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Los mundos paralelos de la política exterior estadounidense

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Los mundos paralelos de la política exterior estadounidense
Estados Unidos. (FOTO SHUTTERSTOCK)

Desconcierto, alivio y adulación son algunas de las reacciones entre los aliados en la era de Trump.

Se sentía como un mundo alternativo. Un día después de que vi a Donald Trump convertir la conferencia de prensa del jueves en una interminable fanfarronería presumiendo su victoria electoral y despotricando contra “fake news”, o las noticias falsas, de los medios de comunicación, estuve en Múnich escuchando un mensaje totalmente distinto de la administración Trump en la conferencia anual sobre seguridad. Primero vino James Mattis, el secretario de defensa, y luego Mike Pence, el vicepresidente, y entre ellos ofrecieron una combinación de traducción, reinterpretación y contradicción de los pronunciamientos del presidente.

Resulta que la OTAN no es “obsoleta”, como ha sugerido el Sr. Trump, y EEUU no está trabajando para deshacer la Unión Europea. En cambio, funcionarios estadounidenses dijeron a los líderes militares y de política exterior que el apoyo estadounidense a la alianza transatlántica sigue siendo “firme”. Se pudieron escuchar murmullos de satisfacción, ver personas asentir con la cabeza y dedos escribir mensajes de aprobación en Twitter, mientras la audiencia exhalaba un suspiro colectivo de alivio.

El Sr. Mattis y el Sr. Pence son los adultos en quienes los europeos pueden confiar. Y, sin embargo, el contraste entre la conferencia de prensa del presidente y el comportamiento mesurado de sus lugartenientes da una vista previa a las realidades paralelas de Washington que los líderes europeos deben sortear. Como bromeó un participante después del discurso del Sr. Pence: “Trump mañana podría mandar un mensaje en Twitter ‘Mattis, Pence, noticias falsas’”.

Platicar con los estadounidenses refuerza la precaria situación del mensaje de Mattis/Pence. Hay una gran brecha, insistieron, entre el presidente y muchos de los funcionarios enviados a transmitir el mensaje de su administración a todo el mundo.

Y así, por muy aliviados que se sintieran los europeos por la muestra de normalidad y continuidad estadounidenses en Múnich, permanecerán en alerta máxima a causa de la imprevisibilidad de Trump.

Los europeos están tan preocupados por la presidencia del Sr. Trump que la simple inclusión de las palabras “democracia” y “estado de derecho” en las observaciones de los funcionarios estadounidenses en Múnich fue señalada como una señal reconfortante de que la administración no ha abandonado el liberalismo occidental.

Sin embargo, al referirse a la política de Washington, existe un nuevo lenguaje que se está comenzando a utilizar que pensábamos era más adecuado para las autocracias. Ahora las autoridades en Europa están discutiendo cómo apoyar a los moderados en la administración Trump y aislar a los funcionarios ideológicos de línea dura encabezados por Steve Bannon, principal estratega de la Casa Blanca. Además, al denominado “estado profundo” estadounidense no se le conoce como el villano que está socavando la democracia sino como el control necesario sobre los poderes del presidente.

Para la satisfacción de las multitudes europeas, para cuando la delegación de EEUU llegó a Múnich, uno de los participantes de línea dura incluido en la lista — el jefe del Consejo de Seguridad Nacional Michael Flynn — ya había sido eliminado por el “estado profundo”. Su sustituto, el Teniente General HR McMaster, encaja más en el molde moderado y se le considera otra derrota para los radicales.

La mañana del domingo, el mundo paralelo de Trump se inmiscuyó en Múnich. Twitter zumbaba con la afirmación del Sr. Trump de que algún terrible incidente terrorista había sacudido a Suecia. Era una noticia falsa; Suecia tuvo una pacífica noche de viernes.

En medio de la confusión, el público de Múnich recibió una sorpresa: efusivas alabanzas para el Sr. Trump de parte del Ministro de Relaciones Exteriores saudita. En un discurso, Adel al-Jubeir ensalzó el pragmatismo y la capacidad para resolver problemas del presidente estadounidense, y declaró que las políticas de la nueva administración se alineaban totalmente con las de Arabia Saudita.

Tras dos días de fuertes críticas hacia Trump, el homenaje de Arabia Saudita fue recibido con cierto desconcierto. Pero el Sr. Jubeir puede estar simplemente calculando que la adulación es la mejor manera de llegar a los mundos paralelos de Washington y llegar directamente a la mente del Sr. Trump.

Por Roula Khalaf (c) 2017 The Financial Times Ltd. All rights reserved

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