La calidad del césped, otro desafío para los equipos y jugadores en la liga profesional

SANTO DOMINGO. Además del nivel técnico y de la respuesta del público, la tercera interrogante que genera el anuncio de una liga profesional (LDF) es el de los estadios. Desde las facilidades logísticas que incluye baños, vestidores y graderías, pero con gran énfasis en las condiciones del terreno de juego.

El campeonato comenzará con canchas desde el tipo uno, como la carpeta artificial en Santiago y el Francisco Micheli de La Romana, hasta otras, con áreas en las que los jugadores se los pensarán entre correr o caminar como el Estadio Olímpico Félix Sánchez, que albergará a tres de los cuatro equipos del Gran Santo Domingo.

Tras casi dos meses de trabajo en la grama, los directivos de los equipos que usarán el Olímpico esperan que dentro de un mes la superficie esté a un 80%. Jorge Bauger reveló esta semana que se extrajeron más de 40 sacos de basura del área verde y que aún resta aplicarle niveladora y herbicidas. Allí jugarán Bauger FC, O&M y Pantoja.

El Olímpico duró una década vetado por la FIFA, y en 2014 el Ministerio de Deportes hizo una reparación de parte de los daños sufridos durante esos 10 años en los que allí no se jugó un partido.

Además del peligro que representa para la salud de los jugadores, una cancha sin las condiciones puede incidir en el tipo de juego que puede desarrollar un equipo. “En el Olímpico sería imposible pensar jugar al tiki-taka del Barça”, dice el entrenador Jorge Allen Bauger, en referencia al juego de toques cortos que caracteriza al famoso equipo catalán.

El del Parque del Este, sede del Club Barcelona Atlético, lleva un mes cerrado con varios hombres sustituyendo grama y dando mantenimiento al césped. Javier Ledezma, gerente general del conjunto, estima que para el domingo cuando el equipo reciba al Atlántico de Puerto Plata la cancha estará a un 70%.

Ledezma estima en US$40 mil el costo que puede alcanzar acondicionar la grama para ponerla al nivel profesional. Sus aspiraciones iniciales giran en torno a asistencias de mil personas por encuentro.

“Son de las soluciones para el fútbol que generará la liga en sí. Originalmente íbamos a jugar en los estadios de béisbol cuando se dio a conocer al público el proyecto, pero al salirse equipos que originalmente iban a facilitar los estadios que ellos utilizan en la pelota se nos creó la necesidad de adecuar los que teníamos”, dijo Félix Ledesma, director general del circuito.

El parque Quisqueya, con una superficie aprobada por la FIFA y la Major League Baseball, sería el estadio que albergaría los partidos en la Capital. Pero la salida del proyecto de los inquilinos del recinto (Licey y Escogido) imposibilitó su uso.

El Olímpico es la instalación con mayores facilidades para acceder en vehículos privados o por el transporte público, con tres estaciones del Metro y haciendo frontera con tres de las vías con más rutas como la John F. Kennedy, Máximo Gómez y 27 de Febrero.

En Moca, para atender la gran demanda de público que se proyecta asista a los partidos, se escogió el parque de béisbol Bragaña García, y se le eliminó el montículo.

Igual ocurrió en La Vega, ya que la cancha de Jarabacoa no reunía las condiciones, mientras que en La Romana el Francisco Micheli garantiza un terreno a la altura del que ofrece para los Toros en la pelota otoño-invernal.

San Cristóbal dispone del único estadio autorizado por la FIFA para disputar partidos internacionales en el país. Es el Panamericano, construido en 2003, y que fue remozado en 2012 con una inversión de US$400 mil que otorgó el órgano rector del balompié mundial.

Nathanael Pérez Neró