Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
economia

Parte de un conjunto

Mientras delegados gubernamentales y representantes de empresas estadounidenses preparaban sus maletas para viajar a Cuba, maletines en mano conteniendo borradores de acuerdos, proyectos de inversión, contratos de concesiones, estudios de mercado y propuestas de negocios, nuestro país fue objeto de una prohibición de entrada a los Estados Unidos de varios tipos de frutos y vegetales, abriéndose mientras permanezca vigente un espacio potencial aprovechable por productores de otras naciones.

Se diría que el evento que originó esa prohibición fue fortuito, aislado e imprevisible. Por algún medio de transporte, procedente de algún lugar y alojada de algún modo, llegó la mosca del mediterráneo, y lo único que corresponde que hagamos es contenerla, erradicarla y conseguir otros lugares donde vender nuestros productos.

Ver el asunto de esa forma, sin embargo, nos haría perder una valiosa oportunidad de reconocer que ese incidente puede inscribirse dentro de una larga lista de debilidades fitosanitarias que han venido perjudicando durante años a nuestros productores agropecuarios.

No es la primera vez, y a juzgar por los antecedentes no será la última ocasión, en que productos dominicanos pierden mercados de exportación por causas tan diversas como deficiencias de conservación, infecciones y contaminación con insecticidas. Y no sólo se pierden mercados, sino que disminuyen los rendimientos obtenidos, dando lugar a un incremento en los costos unitarios que nos impide competir eficazmente con fuentes alternativas de suministro.

El problema es parte de la falta de control de calidad que afecta muchos de nuestros sectores económicos, resultante de procesos obsoletos, instalaciones improvisadas y mano de obra no calificada. Es un síntoma de una cultura de laxitud e imprevisión que prefiere convivir con los problemas y sólo mitigarlos temporalmente, en lugar de resolverlos de forma definitiva.

gvolmar@diariolibre.com