Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Buena vida

Las dos caras del plástico

El plástico, un material denostado injustamente, resurge con el diseño en una versión más artística.

Expandir imagen
Las dos caras del plástico
La firma italiana Kartell celebra 60 años produciendo y generando una verdadera cultura del plástico para el hogar, aunando innovación técnica y diseño de vanguardia en la creación de elementos con un enorme impacto estético en la decoración.

El plástico ha sido un material denostado, vilipendiado que gracias al diseño ofrece su versión más artística y cosmopolita.

Roland Barthes fue el primero que describió con precisión la doble naturaleza del plástico: al mismo tiempo, alquímica y doméstica, así lo recoge el libro conmemorativo de los sesenta años de Kartell, la empresa de diseño italiano que con color, imaginación y arte ha hecho del plástico un material imprescindible en la decoración de un hogar actual.

"Kartell. La cultura del plástico" (Taschen) recoge la historia del nacimiento de una nueva concepción del diseño, donde técnica y vanguardia van de la mano.

Diseñadores como Fino Colombini, Achille y Pier Giacomo Castiglioni y Joe Colombo transformaron la industria, una circunstancia a la que ayudó la llegada del pop y su predilección por este material.

Bajo la dirección de Claudio Luti, tiempo después, nacieron auténticos iconos del diseño como las sillas de policarbonato transparente La Marie y Louis Ghost de Philippe Starck; o la lámpara Bourgie de Ferruccio Laviani.

Diseños coloridos, útiles y prácticos para el hogar que en un principio tuvieron la cocina como lugar de acogida y luego saltan a cualquier ámbito de la vivienda, primero en Italia y después en el resto del mundo.

Una imagen triste, gris y oscura se transforma gracias a objetos funcionales, y la decoración deja de ser arcaica para dar un respiro y atrapar con pequeños detalles la atención y las ganas por recuperar todo tipo de utensilios.

INNOVACIÓN Y BELLEZA

Giulio Castelli el fundador de Kartell, químico de profesión, y fascinado por el material que estaba en el mercado argumentaba que trataba de generar a través de sus productos "belleza, innovación y, por encima de todo, sorpresa".

Pero además de tener como piedra angular la innovación, Castelli concibe todo un sistema industrias basado en el diseño. Una circunstancia que se ve abocada a redefinir en la década de los '80 cuando el plástico vuelve a ser un material denostado, la antítesis del glamour y la modernidad.

Una imagen que cambia con el cambio de dirección y redefiniendo cromáticamente los objetivos, recuperando su versatilidad y la percepción de producto.

A partir de ahí, sillas, carritos, mesas y artículos de hogar. Los noventa son la década del nacimiento de la mesa Battista, que combina un plano de poliuretano con una estructura de acero cromado; los carritos multifuncionales Oxo aplican la flexibilidad del plástico a un elemento estructural en función de aluminio... a partir de aquí, un suma y sigue de productos que llevan recién nacido el siglo XXI a la firma a lo más alto. En 1996, la silla Maui es el primer asiento monocasco sin elementos o nervaduras metálicos que sostenga el respaldo, realizado en polipropileno.

POLICARBONATO, TODO UN DESCUBRIMIENTO

A finales de los noventa y con la llegada del nuevo milenio, la firma es la primera empresa mundial en utilizar el policarbonato para producir muebles: el prototipo es la silla La Marie, de Philippe Starck, el primer asiento monocasco de policarbonato de la historia y el primero que introduce el concepto de transparencia en el mundo del mobiliario, donde el diseñador se mueve con destreza y que hace reaparecer con la butaca Louis Ghost.

En 2001, la compañía ganó el Compasso d'Oro por el sofá Bubble Club, diseñado por Starck, el primero realizado enteramente con plástico gracias a una innovadora tecnología de moldeado rotatorio.

En 2008, la silla Mr. Impossible vuelve a ser un paso hacia adelante en la fabricación y el diseño, al soldar con láser dos cuerpos ovalados de plástico que se sostiene sobre patas transparentes y una parte superior que parece casi suspendida en el aire.

Una constante que permanece en las supertransparentes piezas de Tokujin Yoshioka de Invisible Light Collection y en el mestizaje entre plástico y tela de Patricia Urquiola.

Procesos costosos y arriesgados que ponen a prueba una obsesión constante por la experimentación, la investigación y el diseño.