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“Me rehuso a ser víctima”

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“Me rehuso a ser víctima”

En medio de una denuncia donde la Unión de Libertades Civiles de Estados Unidos está pidiendo que el gobierno investigue a fondo la discriminación femenina en el mundo del cine, del otro lado del Atlántico, en Francia, Salma Hayek participó del panel ‘Kering Women in Motion’ con otras mujeres famosas como Isabella Rosellini que expusieron su opinión personal sobre el tema. Y en una sincera entrevista, por primera vez, Salma se sienta a hablar de sus propias experiencias frente a la discriminación, sin autocensura, destapando las secretas verdades que esconde el mundo machista de Hollywood.

¿Crees que las mujeres puedan generar cierto cambio en el mundo del cine donde hay menos de un 5% de directoras mujeres o incluso ninguna protagonizó una de las producciones nominadas como Mejor Película en la última entrega del Oscar?

La solución es bastante simple. La única forma de que los hombres quieran ayudar a generar un cambio, la única forma de inspirarlos es con dinero, demostrándole que somos una fuerza económica. Hasta ahora no se molestaron porque están ocupados con ganar dinero de la misma forma que lo vienen haciendo siempre. Para ellos esto es un negocio y no piensan como las mujeres. No dicen “mi Dios, esta película da vergüenza, es humillante hacer algo así”. No. Ellos solamente piensan en los millones que van a ganar.

¿En las recaudaciones las mujeres no generan tantos millones de dólares en Hollywood como los hombres?

Lo triste es que las únicas dos industrias donde las mujeres recaudan más que lo hombres son la moda y la pornografía. Y es triste y una antigüedad saber que en el cine las grandes estrellas valemos la pena solo si somos objetos sexuales. Es una forma muy ignorante de ver quienes somos. Y es difícil entenderlo porque estamos dentro de un círculo vicioso donde las mujeres no tenemos la oportunidad de expresar quienes somos o lo que queremos ver en el cine.

¿Los actores más famosos que imponen sueldos más altos que las mujeres también tienen la culpa?

Uno de los peores problemas que nadie habla es que los hombres, los grandes protagonistas están en el corazón del problema. La mayoría de los actores más famosos, en sus contratos imponen la aprobación de la actriz que va a ser la protagonista femenina. El hombre siempre es el ‘dios’ del cine, porque es el que decide. Y tampoco nos pagan lo mismo, ahí también hay discriminación. Es algo que tendría que decidir el director, no un actor. Y el hecho de poder decidir a quien va a besar es demasiado machista.

¿Y en ese sentido, Antonio Banderas no tuvo mucho que ver en tu éxito cuando trabajaron juntos en las películas de ‘Desperado’?

Por suerte tengo una manager brillante que también representa a Julianne Moore y no nos despidió cuando cumplimos 35 años. Ella es la que pelea por nosotras. Pero cuando las mujeres fuertes que son las estrellas más importantes, recibimos un guión y todo está listo, los hombres nunca quiere ser segundos. Y es por eso que sin exagerar quedan en el camino proyectos muy importantes que no pueden encontrar un protagonista famoso, porque las recaudaciones están basadas en los protagonistas masculinos, la financiación, el apoyo total y el estudio se niega a distribuir lo que esté fuera de ese esquema.

¿Por ahí pasa la investigación que está pidiendo la Unión de Libertades Civiles?

Por ahí pasa el problema. ¿Cómo podemos saber lo que valen estas increíbles mujeres si las ponen siempre en un personaje menor que el hombre? Porque ellos también se involucran en el guión, tienen la aprobación final, si no les gusta hacia donde va el personaje femenino que pueda robarles luz. ¿Cómo pueden saber que la mujer no recauda igual, si es el hombre el que se lleva siempre el crédito? ¿Cómo saben que nos nos vinieron a ver a nosotras? La discriminación pasa por diferentes puntos y aunque nadie lo diga, también pasa por los protagonistas másculinos... Uy, después de esto no vuelvo a trabajar más [Risas].

¿Te han cerrado puertas por ser mujer y latina, en Hollywood, más allá de tu fama?

Cuando yo empecé a producir para los latinos, siempre me cerraron las puertas, una después de la otra. Es una idea brillante mostrar las estadísticas para comprobar el poder que tenemos los hispanos como consumidores por ser una enorme población en Estados Unidos, aunque no estemos representados más allá del servicio doméstico. Y cuando yo traté de producir ‘Betty La Fea’ [Ugly Betty], me dijeron ‘no’ muchísimas veces. Pero yo no quise renunciar. Lo que hice fue ir a una compañía que compra espacios en televisión para muchos anunciantes. Les mostré los números en cómo podíamos representar dinero y pude convecerlos porque querían llegar a ese público latino, solo porque había dinero atrás. Y así pude ir a ABC, diciéndoles que había vendido cada uno de los comerciales de la serie de televisión.

¿Y qué fue lo que no les había gustado de ‘Betty la Fea’, antes de hablar del lado económico?

Yo quería hacer una telenovela que se había hecho en Colombia donde la protagonista no era linda. Estaba tratando de hacer por primera vez una comedia de una hora. Nunca antes se había hecho algo así, nunca. Y cada vez que aparece algo nuevo, todos escapan. No podían entender que algo así podía estar en televisión. Pero una vez que vieron el dinero, encontraron el espacio enseguida. Y la primera vez que salió al aire tuvo 16 millones de televidentes.

¿No crees que pueda haber un cambio parecido, en el cine con las mujeres?

