Discreción conservadora

En las elecciones del Reino Unido hubo ganadores y perdedores, como en cualquier otra elección. Ganaron los conservadores y los nacionalistas escoceses, y perdieron los liberales, laboristas y un partido escocés ultra nacionalista. Pero aparte de esos tres, un grupo de compañías también sufrió una inesperada derrota.

Igual que sucedió hace poco en las elecciones en Israel, los vaticinios de las compañías encuestadoras probaron estar equivocados. Siempre existe un margen de error definido al estructurar la encuesta, pero en estos casos la diferencia en los resultados excedió por mucho el margen establecido, lo que ha llevado a las encuestadoras a reevaluar sus métodos, y tratar de encontrar la causa de la equivocación.

Un patrón de conducta parece estar emergiendo de los análisis. En Israel y en el Reino Unido, el error de pronóstico consistió en subestimar el voto de los partidos de derecha, tanto en las encuestas previas a los comicios, como también en las encuestas posteriores al voto. Una evaluación de los vaticinios de los últimos treinta años en el Reino Unido muestra que ha sido tres veces más frecuente que se subestimen los votos de derecha que los de izquierda.

Esos datos dan pie a la posibilidad de que los conservadores sean más propensos que los partidarios de la izquierda a no dar información, o dar respuestas falsas, sobre su voto o intención de voto, por razones que se desconocen, pero que podrían tener que ver con el atractivo de las causas sociales de la izquierda, o quizás a que en la historia reciente de ambos países la derecha ha gobernado más tiempo, por lo que el voto a su favor usualmente no ha sido por el cambio.

Sea cual fuere la razón, los métodos estadísticos permitirían tomar en cuenta esa diferencia de actitud, y ajustar en lo adelante los resultados de las encuestas, pero habría que estar seguro de que es un comportamiento que seguirá ocurriendo en el futuro.

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Gustavo Volmar