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Cómo hacer al mundo $600 mil millones más pobre (I de II)

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Cómo hacer al mundo $600 mil millones más pobre (I de II)
Obama hizo muy poco para promover el libre comercio durante su primer período.

La política comercial estadounidense. La renuencia de Barack Obama a luchar por el libre comercio es un error costoso. 

En julio del 2008 Barack Obama, entonces candidato a la presidencia, declaró ante una multitud que le admiraba en Berlín que "la verdadera asociación y el verdadero progreso [requieren] trabajo constante y sacrificio sostenido". Es lo mismo con el libre comercio. Si no es propugnado por los líderes que comprenden sus grandes beneficios, constantemente será erosionado por un mezquino nacionalismo económico. Obama ahora parece estarse rindiendo a los proteccionistas dentro de su propio partido. Si no puede devolver a los demócratas su sano juicio, el mundo perderá su mejor oportunidad en dos décadas para un empuje a la liberalización. Será también una señal de que los Estados Unidos están renunciando a su papel de defensores de una economía mundial abierta del mismo modo en que Obama se ha retirado de la política exterior.

Obama hizo muy poco para promover el libre comercio durante su primer período, pero parece más audaz en el segundo. Lanzó a los Estados Unidos a nuevos acuerdos ambiciosos con grandes economías del Pacífico y la Unión Europea, dando nueva vida a las conversaciones sobre el comercio mundial.

Se dio ímpetu; el "trabajo y el sacrificio constante" dieron dividendos. Miembros de la Organización Mundial del Comercio en diciembre acordaron un paquete de reformas comerciales, el primer acuerdo verdaderamente multilateral de la organización en sus 20 años de historia. Los diplomáticos dan crédito a la nueva resolución de la Casa Blanca de ayudar a reunir las partes testarudas. De repente el progreso parecía posible en otras áreas, tales como la liberalización comercial en servicios y la tecnología de la información, y reducir las barreras al intercambio de "bienes y servicios ambientales", que haría la reducción de las emisiones de carbono más barata.

Primero, dispárese en un pie. Luego repita...

El obstáculo es que el Congreso debe aprobar los acuerdos comerciales. Los presidentes anteriores tenían la ventaja de la autoridad de promoción del comercio por la vía rápida, que les permitía presentar acuerdos al Congreso para un sencillo voto de sí o no. Sin ésta, los legisladores pueden arruinar acuerdos cuidadosamente negociados con enmiendas tóxicas. Ningún país se involucraría en conversaciones serias con los Estados Unidos bajo estas circunstancias. Por lo tanto la vía rápida es esencial, y esquiva.

La última vez que el Congreso la concedió fue en el 2002; expiró en el 2007. El gobierno de Obama alegremente afirmó que el Congreso la renovaría, pero muchos legisladores, especialmente demócratas, han firmado cartas oponiéndose.

Harry Reid, el líder de la mayoría del senado, prácticamente ha descartado la votación este año. Y el 14 de febrero Joe Biden, el vicepresidente, le dijo a una reunión de líderes demócratas que él comprendía su oposición. Parece que la Casa Blanca se ha rendido sin apenas haber luchado. Luce poco probable que se haga un voto por la vía rápida antes de las elecciones de medio tiempo de noviembre.

¿Por qué entrar en pánico por esta causa? Tácticamente podría ser solo otra politiquería de Washington: algunos optimistas alegan que el Congreso regresará después de las elecciones de medio tiempo listo para aceptar la vía rápida, siempre que Obama permita un lenguaje trillado en el proyecto de ley reprendiendo a China por supuestamente haber manipulado su moneda. Otros se preguntan si los acuerdos comerciales son realmente tan vitales. En efecto, la idea de que no contribuirán mucho a mejorar la economía es una excusa para los demócratas socavar a su presidente.

Obama ahora parece estarse rindiendo a los proteccionistas dentro de su propio partido. Si no puede devolver a los demócratas su sano juicio, el mundo perderá su mejor oportunidad en dos décadas para un empuje a la liberalización.

© 2014 The Economist Newspaper Limited. All rights reserved. De The Economist, traducido por Diario Libre y publicado bajo licencia. El artículo original en inglés puede ser encontrado en www.economist.com