El problema es que nadie se tomó el tiempo para intentarlo. Miramos las estadísticas como víctimas. Pero tenemos que buscar una posición de poder. Cuando sepan el dinero que están perdiendo, van a reaccionar enseguida.

¿No te parece que al menos hay algún cambio con el éxito de Jennifer Lawrence en ‘Los Juegos del Hambre’ además de los millones que recaudaron películas femeninas como ‘50 Sombras de Gray’ o ‘Pitch Perfect 2’ y ‘Magic Mike’ o incluso Charlize Theron con ‘Mad Max’?

Sí, noto el cambio. Y mi teoría se comprueba con ‘50 Sombras de Grey’. Es un libro que escribió una mujer para las mujeres. Pero ahora se encuentran con el problema de no tener mujeres guinonistas ni directoras. Toda la industria se mueve lenta porque perdieron una generación entera que abandonaron. Tenemos suerte porque las mujeres jóvenes nos están ayudando, comprando todos estos libros que después terminan en el cine con protagonistas femeninas como Jennifer Lawrence o Dakota Johnson. Todo porque el público femenino más joven empezó a demostrar “esto es lo que queremos”. Y ahora saben que quiere ese sector demográfico y el poder económico que tienen. Pero también se olvidan que hay una generación de mujeres inteligentes que también tienen poder económico, porque la mujer ahora también tiene éxito. Ahora trabajamos, ganamos nuestro propio dinero y hoy somos fuertes como consumidoras.

¿Cuál es entonces el problema?

El problema es que todavía no saben lo que queremos ver las mujeres, porque como no hay nada que diga lo que queremos decir, no lo producen. No estamos yendo al cine y por eso es tan dificil entender la película que queremos ver. Mi teoría es que no hay nada que podamos ver y además tampoco hay trabajos para las mujeres que puedan entender lo que queremos. No hay escritoras, no hay productoras, no hay suficientes directoras. No nos interesa todo aquello que nos muestre como un objeto sexual. No nos vende. Pero la televisión inteligente sí captó nuestra atención. Y el cine está en problemas porque no nos interesan las películas que hay y piensan que la tecnología está matando al cine. No.

Si la televisión entiende más a la mujer, ¿no es posible mostrar el cine que les gusta, con temas femeninos en películas de TV?

Pasa en cierta forma con el cine independiente y lo vemos también en televisión. Pero las mujeres ya perdimos el amor por el ritual de ir a un cine. Ya no es parte de nuestras vidas ahora que estamos trabajando y estamos mucho más ocupadas. Así como el mundo del cine nos abandonó, nosotras también lo abandonamos. Y nuestro nuevo ritual es la TV. En el cine piensan que solo nos gustan las comedias románticas. Somos mucho más inteligentes que eso. Es parte del pasado.

¿De verdad crees que la mujer no quiere ver películas románticas?

Somos románticas, queremos ir al cine, queremos experimentar el romance cuando se apagan las luces, con toda la anticipación que genera. Todas las mujeres queremos un escape así. Pero no tenemos nada bueno para ver.

¿Habiendo pasado por tantos roles como actriz famosa, productora o directora, cuál de todos esos roles tienen mayor influencia para un cambio?

No creo que sea ningún rol. En el primer minuto que llegué a Estados Unidos me dijeron que me volviera a mi casa. “Vuelve a hacer telenovelas. Nunca vas a conseguir trabajo aquí. Apenas hablas inglés. Eres Mexicana”. Yo era una estrella importante en mi país y cuando vine a Estados Unidos me cerraron todas las puertas en la cara y tuve que empezar como extra de cine.

¿Es verdad que un ejecutivo alguna vez te dijo “Pudiste haber sido la más grande estrella de Estados Unidos pero naciste en el país equivocado y no podemos arriesgarnos a que abras la boca y la gente piense en sus mucamas”?

Fue el que más me elogió porque al menos reconoció diciéndome “eres inteligente, eres talentosa y hermosa. Pudiste ser una estrella enorme pero naciste en el país equivocado”. Al menos fue honesto conmigo, porque muchos piensan igual y no lo dicen.

¿Qué otras reacciones similares llegaste a tener?

¡Me encantaría contarte todas! Hubo una vez, con un director que no quiero decir quien fue, pero hubo alguien que realmente peleó por mí para estar en una película de ciencia ficción y terminó enviándome una larga carta de disculpas porque le dijeron “¿Una mexicana en el espacio? ¿Estás loco?”.

¿Te refieres a ‘Gravitiy’ con Sandra Bullock?

No, ‘Gravity’ no fue, era una científica en una nave espacial... Pero la pelea llegó a tal punto que le dijeron al director “Ok, si quieres, se la puedes ofrecer a Jennifer López que al menos no tiene acento”. Esa fue la negociación. No quiero decir quien fue, pero se lo dieron a una actriz de color. ¡Al menos fueron por ese lado!

¿Cómo logras mantenerte en la cima entonces?

Yo soy mexicana, soy mujer, soy libanesa, tengo 48 años. No puedo estar más abajo. Y sin embargo trabajo más que nunca. Siempre trabajé fuera de los grandes estudios. La única razón por la que hice algunas películas con ellos es porque me impuso gente como Adam Sandler que es amigo mio. Y de alguna forma pude sobrevivir. Creo que no puedo quejarme si al menos no hago un esfuerzo por marcar una diferencia. Por eso me convertí en productora. Con la película ‘Frida’ tardé ocho años. Yo hago trabajos originales. No soy productora porque soy actriz, sino porque no acepto un ‘no’ como respuesta. Me rehuso a ser víctima, sentándome a llorar. Si muero en el camino, quiero morir con orgullo.

Fotos: Getty Images

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