Refuerzo para la inflación

El descenso en los precios de los bienes básicos ha sido beneficioso para la economía dominicana, en especial por el ahorro que hemos tenido en la factura petrolera. Lo mismo no puede decirse, claro está, de los países exportadores de esos productos, lo que se refleja en las diferencias en las tasas de crecimiento del PIB, las nuestras superiores a las de ellos.

En lo que concierne a las tasas de inflación, sin embargo, es de esperar que las de ellos sean más altas, debido al efecto que la mayor depreciación de sus monedas ha tenido sobre el precio en moneda local de los artículos que importan. Pero a este efecto esperado se añade otro factor para que la divergencia sea más grande. Ese refuerzo proviene de los subsidios y la incapacidad de mantenerlos.

El índice de precios al consumidor en Brasil aumentó en 9.93% en octubre pasado respecto del mismo mes del año 2014, pero sucede que los mayores incrementos no tuvieron lugar en renglones donde las importaciones predominan, sino en los combustibles y alimentos, donde la producción nacional es determinante. Una tercera parte de esa tasa de inflación, la más elevada en los últimos doce años, obedece a incrementos de precios aplicados por Petrobras, el consorcio petrolero gubernamental, en tanto que alzas se registraron también en los precios del azúcar, bebidas y productos avícolas. Esos incrementos se deben a que las dificultades económicas obligaron al gobierno brasileño a subir impuestos, recortar subsidios y aumentar precios controlados.

Con la economía en recesión y el desempleo en aumento, la inflación es ahora más del doble que el objetivo de 4.5% fijado para este año, lo que dificulta que el banco central pueda rebajar la tasa de interés de su nivel actual de 14.25%. Sufren los pobres y los asalariados, pues uno de los grandes peligros de los subsidios es que haya que reducirlos cuando más la población los necesita.

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Gustavo Volmar