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Buena vida

Perfecta armonía en Cap Cana

Al subir la escalinata, que conduce al umbral de Villa Las Iguanas, en Punta Cayuco, quedan en evidencia el equilibrio y la serenidad que priman en sus entrañas y entre la joven familia que allí habita.

Para Ricardo y Tammy de Haas, en República Dominicana y, específicamente, en Punta Cana, el verano es inagotable; sus vidas se reparten entre constantes viajes hacia varios continentes. España, Holanda, Mónaco y Canadá son algunos de los países que les acreditan como "ciudadanos del mundo" y, por eso, lo saben a ciencia cierta: "En este país (República Dominicana) el estilo de vida es superior".

A un año y medio de haberse radicado en el Caribe, la pareja está convencida de que tomar la decisión de comprar varias propiedades en el Proyecto Cap Cana fue la mejor y, después de viajar alrededor del mundo en busca de la "tierra prometida", descubrió a Punta Cayuco.

"Decidimos ubicar una parcela en el Este donde pudiésemos gozar de la brisa, y este lugar no sólo nos brinda eso; tenemos vista al mar, estamos rodeados por dos campos de golf y disfrutamos de un lago en frente", comenta Ricardo de Haas, su propietario.

"Villa Las Iguanas", así reza la tarja de mármol que identifica a la majestuosa residencia, bautizada igual que el campo de golf que está de cara a la propiedad. Ni el referido letrero, ni el terreno de juego son tan distintivos a la hora de llegar a esta residencia como la característica fachada que exhibe, donde salta a la vista un colosal muro empedrado -de 12 metros de altura- que atraviesa transversalmente toda la infraestructura a lo largo.

Se trata, sin duda, de una enorme tapia que sólo puede compararse con la monumental puerta de madera, que se constituye como entrada principal de este lugar y que fue diseñada por el arquitecto venezolano Francisco Feaugas.

Es este portón, justamente, una de las particularidades que distinguen al diseño arquitectónico de Feaugas. Un profesional de la arquitectura que, a juicio de los anfitriones, sabe jugar con los elementos naturales y logra resultados similares en todos sus proyectos, sin repetir ninguno de ellos.

En la memoria de Ricardo y de Tammy quedó grabada -como huella indeleble al tiempo- la estampa del arquitecto Feugas, quien estuvo sentado por más de tres horas en el centro del terreno tratando de descifrar el curso del viento y la dirección de los rayos solares para dotar de una ubicación perfecta a esta construcción de 1,000 metros cuadrados.

Los cinco elementos

Si bien es cierto que este matrimonio siempre soñó con rodearse de elementos naturales como el agua, la vegetación, la madera y la piedra, nunca imaginó que la incursión de los rayos solares en su residencia completarían los cinco elementos que, según el Feng Shui, deben estar presentes en todo hogar.

Las energías fluyen, literalmente, con el movimiento ondulante de los espejos de agua en el interior. Uno de ellos inicia, cual arroyuelo, junto al muro exterior de la residencia y pasa por debajo de la monumental puerta de entrada hasta llegar al final del lobby -siempre en compañía del muro-, para terminar cayendo en cascada hacia un pequeño estanque.

Es curioso ver cómo se integran al agua las piedras y lajas, que en el caso del baño de las visitas trasportan al visitante a esa área sobre pétalos marmóreos emergentes del pequeño espejo de agua.

Las adoquinadas paredes del recibidor exhiben, de ambos lados, espectaculares diseños de lámparas a cargo de Francisco Feaugas, unas; y otras, importadas de Oriente por la empresa Iron Clad Partnership.

Precisamente, los muebles y accesorios son de Iron Clad Muebles, empresa que dirigen Ricardo y Tammy de Haas, y que aportan un toque único a esta casa. Estas piezas, que son importadas de India, Indonesia, China y Vietnam son las protagonistas de que, hoy día, esta familia se dedique a la importación de muebles artesanales y ornamentos para el hogar. Resulta cautivamente escuchar, de sus propios labios, la anécdota de cómo pasaron, de la noche a la mañana, de ser clientes de una empresa de importación a convertirse en empresarios y directivos de la misma.

Según narran, con gran jocosidad: "Al adquirir el mobiliario para un espacio tan grande, nos dimos cuenta de que era más rentable importarlo. Al principio, empezamos trayendo piezas para nosotros; después, para los amigos... Y así inició Iron Clad Muebles".

A pesar de la ventaja que representaba para los dueños el contar con la ornamentación al alcance de sus manos, "tanto en almacén como a través de catálogos", ambos estaban conscientes de que la asesoría de dos profesionales del interiorismo, como Zaida Sanz y Terisha Lluberes, era preponderante.

Las expertas encontraron en la experiencia de decorar este espacio: "Toda una emoción por tratarse de ser una casa con una arquitectura rica y majestuosa". Por un lado, ambas estaban muy familiarizadas con los muebles de importación, por haberse involucrado en la selección de los mismos; mientas por otro, su adrenalina fluía "a borbotones" al enfrentar este interiorismo de escala monumental en el lapso de una semana.

Cuestión de estilo

Esta residencia de dos niveles y cinco dormitorios está fundamentada en una arquitectura al aire libre, donde priman las áreas abiertas y ventiladas. Sin embargo, estas características representaron un reto adicional para las decoradoras. Según Zaida Sanz: "En esta casa cualquier decoración podría desaparecer por la magnitud de los espacios, y necesitábamos lograr que las áreas abiertas se sintieran acogedoras".

Por eso, eligieron un estilo ecléctico, que les proporcionó la libertad suficiente para jugar con los colores, las formas y las texturas. "No tuvimos limitantes para lograr lo que queríamos en tan poco tiempo, todo esto gracias a la confianza que la familia de Haas depositó en nosotras", confiesan Zaida Sanz y Terisha Lluberes.

Los ricos y coloridos paisajes de fondo, matizados por el mar, el lago y el campo de golf, se constituyeron como el marco de referencia para lograr una fascinante combinación cromática en el mobiliario y en la ornamentación.

En la entrada principal de la casa y en las áreas de transición fueron colocados elementos de interés, como un par de canoas o cayucos (en alusión a Punta Cayuco), y un portal de manufactura indonesia, ubicado en el pasillo principal.

En las áreas sociales se utilizó el blanco como base, debido a la riqueza de textura en los muebles. Igualmente, se procuró acentuar el ambiente con los elementos decorativos, sin recargar los espacios.

Otra área a destacar es el estudio del sótano, pues siempre se procuró darle un toque de elegancia y mantenerlo al mismo tiempo como un salón de juegos, por eso se aplicó un color fuerte en las paredes y se mantuvo el tapiz claro en el mobiliario. Al final, el ambiente resultante es bastante acogedor.

Es probable que estos emigrantes todavía no sepan que "Hay un país en el mundo colocado en el mismo trayecto del sol..." (como declamara el poeta dominicano Pedro Mir) que les ha robado el corazón. Lo que sí saben, con seguridad, es que "este país es el mejor del mundo"...