Efectos de las repatriaciones
Gustavo Volmar
El debate sobre las repatriaciones de haitianos ha llegado a un punto crítico, donde se podrá constatar el alcance real y las consecuencias prácticas de las regulaciones establecidas.
El panorama luce incierto, en lo que respecta a la disposición o capacidad de aplicar la ley con todo lo que ella implica. Podría ser aplicada por un tiempo y olvidada después.
Muchos podrían salir ahora y retornar más adelante. Quizás aumente el precio a pagar a quienes dejan entrar a los indocumentados.
Se podría sancionar a quienes contraten ilegales, aunque es difícil que eso suceda. Y cabrían flexibilizaciones, interpretaciones, excepciones, iniciativas, programas, permisos y otras posibilidades.
En todo caso, el hecho es que las repatriaciones, la nacionalidad y demás componentes de este asunto están siendo objeto de atención a nivel mundial, hasta en lugares donde sería de esperar que no se hubiera oído hablar de la República Dominicana.
Por las causas que sean, malas o buenas, Haití parece ser más conocido que nosotros, y se ha movido en los foros internacionales para lograr que sus criterios prevalezcan sobre la posición sustentada por las autoridades dominicanas.
Y, por supuesto, tiene fuerzas poderosas que respaldan sus puntos de vista, aparte de la simpatía natural que despierta por su pobreza y por las calamidades que ha sufrido.
Desde el punto de vista económico los efectos dependerán de hasta dónde se decida aplicar la ley.
Inicialmente habrá repercusiones en algunos mercados y zonas del país, urbanas y rurales, pero para que los salarios y los costos de producción fueran afectados serían necesarias medidas más controversiales.
En cuanto a las amenazas de boicot del turismo, inversiones o productos, la experiencia mundial indica que usualmente no prosperan, a menos que sean el resultado de sanciones impuestas por gobiernos u organismos con suficiente importancia económica.
Gustavo Volmar
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