Pasando el turno

En los juegos de póquer durante la agitada época de la expansión hacia el oeste en los EE.UU., era costumbre señalar con una navaja puesta sobre la mesa al jugador encargado de pasar las cartas, rol que se rotaba entre ellos.

Si alguien no deseaba hacerlo, movía el marcador hacia el próximo jugador. El presidente Harry Truman tenía sobre su escritorio un letrero alusivo a esa costumbre, con la finalidad de indicar que en su caso la responsabilidad de actuar se detenía allí.

El presidente Medina tuvo que asumir la responsabilidad de detener la conversión en ley del proyecto de Loma Miranda, algo que quizás hubiera podido evitar si hubiera tomado previamente una posición más definida sobre el asunto. Los senadores le pasaron el turno y no tuvo más remedio que intervenir de todos modos.

Ahora no hay parque nacional, pero tampoco hay extracción de materiales. Se vuelve atrás, pero no habrá un paso hacia adelante mientras no se elaboren estudios y se dicte una ley que ordene la utilización del territorio del país. Ambos lados en pugna seguirán defendiendo sus posiciones y difícilmente habrá un acuerdo que satisfaga a todas las partes.

La empresa minera continuará defendiendo sus derechos y los ambientalistas proseguirán la lucha a favor de lo que consideran correcto. El caso puede durar por tiempo indefinido sin una decisión concreta.

En cierto modo, el Presidente ha logrado lo que Truman entendía era imposible. No pasó el turno a nadie más, y asumió su responsabilidad, pero logró diferir el caso hacia el futuro, cuando quizás las pasiones se aplaquen, y pueda haber argumentos más sólidos a favor de una u otra posición.

Avanzamos, sin embargo, hacia un proceso electoral cuya primera fase, la interna en el partido de gobierno, tendrá lugar en el 2015, seguida por los comicios del 2016. La proximidad de esos eventos polarizará la discusión y condicionará la actuación de funcionarios y legisladores.

Gustavo Volmar