Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Herramientas
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Actualidad

El erotismo del odio

SANTO DOMINGO. A la luz del Sol Cristian King es un estudiante de Psicología en la Universidad Autónoma de Santo Domingo que se gana la vida impartiendo charlas sobre enfermedades de transmisión sexual. Por las noches asume el sugestivo nombre de Marlenne Bennedeck Dumont.

Hace 14 años decidió liberar la mujer que -dice- lleva dentro. No solo la externa con la aceptación de su homosexualidad, sino que le da figura y estilo. Marlenne representa la princesa del cuento, Cristian es el castillo donde aguarda prisionera.

Después de aceptarse como dos personas en un mismo cuerpo, King forma parte de los más de 50,000 travestis que convergen en República Dominicana, según un estudio realizado entre 2010-2011 por el Consejo Nacional para el VIH y el Sida (CONAVIHSIDA). 

En los últimos cinco años más de 4,000 de ellos han sido capacitados por la organización Transexuales, Travestis y Transgénero Siempre Amigas (TRANSSA), bajo la dirección de Cristian con el auspicio del Consejo para la Prevención del Sida (COPRESIDA).

Transsa trabaja en defensa de los derechos y la capacitación de la comunidad Trans (género, sexual, vestis). En el local que funciona en la Calle Samaná número 80 del sector María Auxiliadora, imparten charlas dos veces por semana, además de apoyar psicológicamente los homosexuales víctimas de violencia en todos los niveles.

-Las personas que nos travestimos no somos anormales, somos diferentes. Antes me sentía anormal al verme obligado a ocultarlo que era por la sociedad, pero ya no me importa porque conozco mis derechos y simplemente algunas cosas me hacen diferente al resto.

Con toda normalidad admite que tiene doble personalidad. Su lado masculino se muestra conservador, trata de controlar al máximo sus ademanes "quizás por miedo a la discriminación".

Su parte femenina presenta una sonrisa constante, palabras pausadas, postura de concurso de belleza y por momentos evoca al máximo la mujer sin ovarios que le sale por lo poros.

Pero la vida de Marlenne -cuenta Cristian- no ha sido del todo fantasía. Los primeros años que dio vida a su alter ego ejerció la prostitución como otros travestis que ofertan sus servicios en las avenidas Ortega y Gasset, San Vicente de Paúl, George Washington y Pedro Livio Cedeño.

-Me llamaban con la supuesta intención de pagar por mis servicios y cuando iba donde ellos me escupían en la cara, me abofeteaban sin mediar palabras, me halaban por el pelo y hasta me lanzaban huevos.

Sin embargo, esas peripecias fueron de las más normales que le sucedieron al hombre con peluca y maquillaje. Hoy con la sabiduría que confiere la experiencia Cristian cuenta que está vivo porque ajeno a su voluntad tuvo que seguirle el juego a desquiciados de cuello blanco.

-Esos que vemos en la televisión: funcionarios, políticos, altos militares, comunicadores, productores de programas y personas que se pintan de homofóbicos son los primeros que esperan la madrugada para buscarnos y tener relaciones sexuales.

Prosigue con su narración mientras busca algunas fotos de Marlenne con estilos de peinados muy disímiles en distintos centros de diversión exclusivos para la comunidad homosexual.

-Una vez salí con uno y cuando estamos en un lugar privado me pide que me quite toda la ropa para ponérsela y asumir el papel de mujer en la cama. Otro me pagó para que estuviera como hombre porque su fantasía era tener sexo puramente homosexual. Algunos van y lo que quieren es desahogarse emocionalmente, mientras otros lo hacen para dejar salir esa parte que la doble moral les impide.

Sale a relucir la moral ambigua que mencionó el entrevistado cuando se comparan los datos anteriores con la postura que asumió República Dominicana al firmar una declaración ante la Organización de las Naciones Unidas para que sean respetados los derechos humanos de los homosexuales el 22 de marzo de 2011.

La investigación realizada por CONAVIHSIDA da cuenta de que el 38% de los homosexuales ha tenido que ocultar su preferencia para obtener o mantener un empleo; el 32% ha hecho lo propio en la escuela, instituto o universidad, mientras que el 30% toma la misma medida en los centros de salud.

