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Los piratas, corsarios en el mar político alemán

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Los piratas, corsarios en el mar político alemán
Muchos de los seguidores del partido son jóvenes que no alcanzan los 35 años de edad.

 Este partido, surgido desde la revolución social generada por la Internet, se ha convertido en la sorpresa política de Alemania. Por Argénida Romero

Hace seis años fueron vistos con dudas. Un partido nacido bajo los postulados individualistas del mundo de la Internet no parecía tener futuro. Hoy, el Partido Pirata alemán tiene representación en cuatro parlamentos regionales y un sondeo en abril los colocó como la cuarta fuerza política de preferencia, lo que indica la posibilidad de que puedan entrar al Parlamento Federal.

Liderado en su mayoría por jóvenes que no superan los 35 años, los principales puntos de apoyo de este partido -que nació inspirado en el primero formado en Suecia y que se ha multiplicado en otros países- parten de la defensa a los derechos individuales desde la participación ciudadana en las redes. Su membresía supera las 20 mil personas.

El pasado 11 de mayo lograron un 7.8% de los votos en el estado de Renania del Norte-Westhphalia (NRW), superando el 5% necesario para entrar en este parlamento regional. Su primer triunfo electoral lo obtuvieron a finales del 2011, al entrar al parlamento de Berlín con el 8,9% de los votos. En marzo entraron en el de Sarre, con 7.4%, y más tarde al de Schleswig-Holstein, con un 8%. "Los puntos son la lucha por las libertades individuales, las libertades del uso de Internet y de poder transferir información de una computadora a otra sin la represión de los Estados; la libertad contra el Estado que presiona a compañías, como Facebook, por ejemplo, o que algunos casos de algunos países son reprimidas", explica Fabio Reinhardt, miembro del Parlamento de Berlín por el Partido Pirata en una entrevista grupal con periodistas participantes en un seminario auspiciado por Instituto Goethe y el Ministerio de Relaciones Exteriores alemán.

Reinhardt considera que si la situación en Berlín cambia para ellos, cambiará para todo el partido y así también para la política, pues su presencia ha abierto diálogos, debates y revisiones sobre copyright (aunque no sea un tema importante en la ciudad), sobre transparencia y otros temas relacionados con la tecnología, lo que entiende es un cambio por sí mismo.

Los temas propuestos por Los Piratas son discutidos a través de plataformas digitales en las que sus seguidores pueden debatir, elaborar y votar. Dentro de sus propuestas políticas han pedido el derecho a un sueldo mensual del Estado para los ciudadanos, la gratuidad del transporte público y el consumo libre de drogas blandas.

Críticas

A pesar de que el fenómeno de Los Piratas ha pasado de ser una novedad a un hecho de transcendencia en la política alemana, persisten las críticas.

Boris Abel, politólogo, curador de arte y facilitador del Instituto Goethe, apunta que a pesar de su meteórico crecimiento, que atribuye al desencanto ante los partidos tradicionales, existen temores por la carencia de un programa integral de gobierno, la falta de preparación política de muchos de sus dirigentes y la ausencia de posición partidaria ante diversos temas, como el económico.

Personas consultadas refirieron estos puntos como su motivo para no votar por este partido. Debilidades que no ocultan Los Piratas. "A pesar de que actualmente no tenemos un programa completo, somos mucho más que un partido de Internet. Nos ocupamos de los temas relevantes para el presente y el futuro en una sociedad de la información", reza un mensaje compartido por el vicepresidente de Los Piratas, Sebastián Nerz, en la página web del partido.

Los Piratas tampoco han estado libres de escándalos. En abril pasado Martin Delius, miembro destacado de este partido, comparó el ascenso político de esta organización con el del partido Nacional Socialista en 1933, liderado por Adolf Hitler, en una entrevista con el semanario Spiegel.

Ese mismo mes eligieron como presidente a Bernd Schloemer, sociólogo de 41 años y ex funcionario del Ministerio de Defensa, quien sustituyó en el cargo al actual vicepresidente, un bioinformático de 29 años sin experiencia política. Para Abel es una decisión movida por presentar un liderazgo más preparado.

Los piratas y Anonymous

Para Reinhardt es difícil expresar un apoyo total a los Anonymous, movimiento de hackers que de acuerdo a las autoridades dominicanas afectó a páginas web de varios ministerios y por lo que fueron apresados y sometidos a la justicia un grupo de seis jóvenes.

"Hay gente muy estúpida que hace cosas estúpidas en nombre de Anonymous, y hay gente inteligente que hace buenas cosas en nombre de Anonymous".

Sin embargo, el pirata alemán señala que en términos generales es muy bueno que existan personas volviéndose políticamente activas y luchando por algo desde sus computadoras.

Los temas propuestos por Los Piratas son discutidos a través de plataformas digitales en las que sus seguidores pueden debatir, elaborar y votar.