Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
economia

La demanda de deuda es fuerte en América Latina

Expandir imagen
La demanda de deuda es fuerte en América Latina
AL en su conjunto goza de buena gestión de su política económica.

América Latina ya pasó por eso. Un auge en los precios de las materias primas impulsa el crecimiento económico; las bajas tasas de interés en EEUU inundan la región con capital; y luego colapsan los precios de las materias primas y suben las tasas de interés en EEUU.

Los capitales se fugan de la región; las monedas caen y los costos del servicio de la deuda se disparan. Éstos son los ingredientes clásicos de una desaceleración latinoamericana tradicional, y hoy en día muchos de ellos están presentes.

Una señal es que el índice de precios de las materias primas Bloomberg, una referencia para las inversiones de los productos básicos, ha caído a un mínimo de cinco años ahora que la economía de China se ha desacelerado. Otra es cómo la inversión extranjera en la región se redujo en un 23 por ciento en el primer semestre del año, en comparación con 2013, en gran parte debido a una desaceleración de las inversiones mineras.

Una tercera señal es que algunas monedas latinoamericanas han sufrido depreciaciones abruptas, a medida que los déficits en cuenta corriente han seguido deteriorándose. Estos déficits crecientes están presentes a pesar de una desaceleración en el crecimiento de la región a 1.2 por ciento este año, según el Banco Mundial.

Y una cuarta señal es la preocupación de que algunas empresas de América Latina, habiendo emitido cantidades récord de bonos en moneda extranjera – $117 mil millones en los primeros nueve meses del año, según el analista de mercado Dealogic – podrían ahora vérselas difíciles para pagar sus deudas. En octubre, la agencia de calificación crediticia Moody bajó los bonos de la compañía petrolera estatal de Brasil, Petrobras, a dos niveles por encima de grado especulativo, debido al efecto de la caída de los precios del petróleo y el debilitamiento del real para el pago de sus $170 mil millones de deuda.

¿Cabe preguntarse si el panorama es totalmente pesimista para los mercados de capitales de América Latina para el año próximo? La respuesta, tal vez sorpresivamente, es: no, y ciertamente no en todos los mercados. “Las necesidades de financiamiento siguen siendo fuertes y los balances son generalmente sanos”, dice Antonia Stolper, jefa para las Américas para mercados capitales de Shearman & Sterling, un bufete de abogados. “No veo ninguna necesidad para una desaceleración”.

Los mayores obstáculos para semejante optimismo son las tasas de interés de China y de EEUU.

Una caída repentina en la economía china tendría un efecto mayor sobre las economías basadas en las materias primas de América del Sur – pero también es relativamente poco probable. Un aumento en las tasas de interés en EEUU es más probable, pero tendría un efecto relativo menor, dicen los analistas.

Hay varias razones por las que los mercados de deuda de América Latina deben seguir disfrutando de una buena temporada, a pesar de ocasionales estallidos de alta volatilidad – aunque no a los niveles récord de los últimos años.

En primer lugar, incluso si las tasas de interés en EEUU suben ahora que la flexibilización cuantitativa ha terminado, parece que el Banco de Japón y el Banco Central Europeo seguirán bombeando liquidez durante un futuro previsible.

“También hay una escasez estructural mundial de bonos”, dice José Luis Daza, presidente de inversiones de QFR Capital Management, una firma de asesoría con sede en Nueva York, agregando que esto debería mantener la demanda para deuda latinoamericana de mayor rendimiento.

Paradójicamente, esta demanda sostenida también podría conducir a que emisores locales crean que la demanda continua por sus bonos es un voto de confianza, aun cuando las economías se están debilitando. Esa percepción errónea podría crear problemas más adelante.

Sin embargo, el segundo motivo de alegría es que México, la segunda mayor economía de la región, debe verse de manera diferente al resto. Su industria de manufactura pesada ha sido castigada por el auge de los precios de las materias primas y por el ascenso de China en los últimos 10 años. La reversión de esa tendencia ahora debería ayudar a México.

Y en tercer lugar, la región en su conjunto goza de buena gestión de su política económica. El desarrollo de los mercados de deuda en moneda local con el apoyo del rápido crecimiento de fondos de pensiones nacionales también significa que hay un mercado local de deuda local. Eso es especialmente cierto en los casos de México, Colombia y Chile.

“Estos tres países tienen las mejores posibilidades para financiar sus programas de infraestructura internamente”, dice un financiero de alto nivel de América Latina.

“Generalmente también tienen tasas de interés bajas, a diferencia de Brasil – que es una de las razones por las que su programa de infraestructura tiene tantas dificultades para despegar”, añade el financiero.

Las dos excepciones evidentes a este panorama regional en general positivo son Argentina y Venezuela. Argentina ya está en incumplimiento de sus bonos reestructurados. Venezuela tiene la deuda soberana de más alto rendimiento del mundo, lo que sugiere que es un candidato ideal para la mora en cualquier momento.

Esto es en cuanto a la deuda. ¿Qué pasa, sin embargo, con los mercados de capitales de renta variable y las fusiones y adquisiciones?

En los primeros nueve meses del año, la generación de equidad se redujo un 34 por ciento a $18.6 mil millones en comparación con 2013 – una víctima de la desaceleración del crecimiento, los mercados de valores débiles y la deuda barata.

Aún así, las matemáticas podrían cambiar si los costos de endeudamiento subieran abruptamente, o si las monedas se hundieran. En ese caso, las empresas, sobre todo aquellas que se han estado expandiendo en toda la región, tendrían que reconstruir sus hojas de balances con más generación de capital.

Las monedas más débiles y las bajas valoraciones de la equidad debido al apalancamiento podrían beneficiar a los compradores extranjeros, especialmente las empresas estadounidenses ricas en efectivo.

Eso podría generar otro aumento en las fusiones y adquisiciones, que se elevaron a $93 mil millones en los primeros nueve meses de 2014 respecto al año anterior.

“Podría ser el momento de comprar”, dice el director de una empresa de Wall Street especializada en América Latina, con un brillo en sus ojos.

© The Financial Times Limited [2014]. Todos los derechos reservados. Este contenido no debe ser copiado, redistribuido o modificado de manera alguna.