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Francia financia proyectos que impulsan el desarrollo integral de Santo Domingo

Las infraestructuras básicas y las energías renovables forman parte de las prioridades que se derivan de los planes de sostenibilidad en los que Francia procura incidir con el respaldo de su agencia.

La concesión de un préstamo de 210 millones de dólares, a 20 años, con cinco años de gracia, sustenta el interés de Francia de colaborar con el desarrollo urbano de la provincia de Santo Domingo.

Se trata de un proyecto piloto y pionero para República Dominicana, con tres componentes: construcción de viviendas económicas para las personas que residían en La Barquita, un acuabus, que será una especie de línea de autobús sobre el Río Ozama para conectar con la segunda etapa de la línea 2 del Metro de Santo Domingo, y el financiamiento de esta ampliación del Metro.

Guilles Genre-Grandpierre, director de la Agencia Francesa de Desarrollo (AFD), conversó con Hábitat sobre los criterios que determinaron el otorgamiento del crédito con tasa blanca y las expectativas que tienen de incidir en un cambio de vida de los residentes en la provincia.

En lo que se ha denominado La Nueva Barquita, se levantarán con parte de los fondos viviendas en las que residirán aproximadamente cinco mil personas.

Al preguntarle si el componente de los fondos está desglosado, Genre-Grandpierre responde que la dotación es global y Francia no entra en el proceso de los montos particulares que se destinarán a los tres componentes.

 

La continuación del Metro

El funcionario recuerda que en 2011, el gobierno francés, también a través de la AFD, concedió un préstamo de 230 millones dólares para la línea 2 del Metro de Santo Domingo, lo que equivalió a cerca de una cuarta parte del costo total del sistema, que representó una inversión de cerca de mil millones de dólares.

En esta segunda dotación, Francia asegurará la construcción de cuatro estaciones de la ampliación de la línea 2, además del Acuabus. ¿Por qué la AFD decide este financiamiento? Ante el cuestionamiento, el funcionario precisa que es el resultado de un enfoque que desarrolla el organismo, no sólo en la República Dominicana, sino en los países de América Latina y el Caribe.

La agencia, explica, trabaja con tres ejes, y el primero de ellos es el desarrollo urbano, tomando en cuenta que más del 80 por ciento de la población latinoamericana vive en ciudades. Un porcentaje que será también una realidad muy pronto en el territorio dominicano. "Si estas ciudades no se desarrollan con un modelo sostenible, va a haber más problemas", argumenta Genre-Grandpierre.

Y agrega, que en el caso de Santo Domingo, la metrópoli ha logrado un gran desarrollo entre los 10 y 15 últimos años, por lo que ha llegado el momento de tomar en cuenta un modelo de desarrollo organizado, integrado. