Viernes feriados en Venezuela

Raras veces sucede que una medida no conlleve algún costo asociado a su aplicación, lo que no implica necesariamente que no deban ser tomadas.

Si se intenta poner en vigor sólo aquellas que no produzcan daños colaterales es probable que casi ninguna califique y que los problemas sigan sin solución.

La ciencia o arte de decidir qué hacer requiere evaluar los beneficios y costos de las medidas, buscando que el balance resultante sea favorable. Pero aunque existe un nivel de incertidumbre en cada situación específica, hay casos en los que luce evidente que los costos probablemente excederán los beneficios.

Debido a la sequía, atribuida al fenómeno climático conocido como El Niño, la caída del nivel de agua en los embalses ha afectado la generación de energía hidroeléctrica en Venezuela, la cual suple el 63% de la demanda, provocando largos apagones por todo el país.

La decisión gubernamental de decretar que todos los viernes de abril y mayo sean días feriados para el sector público siguió al recorte de la jornada laboral y a la declaración de la semana santa como no laborable.

Es cuestionable que la respuesta al déficit de electricidad incluya trabajar menos. En cierto modo el gobierno parece entender que reducir en un 20% las labores de la administración pública no tendrá mayores consecuencias.

Como justificación, alega que de ese modo se hará innecesario aumentar la tarifa de la electricidad o racionar el suministro de energía, pero pasa por alto que los empleados públicos usarán energía en sus casas o en las actividades que llevarán a cabo los viernes.

Del consumo total de energía, el 44% es residencial y una tercera parte de éste es por el uso del aire acondicionado.

Sólo cincuenta mil aparatos domésticos de aire acondicionado, del medio millón que había sido programado, ha sido sustituido por unidades más eficientes.

El Presidente exhortó a las mujeres a usar menos los secadores de pelo.

gvolmar@diariolibre.com

Gustavo Volmar