En espera de ProCompetencia

Cuando un ejecutivo regresa de vacaciones a la empresa donde labora, es posible que encuentre una montaña de asuntos pendientes que debe resolver. Al organismo oficial conocido como ProCompetencia le va a suceder lo mismo cuando empiece a funcionar, sólo que en su caso no volvería de vacaciones sino que iniciaría sus trabajos luego de años de inercia por falta de decisión gubernamental. El presidente Medina sometió al Congreso una nueva lista de integrantes de su Consejo Directivo, y se espera que ésa sea la señal de que la entidad finalmente comenzará a operar.

Su nombre describe claramente que su función es promover la competencia, en base al criterio de que cuando existe competencia entre empresas, el consumidor se beneficia de menores precios y los mercados operan con mayor eficiencia.

Clave en esta materia es identificar y sancionar la actuación, por parte de un suplidor o varios coaligados, dirigida a crear posiciones dominantes en segmentos de mercado con el propósito de manipular precios de compra o venta, limitar el acceso a otros suplidores, falsear informaciones, amañar concursos, limitar volúmenes, repartir zonas de influencia, controlar fuentes de abastecimiento, restringir investigaciones y avances técnicos, orientar inversiones y discriminar contra clientes u otras empresas.

De particular importancia es revisar la estructura patrimonial de empresas en un mismo sector, así como las fusiones, adquisiciones de acciones, convenios de distribución, franquicias, líneas de financiamiento, liquidaciones de compañías, contratos restrictivos y márgenes de beneficios.

Entendemos que ProCompetencia aprovechó su limbo operativo para entrenar personal y realizar estudios de productos y mercados. Trabajo no le faltará en lo adelante, en un medio como el nuestro donde la economía es pequeña, la transparencia es escasa, se recurre a la coerción y abundan los acuerdos secretos.

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Gustavo Volmar