Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Actualidad

Techos verdes podrían ser solución a problemas constructivos y ambientales

Desarrollar una tecnología de techos verdes basada en el clima de la República Dominica, que devuelva a las ciudades del país el equilibrio ecológico y ambiental que le han sustraído el concreto y el asfalto, es el objetivo de una investigación que desarrolla la Universidad Iberoamericana.

El proyecto "Respuesta hidrológica, térmica y sanitaria de techos verdes en climas tropicales" aplicó en el 2010 para el Fondo Nacional de Innovación y Desarrollo Científico y Tecnológico (FONDOCYT) del Ministerio de Educación Superior Ciencia y Tecnología, y fue aprobado en el 2012 con un financiamiento de alrededor de 10 millones de pesos.

El ingeniero Ricardo Hernández Moreira, investigador principal del proyecto, explicó que es una tecnología que ya se ha desarrollado en climas templados, pero que para climas tropicales no existe mucha literatura, por lo que quieren comprobar que también funciona en un clima como el de la República Dominicana, y además crear una base para su implementación.

Hernández Moreira sostuvo que esta es una práctica constructiva milenaria en algunos países nórdicos, que se formalizó en el 1970 en Alemania, y fue redescubierta en los Estados Unidos y Canadá hacia finales del siglo XX y principios de los años 2000. Las primeras investigaciones para aplicar la tecnología a climas tropicales comienzan a salir entre el 2008 y 2009, en Singapur y Hong Kong, y finalmente en el 2012 en Colombia.

"Entonces, lo que estamos haciendo aquí es viendo cómo podemos adaptar esta tecnología a nuestro país, porque no es una tecnología que se transfiera directamente, no podemos tomar otros casos y trasplantarlos directamente a la República Dominicana", recalcó el investigador.

Douglas Carvajal, director de la Escuela de Ingeniería de Unibe, por su parte señaló que los techos verdes ofrecen múltiples beneficios al entorno ambiental y a la ecología, además de hacer aportes a la construcción moderna, ya que técnicamente también funcionan para evitar daños al edificio que los soporta.

Carvajal manifestó que el concreto, que es el material con el que se suelen construir los techos en la República Dominicana, se contrae y expande a medida que recibe las radiaciones solares, lo cual tiene dos efectos directos, causa grietas, y de ahí devienen las filtraciones, y también transfiere el calor, porque el hormigón no es un buen elemento aislante, por lo que fuerza el aire acondicionado y aumenta el consumo energético.

"Esos factores son los que se miden en esta investigación, para saber qué tan eficiente, qué tanto ahorro puede ofrecer un sistema de construcción dominicano al que se aplica una tecnología de techos verdes, la cual además va a contribuir con la sanidad del medio ambiente", sostuvo el profesional de la ingeniería.

Ahorro de energía

El asfalto y el concreto absorben mucho calor y lo disipan muy lentamente, asegura Hernández Moreira, y hacen que las ciudades sean mucho más calurosas, lo que crea el "efecto isla de calor", que hace que en las áreas urbanas se creen especies de burbujas que son más calientes que su entorno. Los techos verdes son útiles en estos casos porque reflejan el calor, no lo almacenan.

Aseguró que con techo verde las plantas recibirían todas las radiaciones solares, y el calor que generalmente penetra al interior del edificio se quedaría fuera, lo que se traduce inmediatamente en ahorro, debido a que se utilizará menos el aire acondicionado. "Pero ese ahorro que se puede tener en la República Dominicana, obedece solo al esquema del país, a su clima, y es diferente a lo que puede pasar en Singapur, Hong Kong o Colombia".

Explicó que de todas las variables que se van a medir, la que tendrá un impacto más directo es la que tiene que ver con la energía, por lo que actualmente están enfocados en ese punto, ya que están interesados en determinar los beneficios que pueden obtener al implementar techos verdes, para que resulten atractivos para las personas.

Construcción segura

Según el investigador principal del proyecto, un techo verde no es tan simple como colocar tierra en la azotea y sembrar plantas, ya que puede impactar el techo de una forma para la que no ha sido diseñado; por eso, parte de la investigación tiene que ver con crear una metodología para construir con seguridad y evitar que las estructuras colapsen.

Tanto Hernández Moreira como Carvajal explicaron que los techos verdes están compuestos de diferentes capas, la primera de las cuales es un impermeabilizante que protege el concreto de la humedad, luego se coloca una especie de tejido que impide que las raíces penetren al techo, y se recubre con un sustrato de crecimiento. Otras capas permiten canalizar las aguas y mantener controlada la temperatura.

Evita inundaciones

Cuando llueve en un terreno que no ha sido perturbado por una construcción, explicó Hernández Moreira, el agua se infiltra o comienza a salir lentamente, pero cuando se urbaniza y se pone un techo, el espacio se vuelve impermeable, y el agua que cae es conducida hacía un desagüe y casi de inmediato llega a las calles, posibilitando las inundaciones.

