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Economía dominicana necesita un “cambio de modelo”, según NG Cortiñas

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Economía dominicana necesita un “cambio de modelo”, según NG Cortiñas
El economista Haivanjoe NG Cortiñas, durante su exposición. (DIARIO LIBRE/FUENTE EXTERNA)

SANTO DOMINGO. El economista Haivanjoe NG Cortiñas, al poner en circulación su nuevo libro: “Casi todo sobre la economía dominicana”, afirmó que en vista de las señales de agotamiento que muestran las variables que han promovido el crecimiento económico en el país, se requiere de un cambio en su modelo, si se aspira a un crecimiento más sostenible y con mayor inclusión social.

NG Cortiñas explicó en la puesta en circulación las principales ideas de su libro: “La magnitud del crecimiento mostrado por la economía en los últimos 20 años podría sugerirle a los hacedores de políticas públicas que el modelo económico implementado no necesita de cambios, esto pese a los grandes desafíos que tenemos en las áreas de la salud, educación, empleo, composición económica del gasto público, la trampa del endeudamiento y ralentización de la producción real de bienes”.

Al respecto, agregó: “Pero como casi todo, o todo, los modelos económicos se agotan, sus señales están a la vista, pero muchos no lo quieren ver, produciéndose así el fenómeno del flamenco rosado”, aseveró el economista.

Al ampliar su afirmación, NG Cortiñas señaló que los indicadores del agotamiento que están a la vista pueden describirse de la siguiente manera:

El comportamiento de los niveles de pobreza general en el país ha sido zigzagueante, con incremento y disminuciones, pero siempre alta. Para el año 2000, el grado de pobreza se colocaba en 25.5%; mientras 15 años después, esto es, para 2015, se situó en 25.9%.

“El alto nivel de pobreza que mantiene la economía dominicana se produce a pesar del crecimiento de su PIB, indicando ello que en tiempos de estabilidad, la pobreza persiste en grado alto, aunque menos alto que en períodos de fuerte contracción de la economía. En lo relativo al nivel de inflación, ciertamente, la política monetaria presenta aciertos. Ha logrado incidir para que los precios se mantengan por debajo de lo establecido dentro del programa monetario, tanto antes de asumir el método de la meta de inflación como después de haberlo adoptado”, indica la nota enviada a este medio.

Según lo expuesto por NG Cortiñas en su libro, la tasa de inflación se ha mantenido desde 2005 hasta 2015 en un dígito; sin embargo, aunque el objetivo de baja inflación se ha alcanzado, convive con un entorno de bajos salarios, tanto en el sector público como en el privado.

Agrega que el salario nominal promedio de los sectores público y privado al 2015 era de RD$7,258, nivel por debajo del costo de la canasta básica de alimentos del quintil uno, que corresponde al de más bajos ingresos y que es de RD$13,091.

NG Cortiñas señaló que la alta presencia del sector informal en una economía es expresión de rezago en los niveles de desarrollo, dado que no está integrado plenamente a la formalidad del marco institucional, en términos de regulación económica, sanitaria, seguridad industrial y social. La participación del sector informal dentro del total de empleo asciende al 56.0% de su tamaño, nivel lo suficientemente alto como para ser indicativo de que las políticas públicas no han inducido a una mayor formalización de la economía, planteó.

“Pese a los avances del sector de la educación, los estándares de calidad que muestra son bajos. En general, de 148 países contemplados en el ranking de la calidad en la enseñanza, el país ocupa el número 146, la misma línea, el 74.6% de los estudiantes del tercer nivel está en el último lugar en América Latina, y entre los del sexto grado, el 55.8% se encuentra por debajo del promedio de la región”, apunta el autor del libro, cuyo contenido resume el comunicado de prensa.

Plantea que el sector salud continúa presentando grandes desafíos, al mostrar una tasa de mortalidad de niños menores de 5 años de edad está por encima del promedio de América Latina, y el 40.0% de la población tipificada como pobre no es alcanzada por el régimen de subsidio de salud pública.

En América Latina y el Caribe, la mortalidad infantil por cada mil nacidos, en promedio, es de 15.6, en Dominicana es de 26.9; la mortalidad materna en la región es de 69.4, mientras la del país es de 106.3, dice.

En cuanto al comportamiento del sector externo, NG Cortiñas indicó que en términos de balance del comercio exterior, mientras en 1994 el déficit ascendió a US$1,451 millones, en 2004 subió a US$1,952 millones; para elevarse más en 2014, al colocarse a más de US$7 mil millones.

