Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Día de las Madres
Día de las Madres

¡Este cuento sí ha cambiado!

Expandir imagen
¡Este cuento sí ha cambiado!

Blancanieves, la Cenicienta, Rapunzel... todas, historias responsables de que la sola palabra madrastra sea un oprobio. ¿Qué tan cierta es la imagen que se ha creado? Cuatro “madres del corazón” nos muestran que, en realidad, todo se resume en una pésima propaganda.

Laura Ceballos y Eléxida

Expandir imagen
Infografía
Laura Ceballos y Eléxida. (RICARDO HERNÁNDEZ)

Cuando mi esposo y yo nos casamos él había enviudado hace un tiempo. Yo no tenía hijos; en cambio él vivía con sus dos preciosas hijas de dos y cuatro años de edad. Al principio no fue fácil, pero poco a poco fuimos venciendo todo. Con el tiempo tuvimos dos hijos más y nunca hubo esa distinción de “los tuyos y los nuestros”, simplemente eran los muchachos. En nuestra casa nunca se habló de medio hermano, ni ellas se referían a mí como su madrastra. Sí han sabido siempre que su madre biológica descansa junto al Padre, es por eso que su papá y yo nos preocupamos de que disfruten de un hogar estable. Siempre he creído que mamá es la que cría y estoy plenamente convencida de que el Señor tiene un plan perfecto y quiso que todos estuvieran en mi vida.

Luis José Alcántara y Saraida

Expandir imagen
Infografía

A mi esposo lo conocí en los gajes del oficio. En aquel entonces él tenía dos hijos, un varón y una hembra de tres y cinco años, que vivían con su ex esposa y la pareja de ésta. Yo aún no me había casado ni tenía hijos. Él siempre estaba pendiente de ellos. Recuerdo que iban a la casa cada dos fines de semana y en verano cuando querían. Les tenía su espacio con todo lo que necesitaban. Años más tarde, su madre y su esposo decidieron vivir en los EEUU y, tres años después, Luis decidió volver a Santo Domingo para vivir con nosotros. Desde ese momento siempre hemos estado juntos los cuatro: mi esposo, nuestra hija Laura Sophia, su hermano Luis José, y yo. Nunca he pretendido sustituir a su mamá, pero les hago saber a ambos que tienen en mí a alguien incondicional. Tengo la firme convicción de que los hijos no son responsables, ni culpables, de las decisiones que tomen los adultos. Si decidiste iniciar una relación como ésta, debes estar preparada para asumir el paquete completo. No puedes exigir para tus hijos lo que no estás dispuesta a dar a los hijos de tu compañero.

Ninoshka junto a Emilia, Lorena y Daniela Espaillat

Expandir imagen
Infografía

Cuando nos empezamos a ver, él estaba separado y yo divorciada. Si bien nos conocíamos desde pequeños, nos reencontramos veinte años más tarde gracias a un grupo de amigos de la parroquia Santísima Trinidad. Él tiene tres hermosas hijas de su primer matrimonio; yo, dos varones que amo. Con el tiempo decidimos formar una familia. Como todo principio y, más en nuestro caso, no fue fácil. Para lograr integrarnos, nos fuimos a Disney de Luna de Miel, hablamos de qué nos gusta y qué no, tenemos reglas claras, pero tratamos de ser lo más justos posible y todos hacemos algo en el negocio. Al principio, las chicas pasaban con nosotros los fines de semana, pero desde hace cuatro años vivimos todos juntos. Si decides estar en este tipo de relación debes tener claro que no vas a usurpar un espacio, sino a ganarte el tuyo. Quiero que ellas sientan que si necesitan de mí, siempre estaré ahí. Ser madre del corazón es una decisión. Dios me regaló un matrimonio de once años y un familión que amo.

Rita junto a Alicia Mota

Expandir imagen
Infografía

Formar una “familia remendada’ no es fácil. Hemos cometido errores, vivimos muchas penas, pero también atesoramos grandes alegrías y aciertos. Yo tengo un hijo de mi primer matrimonio; mi esposo, una hija. Cuando nos casamos ella tenía dos años, ahora tiene quince. No pudimos tener más hijos por una condición médica que tengo, pero Dios nos regaló a ellos dos. Mi relación con Alicia es muy buena, nos tratamos bien y nunca la he visto como una hijastra, sino como mi hija. Desde hace unos años, y por circunstancias de la vida, vivimos todos juntos. Un momento inolvidable fue cuando Alicia me pidió que preparara la mesa de dulces de sus quince, fue un acontecimiento importante y me sentí distinguida. Mi consejo es que si tú realmente amas a tu pareja, ese amor tiene que pasar a los hijos. Mi mayor satisfacción es verlos como están ahora. Oro para que siempre tomen las decisiones correctas.

TEMAS -