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El Holocausto, un latido de Berlín

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El Holocausto, un latido de Berlín
El Monumento Memorial se extiende por un terreno de 19 mil metros cuadrados, donde se despliegan 2,711 cubos de hormigón.

Berlín, Alemania. "¡Querido Padre!", te quiero decir adiós antes de morir. Nosotros amamos vivir, pero ellos no nos dejarán y moriremos". Esta sentida despedida es parte de un mensaje que Judith Wishanyaskaya trató de hacer llegar a su padre en julio de 1942. Judith era judía y sus palabras fueron salvadas entre las cicatrices que dejó el exterminio masivo orquestado por los nazis.

Su despedida forma parte del Monumento Memorial a los Judíos asesinados de Europa, una construcción que se ha convertido en lugar de peregrinaje y homenaje.

Ubicado entre las plazas Postdamer y Parizer, en el centro de Berlín, este memorial se extiende por un terreno de 19 mil metros cuadrados. Sus 2,711 estelas o cubos de hormigón de color gris de distintas alturas nos muestran un elocuente silencio de tumbas sin cruces, donde los pasillos que forman son entradas y salidas, o viceversa. Un laberinto que no busca perdernos sino encontrarnos entre el peso del recuerdo y la libertad de la marcha de nuestros pies.

En su recorrido encontramos a la entrada del centro de información, localizado en el lado este del monumento y construido bajo el terreno del memorial a modo de sótano, en el que se conservan y recopilan las memorias de los aproximados 6 millones de judíos que fueron exterminadas por la dictadura nacional socialista encabezada por Adolf Hilter entre 1933 y 1945, y que recibe al año cerca de medio millón de visitantes.

Discusiones y controversias

La construcción de este memorial, iniciada en el 2003 y finalizada dos años después, estuvo precedida de controversias y discusiones.

Boris Abel, experto en artes y facilitador de seminarios en el Instituto Goethe de Berlín, señala que durante diecisiete años, desde su concepción en 1988, el proyecto fue discutido durante varios períodos en el Parlamento alemán, donde se rechazaron varios diseños, se debatió sobre el temor de que fuera objeto de actos vandálicos, o la supuesta inconveniencia de erigirlo en el centro de la ciudad, cercano a símbolos como la Puerta de Brandenburgo.

A esto se sumó el disgusto de algunos sectores, de sentir que era un proyecto impuesto por el entonces canciller Helmut Kohl, quien apoyó el levantamiento del memorial en 1993.

Los primeros pasos para la construcción del memorial fueron hechos por el periodista Lea Rosh y el historiador Eberhard Jäckel, quienes publicaron un llamado de apoyo para el levantamiento de éste, tras lo que se formó la Asociación para promover la construcción de un monumento a los judíos asesinados de Europa.

Luego de la caída del Muro de Berlín, en noviembre de 1990, se sugirió que éste fuera realizado en la zona al norte donde estuvo localizada la Cancillería del Reich, lo que antes de 1945 se denominaba "los Jardines ministeriales".

A pesar de que en 1995 se recomendó la elección de dos proyectos de diseño, escogidos por concurso, entre más de 500 presentados al parlamento alemán, la iniciativa fue detenida ante el rechazo del canciller Kohl de asumir una de las dos recomendaciones. En 1998 fue retomado nuevamente el proyecto, pero no fue hasta junio de 1999, y después de intensas discusiones, que fue elegido finalmente el diseño presentado por Peter Eisenman.

En verano del 2003 se inició la construcción del memorial. Boris Abel señala que durante su levantamiento se descubrió que la empresa Degussa, encargada de elaborar el material para la protección contra grafitis de las más de 2 mil estelas que componen el memorial, formaba parte de la Degesch (Asociación alemana para el control de plagas), que distribuyó durante el período nacionalsocialista el gas tóxico Zyklon B con el que asesinó a millones de personas, incluyendo a los judíos europeos. Esto provocó nuevas discusiones y la paralización de los trabajos. Luego de varias semanas de debates, el Parlamento decidió continuar la construcción con Degussa.

El memorial fue inaugurado el 10 de mayo de 2005 y abierto al público dos días después.

Centro de información y museo

El mensaje de Judith sobrevive entre otras notas de diarios, cartas y memorias escritas de otros judíos en la segunda sala, nombrada como la de Las Dimensiones, del Centro de información del memorial. El espacio está compuesto por otras cinco salas en las que se destacan datos de las comunidades judías europeas exterminadas por los nazis.

A continuación de este segundo espacio, antecedido por un salón de exposición de información general, se encuentra la Sala de las Familias. En este lugar se representan las diferentes historias de vida de 15 familias judías antes y después del Holocausto.

A continuación se encuentra la Sala de los Nombres, lugar en que se pueden oír los nombres y breve biografías de gran parte de las víctimas del Holocausto. De acuerdo con el centro de información del memorial, escuchar completamente la lectura de las historias se tardaría uno seis años.

Luego se encuentra la Sala de los Lugares, donde se muestran a través de fotografías y vídeos los sitios utilizados por régimen nacionalsocialista para el exterminio de judíos y otras víctimas en Europa central y oriental. Por último, se encuentra un archivo visual en el que se puede escuchar y ver entrevistas a sobrevivientes del Holocausto.

Otros memoriales del Holocausto

Hacia el lado oeste del Memorial a los Judíos asesinados en Europa, dentro del parque Großer Tiergarten, se encuentra un monumento levantado en honor a los homosexuales y lesbianas perseguidos como parte del proyecto de exterminio nazi.

Compuesto de un solo bloque color gris, semejante a las estelas del memorial a los judíos, en cuyo interior se presenta un vídeo -visible desde una pequeña ventana- de imágenes de parejas homosexuales y lesbianas besándose en imágenes que muestran distintas épocas y situaciones, fue diseñado por Michael Elmgreen y Ingar Dragset e inaugurado en mayo del 2008.

Este memorial tampoco estuvo excepto de controversias, ya que el primer vídeo incluido en el memorial sólo mostraba una pareja de hombres, lo que provocó el rechazo de la comunidad gay, que consideró poco demostrativo de su realidad. El monumento también ha sido objeto de actos vandálicos. Actualmente se encuentra en construcción cerca del Parlamento un monumento en conmemoración a los gitanos asesinados en los campos de concentración nazis.