Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Cine

El corazón de Bélgica mantiene vivo el cine mudo acompañado de piano

"Es una parte del cine que hay que conservar", dijo el conservador, Nicola Mazzanti

BRUSELAS.- La Filmoteca Real de Bélgica, ubicada en la capital del país, es una de las pocas en Europa que aún mantiene vivo el espíritu del cine mudo acompañado de piano con proyecciones casi diarias en sus salas, una práctica que forma parte de sus tareas de restauración, conservación y muestra del cine.

Con más de 75.000 títulos y 200.000 copias en su estanterías, La Filmoteca Real de Bruselas, proyecta casi de manera diaria cine mudo con piano, una práctica que hoy en día ha quedado prácticamente olvidada.

"Es una parte del cine que hay que conservar", dijo a Efe el conservador, Nicola Mazzanti.

Estas sesiones cinematográficas son posibles gracias a más de una decena de pianistas que trabajan conjuntamente con la filmoteca bruselense para evitar que esta manera de disfrutar del cine quede en el olvido, aunque Mazzanti lamentó la "menor incidencia de público en este tipo de proyecciones".

La filmoteca, fundada en 1938, es considerada un centro de estudio del cine y de exposición, donde largometrajes, documentales y cortometrajes ilustran desde los comienzos del cine con el título más antiguo que posee, una obra de 1836 de los hermanos Lumière, hasta la actualidad cinematográfica.

Para Mazzanti cada filmoteca tiene "historias diferentes aunque la esencia es la misma" y como muchas otras, como puedan ser la de Madrid o Barcelona, la de Bruselas vive para "conservar, restaurar y mostrar el cine".

Con una colección que crece cada año de media con unos 2.000 ejemplares, la filmoteca belga puede incluirse en "el grupo de las cuatro o cinco más grandes de Europa", explicó.

Además, puede presumir de ser una de las más "internacionales", pues aunque las de Berlín o Londres contengan más títulos en sus estanterías, no albergan tantas cintas de cine internacional, matizó el conservador.

Entre sus títulos no sólo cuenta con películas belgas, sino de otros países como Estados Unidos, España, Italia o Portugal.

En este sentido, añadió que al contrario de otras, como las de Francia, "la variedad de cintas en versión original es elevada" dado que Bélgica siempre ha subtitulado en dos de las lenguas oficiales del país: francés y flamenco, y por tanto mantiene el idioma original de las cintas.

Sus títulos proceden de donaciones o de depósitos legales, y desde hace cinco años todas las películas producidas en Bélgica son depositadas en la filmoteca, aunque, también reciben depósitos voluntarios ya que para los productores es una forma para que sus obras sean conservadas y perduren.

Para guardar y conservar tal cantidad de ejemplares, la filmoteca Real cuenta con 12.000 metros cuadrados, un laboratorio de restauración desde hace más de 40 años, y con un sistema de refrigeración que mantiene las cintas unas condiciones óptimas.

La filmoteca, que cuenta con tres salas de proyección, presenta unas tres mil proyecciones al año basadas en ciclos y retrospectivas de actores o realizadores, temas o en períodos de la historia del cine.

Para la planificación de la programación siempre tratan de pensar en el público, tanto nacional como internacional, que pasa por sus butacas, pues según explicó el conservador "para los espectadores es más fácil reconocer una programación con nombre, como Almodóvar, que identificar el cine español de los años noventa".

Mazzanti destacó que a pesar del público clásico y fiel, que ronda los cincuenta años, y el más joven y alternativo, también tienen un público más internacional al estar ubicados en el corazón de Europa al que hay que dirigirse.

A parte de los trabajos de proyección y conservación son habituales los intercambios de cintas con otras instituciones europeas y las donaciones a festivales como el de Cannes, San Sebastián o Berlín.

El centro cuenta, incluso, con la única biblioteca de cine en Bélgica, la cual contiene además de libros, archivos de realizadores, fotos y pósters.