para resaltar que en dos años que llevan participando en esta competencia han hecho historias en ambas ocasiones; primero como novatos fue el primer equipo en llegar a la semifinal en 20 años que tiene el evento. Ahora lograron avanzar a la final con limitaciones marcadas de materiales y un plazo menor al de otros países para la construcción del robot.

La motivación de este grupo va más allá de lo pensado. El colegio Carol Morgan les proporciona el taller para sus creaciones, pero las herramientas, los mentores y los talleres especiales son de total responsabilidad de los estudiantes.

Crearon un fondo con el cual cubren los gastos de los entrenamientos especiales, compran las herramientas necesarias y pagan los pasajes al exterior de los estudiantes que no logren acumular suficientes recursos. Todos se comportan como una familia.

El reto ahora está pautado para finales de abril, cuando se celebre la competencia nacional en San Luis, Missouri. Y sea cual sea el resultado de esa competencia éstos adolescentes dejan una cosa clara: "seguiremos unidos, como la familia que somos".