"Entonces uno se hace la pregunta, qué tal si yo logro replicar lo que había antes del edificio, y en vez de tener una capa impermeable, tengo una que no será tan permeable como la natural, pero va a hacer que el agua que caiga en el techo no se escurra en los primeros cinco minutos sino en unas cinco horas. Lo más probable es que el agua que llegaba tan rápido a las calles pueda distribuirse más lentamente, y evite inundaciones", detalló el investigador.

Para reforzar este punto, Carvajal expuso que si en una avenida que suele inundarse, porque su sistema de drenaje pluvial alcanza con mucha rapidez su máxima capacidad, se coloca un corredor de techos verdes "lo más probable es que se eliminen las inundaciones, por el simple hecho de que el agua caerá en los techos verdes y tardará en correr a la superficie de la vía, permitiendo que los sistemas de drenaje funcionen, porque los grandes volúmenes de agua son los que taponan los imbornales".

Hernández Moreira puntualizó en tanto, que toda comunidad urbanizada, en la que se haya hecho cualquier practica constructiva, como poner techos y calles, son susceptibles de inundaciones; "entonces problamente los techos verdes puedan reducir ese riesgo, y la mejor manera de saberlo es experimentando, que es lo que estamos haciendo en este proyecto, buscando respuestas".

Otros beneficios 

Al citar otros beneficios que podrían obtenerse a través de esta tecnología, Hernández Moreira sostuvo que cuando se pone asfalto y concreto se afecta la biodiversidad de la zona, la cual desaparece o se desplaza hacia otros lugares, "por lo que cuando se crean techos verdes también se están creando pequeños espacios a los que esa biodiversidad puede acceder".

Los techos verdes también pueden convertirse en espacios para el cultivo de vegetales comestibles, algo que según Carvajal se ha puesto de moda en ciudades importantes como Nueva York, donde famosos restaurantes cultivan sus propios vegetales y frutas orgánicos con los que abastecen sus cocinas.

Los ingenieros también mencionaron que esos espacios pueden ser utilizados para la recreación, ya que es posible convertirlos en hermosos jardines, con senderos y bancos, y que incluso pueden contribuir a mejorar ambientes fríos como los de los hospitales, donde los arquitectos están incluyendo espacios verdes por sus comprobados beneficios para el bienestar humano.

Corredores verdes

Una de las metas que tiene el proyecto es crear un mapa de la ciudad de Santo Domingo que muestre los lugares convenientes para poner techos verdes, los cuales funcionarían como pulmones y estarían ubicados de forma tal que sus efectos podrían sentirse en toda la ciudad, lo que será posible determinar con las variables que se van a medir durante la investigación.

"Si tomamos una cantidad de casas de una urbanización y convertimos sus techos en verdes, debemos saber qué representa eso a nivel de infraestructura, sistema de drenaje pluvial y energético. Tenemos grandes centros comerciales y supermercados, grandes superficies de techo, y uno se pregunta qué pasaría si esos techos se convierten en verde", argumentó Hernández Moreira.

Uno de los objetivos del proyecto, recuerda, es buscar respuestas en cuento si es posible impactar la ciudad con un plan comprensivo de implementación de techos verdes.

El punto de la investigación

Actualmente el laboratorio está terminado y tienen casi lista la estación meteorológica que les va a permitir medir las variables hidroclimáticas con las que se alimentaran los modelos para ver su comportamiento. "Por un lado vamos a medir y por otro vamos a tratar de predecir, y para predecir tenemos que tomar los datos que medimos e introducirlos en un modelo matemático computacional que debemos crear".

Los investigadores planean terminar el proyecto en dos años, y tienen la intención de hacer público los resultados y conclusiones a través de revistas especializadas internacionales, para que otros científicos tengan la oportunidad de opinar y criticar. Además harán una publicación donde ofrecerán las experiencias y métodos logrados durante la investigación, la cual piensan compartir con todos los interesados.

[img src="//recursos.diariolibre.com/contenidodl/fotos/habitat/green-lab-unibe.jpg" height="1468"/]

Mantenimiento de un techo verde

Hernández Moreira explicó que existen dos tipos de techos verdes, los extensivos, a los que no hay que darles mantenimiento frecuente, y los intensivos, que son los que necesitan más cuidados. Los primeros son techos donde se siembran especies resistentes al entorno, una especie de maleza, mientras lo segundos son utilizados para cultivar plantas específicas, ya sean ornamentales o comestibles.

El investigador reveló que cuando concibió el proyecto tenía la intensión de crear un techo verde que necesitara el mínimo de mantenimiento, que fuera autosostenible y que solo necesitara el agua de lluvia para mantenerse, pero las experiencias que están obteniendo en el laboratorio les indican que tienen que revisar esa hipótesis. Sin embargo señaló que no le gusta la idea de que sea necesario darle mantenimiento, porque le agrega costo.