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“Cuando su ejército se vio reducido, apelaron a Estados Unidos”

Resaltan respeto a la Constitución como legado al país

SD. Los cincuenta años que se conmemoran de la Gesta de Abril de 1965 deben servir para que se respete la Constitución, la democracia y la libertad de los dominicanos, que cada vez que se ha puesto en prueba ha contado con el sacrificio y la gallardía de ciudadanos que se han entregado por la causa de la Patria.

Este es el mensaje que quieren dejar plasmado en las presentes y futuras generaciones, protagonistas de esa Revolución como Orlando Sánchez Díaz, Rafael -Cocuyo- Báez y Rafael Gamundi Cordero (Rafa), combatientes de la Zona Norte de la Capital en la Guerra Civil desatada el 24 de abril de 1965.

“Cocuyo” Báez asegura que esta gesta se ha convertido en el hecho histórico más importante, después de la Independencia Nacional y la Restauración.

Resaltó que la población se tiró a las calles, ante la situación de corrupción en las llamadas “cantinas” militares, las importaciones que se hacían, y el desastre que se produjo con las propiedades que habían sido del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.

“Cuando los militares y los sectores más reaccionarios del país, encabezados por el Cefa y otras fuerzas retardatarias vieron que su ejército, su mecanismo de contención estaba en desbandada, entonces apelaron al poder extranjero”, apuntó.

Es por esto, según explica el combatiente Báez, que el 28 de abril de 1965 llegan los 42 mil marines de los Estados Unidos para “sofocar” la rebelión de los dominicanos, que ya habían restaurado la Constitución con el coronel Francisco Alberto Caamaño, como presidente de la República en Armas.

“Muchas veces se habla de Abril, y no se incursiona en cuáles fueron los antecedentes”, expresó.

Entre los factores que cita el combatiente están la violación a la Constitución dominicana de 1963, la que define como la Carta más democrática que se ha hecho en el país, porque en sus articulados contenía la defensa de los trabajadores, la capacidad del pueblo de rebelarse si los gobiernos no cumplían con el papel asignado por la Constitución.

“Al dar el Golpe de Estado, y surgir un gobierno como resultado de ese golpe del 25 de septiembre, la población regresó a la situación que había previo al trujillato porque la democracia fue abolida por el Triunvirato, las organizaciones no podían reunirse, los partidos políticos fuimos abolidos y cerrado nuestros locales, y perseguidos los principales dirigentes, y eso generó todo un proceso de corrupción institucional que generó en la población un rechazo”, argumentó. Esto concitó, precisa Báez, que la mayoría de las organizaciones populares, como los cañeros, el Sindicato Unido, Unachosin y las fuerzas democráticas del país iniciaran un proceso de movimiento huelgario de lucha continua que generó en los militares dominicanos el hecho de que asumieran un papel protagónico.

“Era un pueblo dispuesto a morir”

El combatiente Orlando Sánchez Díaz definió el momento de la guerra civil de 1965, como el de “un pueblo dispuesto a morir”, en donde no se reparó en que los rebeldes estaban en desventaja de armas y en número de soldados.

“Por cada uno de nosotros que tenía un fusil, había cinco o seis atrás esperando que otro cayera para cogerlo”, subrayó.

Cuenta que tenía un fusil G-3 que tenía hasta herederos, si él caía en combate, pero le tomó tanto cariño al arma que, antes de entregarlo a Amín Abel el 19 de mayo, “le di un beso para despedirme de él”.

Para Rafael Gamundi Cordero, el rescate de la dignidad, de la constitucionalidad y de la decencia política fue autoría casi exclusiva de José Francisco Peña Gómez.

Analizó que Bosch presidió el gobierno más honrado y decente que se ha hecho en el país, pero hubo una serie de fallas políticas que fueron allanándole el camino a los golpistas.

También consideró que la de 1963 fue la mejor Constitución con la que ha contado el país. Puso como ejemplo el artículo 5 que definía cuál era el castigo que había destinado para los corruptos, colocando a la degradación civil como el más importante, así como el retorno de los bienes del Estado robados.  

“Cocuyo” Báez estima que la participación de ellos y otros combatientes en la Guerra de Abril valió la pena, porque hoy la población dominicana ha creado una gran conciencia de la institucionalidad, la democracia y la libertad, a pesar de que los gobiernos que ha tenido el país no han cumplido con las aspiraciones integrales de la ciudadanía.

Los tres coincidieron en que en esa coyuntura fueron vitales y decisivas las opiniones y las presiones de la comunidad internacional, entre ellos China, Cuba, Venezuela, Francia y la antigua Unión Soviética, sobre la invasión de Estados Unidos en el país.

“Hace cincuenta años la juventud dominicana no tenía las condiciones que hoy tienen los dominicanos, a pesar de los límites en que hemos sido gobernados y el de los programas gubernamentales”, reflexiona Báez.

Un punto que resaltó Báez fue el ocurrido con la “Fórmula Guzmán”, en la que se propuso a Antonio Guzmán como presidente provisional, pero éste tuvo una actitud gallarda en una reunión realizada en Puerto Rico, en la que se paró indignado, y dijo que no se prestaría al pedido de enviar a una cárcel en Samaná a los combatientes. Tuvo que ser calmado por Juan Bosch.

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