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Crisis eléctrica
Crisis eléctrica

Deudas de las distribuidoras

La reversión ocurrida en la privatización de la distribución de la electricidad devolvió al Estado el control de esa fase de las operaciones del sector, y arrastró en términos prácticos la obligación de respaldar los compromisos en que las distribuidoras incurran con los generadores, pues no sería razonable esperar que éstos entreguen la energía que producen a empresas evidentemente deficitarias, incapaces o reacias a cobrar gran parte de la energía que distribuyen, sin que mediara el respaldo estatal a sus obligaciones.

Es difícil, por lo tanto, considerar la relación de las distribuidoras con los generadores como una simple relación comercial, comparable a la que puede existir entre una tienda de electrodomésticos y los fabricantes o mayoristas de los mismos.

En un servicio crítico para el país como es la electricidad, motivo por el cual el Estado la subsidia, éste está involucrado en el pago de las deudas de las distribuidoras, sea cual fuere la modalidad que se escoja para financiarlas.

Las pérdidas de las distribuidoras han bajado por efecto del menor precio del petróleo y la expectativa oficial es que seguirán disminuyendo en los próximos años, sea como resultado de una reducción en el costo de la energía vía las plantas de carbón que están siendo construidas, o como consecuencia de una disminución en las pérdidas provocadas por la sustracción de energía o el mal estado de las redes, lo que podría finalmente romper el ciclo de acumulación, financiamiento y pago de deudas con los generadores.

Pero mientras eso no suceda, las obligaciones que las distribuidoras contraigan seguirán recayendo a fin de cuentas sobre el Estado.

Consideraciones legales respecto de lo que es o no es una deuda pública, para fines de su registro y del cálculo de los porcentajes de déficit y deuda respecto del PIB, no despejan la realidad económica dentro de la que el sector eléctrico opera.

gvolmar@diariolibre.com

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