“El gasto público ha sido factor clave para el crecimiento económico, mientras para 1994 ese tipo de gasto representaba el 11.6% del PIB, en 2014 se eleva a 17.6%, por el lado de su comparación con el tamaño de la economía nominal, esta se multiplicó por 15; en cambio, el gasto público lo hizo por 20. El aumento del gasto público durante el período 1994-2014, se ha producido en un entorno de que cuestiona parte de la prioridad del gasto, al pasar de 5.0% del PIB en 1994 al 14.8% en 2014; en cambio, el de capital disminuyó, al moverse de 6.6% a 2.8%, también con relación al PIB para los mismos años”, expresó el economista, quien también es miembro del Partido de la Liberación Dominicana.

Explicó que la política fiscal expansiva se ha desempeñado en un entorno de incremento de las necesidades brutas de financiamiento, el cual se ha elevado de 5.1% del PIB a 6.9%, en parte fundamentado en un criterio en donde se hace prevalecer más el financiero, que el económico.

Agregó que el incremento del financiamiento presupuestario ha inducido a que la carga de los intereses, como uno de los componentes del gasto corriente, pase de 4.7% en 1994 a 17.1% en 2014. Si bien es cierto que el país ha cumplido con el servicio de la deuda pública, no menos cierto es que el gobierno se ve cada vez más limitado, en términos de apropiación presupuestaria, para destinarlo a fines sociales y de inversión, razón que explica en parte la caída del gasto de capital y los desafíos que persisten en materia social.

“El gasto en salud pública, como porcentaje del PIB, ha evolucionado en 0.8% desde 1994 a 2014; sin embargo, dados los débiles indicadores de desempeño que muestra el sector podría ser demostrativo de que no está recibiendo los recursos económicos necesarios para atender la demanda de ese servicio”, expuso.

En términos sectoriales, dice, la participación del sector agropecuario dentro del PIB total se ha reducido en forma sistemática, al descender de 9.3% en 1994, a 6.3% en 2004, y posteriormente a 5.8% en 2014; de manera que durante ese lapso, la pérdida se ha situado en 3.5%.

Añade que lo propio le ha acontecido al sector industrial. Su contribución al PIB ha decrecido de 31.3% en 1994 a 25.0%, para una caída de 6.3%.

En contraposición, indica el economista, el sector servicios presenta un incremento notable durante el período 1994-2014, de 12.1%, al elevarse de 50.2% a 62.1% dentro del PIB; de manera que el espacio perdido por los sectores agropecuario e industrial lo han ganado los servicios, ilustrando que el modelo económico del país se ha volcado hacia estos.

Agrega que la participación ganada por el sector servicios vs el agropecuario e industrial, perjudica a la generación de empleo, dado que entre ambos sectores, la población ocupada se coloca en alrededor de 25.0%, alimentando por esa vía la rigidez en el alto nivel de desempleo, que rondaba el 14.0% a 2015, similar a la registrada en 2000, que tuvo 13.9%.

“Los datos mostrados permiten sostener lo dicho: que el modelo económico del país presenta niveles de agotamiento, y que salvo que se quiera depender cada vez más del sector servicios, necesita de un cambio de rumbo, donde la producción real tenga un mayor aporte, como motor de la economía, especialmente por el lado del empleo, la generación de divisas, la oferta alimentaria de origen nacional, en sus componentes agrícola y agroindustrial; así como que se induzca a una mayor formalización de la economía, a fin de que los empleos generados puedan insertarse en el grado de institucionalidad económica del país”, indica NG Cortiñas.

Señala que el modelo económico debe descansar más en la capacidad exportadora y la inversión extranjera y menos en el endeudamiento externo; más inversión bruta interna y menos gasto corriente.

Propone que los compromisos de gasto público se condicionen a los ingresos corrientes de vocación permanente y no al PIB; que se realicen los cambios fiscales en forma más integrada, eliminando las exenciones y las leyes que cobijan la elusión fiscal; que se elimine la figura del anticipo fiscal, se penalice la evasión fiscal, se promueva mayor transparencia y se reforme la ley de recapitalización del Banco Central, ampliando su horizonte de tiempo y cargándole parte del compromiso al ámbito monetario; se prioricen las políticas públicas hacia los sectores generadores de más empleo, se propicien políticas salariales que generen más equidad social, y que se verifique un saneamiento en el régimen de facturación y cobranza del servicio eléctrico.

El libro fue puesto a circular durante un acto en la sede de la Fundación Global, Democracia y Desarrollo (Funglode).

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