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Los daños ecológicos en la región Este no tienen freno

Se producen cada vez con mayor intensidad en las áreas donde aún queda follaje

EL SEIBO. Las acciones se advierten mìnimas y en muchos casos nulas por parte de las autoridae es para enfrentar los daños que provocan los constantes desmontes, envenenamiento de ríos y tumba de árboles a la ecología y el medio ambiente en la zona.

Las quemas de árboles se producen cada vez con mayor intensidad en las áreas donde aún queda follaje y otras consideradas reservas, sin que se observen acciones de las autoridades de Medio Ambiente para frenarlas.

Estas acciones se han intensificado en los últimos tiempos donde se han mudado nacionales haitianos que, tras el terremoto en su país, se han mudado en masa a comunidades rurales y zonas periféricas de la ciudad.

A la quema para producir carbón se agrega el envenenamiento en los ríos y arroyos de los que no escapan los afluentes Soco y Seibo, otros en Miches, Higüey y ni hablar de Hato Mayor y El Valle.

Peor aún son la suciedad y desperdicios que se observan en varios afluentes, especialmente en puentes que enlazan ciudades y comunidades rurales como es el caso de Coaron, Casiquillo y Badenes que unen El Seibo con la sección de Las Cuchillas, Los Botados y otros.

Las denuncias que han realizado entidades relacionadas con la conservación del Medio Ambiente evidencia que las acciones en respuesta son débiles y los daños cuantiosos y visibles a la vista de transeúntes que utilizan las vías hacia la región Este.

La tumba de árboles en comunidades rurales, donde en el pasado se temía por el rigor de las autoridades, han avanzado sin temor, mientras los encargados de la dependencia en la zona se hacen de la vista gorda.

Se observa que la mayoría de los puestos de chequeos ubicados en la salida de las ciudades, abierto hace varios años, no cuentan con personal de vigilancia y son inoperantes.

A la tala se le agrega la quema de árboles y los daños que ocasiona a la salud, dado que se realizan sin tomar en cuenta ninguna precauciòn, provocando afecciones a los residentes cercanos, algunos de los cuales han tenido que ser llevados a centros de salud.

Los daños ecológicos cometidos en diversas zonas de la región Este son incalculables, sin que se tengan reacciones oficiales en ese sentido. Pese a que las acciones para enfrentar se han reducido, es evidente que varios afluentes continúan secándose y no existe un plan acorde.

Hace varias semanas se realizó una reunión para constituir un grupo de entidades preocupadas que luchen por la conservación del medio ambiente. A estos daños no escapan personas que quieren solares y terrenos que según sostienen pertenecen al Estado y que se imponen a como de lugar.

Las autoridades de la región no han dado a conocer ninguna propuesta en ese sentido, mientras sectores ecológicos se quejan cada vez con menor fuerza.

A pesar de la insistencia de las entidades ligadas a la preservación del medio ambiente y la campaña que se conocen a través de los medios internacionales, las acciones para frenar los daños ecológicos se observan cada vez con menor fuerza en la región Este.