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Las compañías temen un cambio radical en Argentina

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Las compañías temen un cambio radical en Argentina
La presidenta de Argentina, Cristina Fernández, escucha un discurso del presidente de la bolsa de valores de Buenos Aires.
Cuando la presidenta Cristina Fernández alabó confiadamente al sistema financiero argentino como "uno de los más sólidos del mundo" durante un discurso en el mercado de valores de Buenos Aires el miércoles, algunos de los altos ejecutivos presentes tuvieron problemas para esconder su incredulidad.

Solamente el día anterior, en el cual a momentos estuvo a punto de llorar, la volátil líder argentina anunció un plan para desestimar una orden del juzgado de EEUU para pagarles a los acreedores "holdout" en Nueva York, después de que el dictamen empujó al país al incumplimiento por segunda vez en 13 años.

Los economistas dicen que la Sra. Fernández tiene razón para estar nerviosa. Advierten que el plan de usar un banco estatal argentino para pagar la deuda e invitar a acreedores a cambiar sus bonos sujetos a leyes externas por otros sujetos a las leyes argentinas, solamente prolongaría el aislamiento de Argentina de los mercados internacionales desde su incumplimiento en 2001 y enviaría a la economía a una recesión más profunda.

Muchos dudan que el plan sea factible. Uno de los fondos de cobertura "holdout", Aurelius Capital Management, dice que los líderes argentinos escogieron "ponerse fuera de la ley" con este plan. En Nueva York, el Juez Thomas Griesa dijo el jueves que era "ilegal", aunque se detuvo antes de declarar a Buenos Aires en desacato, "por el momento".

Desde el incumplimiento, disparado por la decisión del Juez Griesa de no permitir que el Bank of New York Mellon transfiriera pagos de interés a los tenedores de bonos sin pagarles a los acreedores "holdout" al mismo tiempo, crecen los temores de que la Sra. Fernández adopte una estrategia de línea dura.

"La presidenta ha decidido dejar de manejar una posición ortodoxa y está reaccionando radicalmente", dijo un ejecutivo extranjero en Argentina al referirse a los esfuerzos realizados en el último año para normalizar las relaciones con acreedores internacionales y así recuperar el acceso al financiamiento externo conforme las reservas del banco central caían a números bajos récord.

Esos esfuerzos, aparentemente obstaculizados por el incumplimiento, incluían un acuerdo para compensar a Repsol de España con $5 mil millones después de expropiar sus activos argentinos en 2012, y pagar una antigua deuda de $10 mil millones a las naciones acreedoras del Club de París.

El ejecutivo se quejó de una serie de movimientos "aterradores" contra el sector privado.

Éstos incluyen amenazas de sancionar una compañía basada en EEUU después de que se declaró en bancarrota y cerró sus operaciones locales, lo cual según la Sra. Fernández era realmente un intento respaldado por los "fondos buitres" para engendrar temor entre la población.

Los grupos de negocios también están peleando acerca de la llamada ley de "insumos" que está siendo discutida en el congreso y que ha sido descrita como "retrógrada" y "anticonstitucional" por líderes de negocios, quienes dicen que permitirá que el gobierno intervenga compañías para controlar precios y utilidades.

Algunos observadores temen que un conflicto se está desenvolviendo a un nivel muy parecido al del dañino choque que la Sra. Fernández tuvo con el sector agricultor en 2008.

Pero Hugo Haime, un encuestador en Buenos Aires, dice que esta atmósfera combativa le viene bien a la Sra. Fernández, si ella quiere ser vista como una líder que defiende los intereses nacionales contra el enemigo impopular, ya sean los "fondos buitres" de afuera o los ricos y privilegiados en casa.

"Este gobierno se siente cómodo en una posición de confrontación permanente", dijo.

En particular, le permite a la Sra. Fernández buscar apoyo entre sus simpatizantes de línea dura, cuyo respaldo le hace falta en el congreso, no solamente en la campaña para las elecciones presidenciales el año entrante, sino para permitir la duración a largo plazo de su movimiento político y la protección de su legado después de que termine su período.

Carlos Germano, un analista político, dice que la Sra. Fernández está también sacando ventaja del conflicto, especialmente con los acreedores "holdout", para distraer la atención de los problemas económicos, durante una profunda recesión empeorada por una de las tasas más grandes de inflación a nivel mundial y una grave escasez de reservas de divisas.

En realidad, muchos economistas esperan una segunda devaluación este año, con el peso del mercado negro cayendo a una cifra récord de 14 por dólar, comparado con 10 por 1 en enero.

La preocupación por la autonomía del banco central se ha intensificado al bajar las tasas de interés después del incumplimiento para estimular la economía, en vez de aumentarlas para prevenir fuga de capitales.

La gestión poco convencional del gobierno con respecto a la situación económica se vio bajo un fuerte escrutinio el jueves cuando las exportaciones de carne se suspendieron para combatir la inflación, a pesar de la escasez de dólares.

"El modelo económico del gobierno se está deshaciendo ... Están tratando de poner en primer plano el asunto de los acreedores "holdout" para que la gente no hable de lo que realmente les interesa: el hecho de que no pueden pagar sus cuentas", dice el Sr. Germano, quien menciona que aunque la Sra. Fernández ha recibido un impulso por su manejo del problema de los acreedores "holdout", esto no durará siempre.

"Tal vez ella se esté riendo ahora, pero todo terminará en lágrimas", dijo.

© The Financial Times Limited [2014]. Todos los derechos reservados. Este contenido no debe ser copiado, redistribuido o modificado de manera alguna.