Y mientras Cristian reflexiona, hace una pausa prolongada para admitir que ha sido dichoso de que la homofobia no le haya arrebatado la vida, acción que no pueden hacer los más de 22 transexuales y travestis asesinados en los últimos cinco años, por lo menos los casos conocidos por el colectivo.

La mujer de la foto

Con orgullo King relata que en la repisa de su casa, donde comparte domicilio con tres sobrinos, una hermana y sus padres, hay una foto de Dumont en todo su esplendor. Cuando alguna persona -que no conoce de su doble identidad- la ve, siempre pregunta "quién es la mujer de la foto".

Señala que su familia acepta las dos personas que habitan en su cuerpo, aunque confiesa que la exposición de su parte femenina no fue del agrado momentáneo de sus parientes.

-Mientras me maquillo y paso de hombre a mujer mis sobrinos de 8, 9 y 10 años me ven y hasta juegan conmigo. Cuando estoy como Cristian me llaman tío, pero cuando estoy como Marlenne me ven con asombro sin dejar de reconocer que soy el mismo.

Asegura que sus conocimientos de Psicología le han ayudado para no despertar confusiones en los más pequeños de la casa, además de entender que ser hombre y mujer ya no sorprende porque "los niños ven todo eso en la televisión, a cualquier hora del día, y nadie dice nada".

Pensar en un posible suicidio no fue una opción contemplada por Cristian durante su adolescencia, aunque reconoce que las doctrinas religiosas y el androcentrismo social son corrientes que condenan a las personas que salen del patrón establecido.

Desde los cuatro

-Desde que tengo uso de razón soy así-, resalta el travesti para dos segundos más tarde enfatizar con toda seguridad- yo nací siendo homosexual y no sé si algunos se hacen por las circunstancias, pero en mi caso nunca he sentido atracción, ni un poquito, por las mujeres.

Recuerda que desde los cuatro años intercambiaba sus juguetes con los de su hermanita. Prefería manipular muñecas, ver programas de belleza e imitar artistas que seguir los estereotipos de soldado, lanzar una bola o asumir un personaje de guerrero medieval.

Dice que en la infancia no se producen manifestaciones reales de afinidad emocional con otros hombres, pero que hay ciertos indicios que no se rigen por el patrón heterosexual que asumen los niños con esa preferencia. En esa parte coincide con el doctor José L. Dunker, quien en su libro "La homosexualidad al desnudo" asegura que este tipo de seres humanos no nacen con una preferencia sexual definida, sino que la moldean de acuerdo a patrones en la familia.

Contrario a Dunker, el director del Instituto de Sexualidad Humana de la UASD, Rafael García, mantiene la convicción de que la mayoría de homosexuales nacen con una predisposición que desarrollan en la medida que van moldeando su personalidad.

Igual punto de vista tiene Junior Elizo, conocido en el mundo trans como Nicolle Julián. Se traviste desde los 14 años y recién cumplió 32, pero a diferencia de Cristian, cree que al pasar el tiempo la mujer presa de su naturaleza terminará por opacar su anatomía.

Se gana la vida con una amiga en un puesto de venta de comida rápida, aunque reconoce que su salario no le basta para suplir las exigencias estéticas de Nicolle. La transformación de hombre a mujer le toma más de tres horas con un mínimo de inversión que ronda los cuatro mil pesos.



Apunta que todos los travestis, con excepción de los adinerados, deben asumir el trabajo sexual como la primera opción para sobrevivir. Asegura que actualmente goza más de las actividades organizadas para homosexuales, pero que no descarta regresar al mundo del placer vendido si la necesidad le pone cara de hereje.

-He estado con un político muy importante del país, con un alto militar y con un mayor de la Marina de Guerra. Se dan los casos donde los agentes, que dizque son formados muy rudos, buscan de nosotras por las noches para sacar lo que tienen dentro.

Susana Zabaleta, que sin peluca y ropa de mujer es Francisco Ulerio, coincide con los otros homosexuales de que su preferencia la tiene desde al infancia. Contrario a los dos anteriores, ejerce el trabajo sexual con la esperanza de abandonar el oficio más antiguo del mundo cuando la discriminación le permita liberar su personalidad durante el día.

 

Y mientras los especialistas se ponen de acuerdo sobre el origen de la homosexualidad, otros tantos como Cristian y Junior dan rienda suelta a las divas con testosteronas que cada noche salen con la duda de regresar vivos por la mañana.