Armas mortales en manos de vigilantes inexpertos

SANTO DOMINGO. "Carlos" solicita empleo en una empresa de seguridad privada. Le asignan un arma para que empiece a trabajar al día siguiente. Pero, hay un detalle: nunca ha manipulado un arma de fuego.

"Gustavo", quien mientras vivía en el campo aprendió a disparar con un arma ilegal que tenía un amigo, consiguió trabajo en la ciudad como guardián. Esa "experiencia" le ha valido para que las cinco compañías de seguridad en las que ha trabajado no le exijan que complete los ejercicios necesarios en manejo de armas exigidos por la Superintendencia de Seguridad Privada.

El 12 de noviembre de 2012, mientras un guardián prestaba servicio en un banco, éste se disparó accidentalmente en la mano izquierda y, posteriormente, en la rodilla izquierda. En el año 2009, otro vigilante mató de manera accidental a su compañero cuando le enseñaba a manipular una escopeta.

Han sido unas 30 empresas de vigilantes las que en los últimos seis meses han sido intervenidas por la Superintendencia de Seguridad Privada para que arreglen ciertas anomalías en sus servicios, y en todas se han presentado casos de mal manejo de las armas, señala el superintendente, general de brigada Francisco Gil Ramírez.

En un año, por ejemplo, fueron sancionados cuatro negocios por la mala preparación en armas de su personal.

"A esos empleados de la seguridad privada, que se conocen como guardianes, se les deben dar todas las instrucciones que recibe prácticamente un militar en servicio. Las empresas conocen de estos detalles; ellos tienen que regularizar por aquí (por la Superintendencia) a un vigilante cuando acude a buscar trabajo", dice el general Gil Ramírez.

Para ser vigilante no se exige que la persona sea bachiller. La capacitación se toma un fin de semana y es impartida por la propia Superintendencia o en escuelas que tienen algunas compañías de seguridad como Guardianes Antillanos. Sólo para el tema de las armas se toma entre 20 y 25 horas.

Disparen, apunten…

Entre las 300 empresas locales de seguridad privada con sus licencias al día -de las que operan actualmente unas 225-, existe un problema de supervisión interna que es una de las causas por las que se registra un mal manejo en las armas. Esto sin contar las que se han organizado de manera irregular. No obstante, hay empresas que sí se ocupan de entrenar a su personal y es ahí en la práctica donde afloran las deficiencias.

La mañana del pasado viernes 8 de marzo, el señor José Aquiles Peña, junto con otros tres jóvenes, recibía las instrucciones en el polígono de tiros de la empresa Dominican Watchman para cerrar el ciclo de preparación para ser vigilante. Con el instructor, el teniente coronel retirado de la Fuerza Aérea Dominicana, Cirilo Linares Domínguez, repasaba las nociones elementales en manipulación de un arma.

Peña, un alférez de fragata pensionado de la Marina de Guerra, a sus 56 años se enfila por primera vez en la vigilancia privada para conseguir una entrada económica extra. Tiene experiencia en armas por su vida como militar. Una vez llega su turno para disparar, los años y la falta de práctica empiezan a reflejarse en los fallos de su puntería. (Ver video en diariolibre.com)

Entre los aciertos y desaciertos, el instructor Linares Domínguez recuerda a los aspirantes a vigilantes que manipular un arma será algo que harán una y otra vez, todos los días, y que con la experiencia perfeccionarán el tiro.

Ladrones roban las armas

Es una escopeta, una pistola o un revólver -estas últimas preferidas por los bancos- el arma asignada a un guardián privado, habiendo en el país unos 30 mil "guachimanes" (dominicanismo del vocablo inglés watchman).

Aunque la Asociación Dominicana de Empresas de Seguridad (Adesinc) no cuenta con estadísticas del total de armas que tiene el sector, el Departamento de Control de Armas del Ministerio de Interior y Policía reporta a DL que al 14 de marzo de este año eran 13,264 las registradas para los guardianes. De ese total, el 65.46% son escopetas, 24.71% revólveres y 9.82% pistolas. No hay reporte de fusiles ni rifles.

Paradójicamente, el hecho de trabajar con un arma coloca a los guardianes en un blanco fácil para los delincuentes. Entre noviembre de 2012 a febrero de 2013, de 27 incidentes que involucraron armas, 10 fueron despojos de esos artefactos a los vigilantes, según establece un informe de la Superintendencia de Seguridad Privada.

Vigilancia: la otra opción

Este personal, aunque expuesto y en ocasiones explotado en materia salarial y de horas laborales, se asemeja mucho en cantidad al personal de la Policía Nacional, que suma unos 34 mil.

Los negocios y residencias son los principales clientes de las compañías de guardianes dada la inseguridad ciudadana que, según afirman sectores sociales, existe en el país. La tarifa que cobran las empresas por el servicio de un vigilante es RD$65 por 12 horas y RD$60 por 24 horas.

A los guardianes se unen las empresas que instalan alarmas de seguridad que, según el presidente de la Asociación Dominicana de Empresas de Seguridad Electrónica (ADESE), César Fondeur, hasta el 60% de los comercios del país cuenta con un sistema de éstos, siendo el precio de uno sencillo de cuatro cámaras, entre RD$15 mil a RD$20 mil.

Para darle más formalidad al sector, en el Congreso Nacional cursa un proyecto de Ley de Seguridad Privada que busca regular el campo de los detectives privados y las empresas de seguridad electrónica, de transporte de valores y de vigilancia.

Fondeur espera que se apresure su aprobación, pues entiende que a la seguridad privada del país "no se le da la importancia que tiene".

 ¿Es posible una mejor conexión entre vigilantes y policías? 

Debido al equipamiento con que cuentan las empresas de seguridad privada, que incluye 500 vehículos para patrullar, armamento y radiocomunicación, el saliente presidente de Adesinc, Bismarck Tavárez Caminero, entiende que los guardianes pudieran ser un ente más aliado a la Policía Nacional.

"Nosotros prevenimos más de un 30% de la delincuencia del país, según dijo un jefe policial hace 12 o 15 años, es decir, que ahora debemos prevenir más", dice.

"Le ofrecimos nuestros vehículos a la Policía Nacional por si querían montar policías en nuestros vehículos para patrullar las calles, pero no nos han contestado todavía", dice Tavárez, quien es un ex militar cadete de la Fuerza Aérea Dominicana y miembro permanente del Consejo Nacional para el Crimen y el Delito.

Esa postura es apoyada por el superintendente de Seguridad Privada, general Gil Ramírez. "Estas empresas de seguridad privada, aparte de tener una logística excelente, las que cumplen con los estándares de la Superintendencia tienen todo el ensamblaje para comunicar a la Policía de cualquier deficiencia en la población civil", asegura.

A pesar de la logística, aún no existe una alianza formal entre la Policía y el sector privado en materia de seguridad nacional.

DL se mantuvo durante más de un mes solicitando una entrevista con las autoridades policiales para hablar sobre este tema y los demás publicados en esta serie de reportajes, pero nunca se recibió la respuesta.

Mariela Mejía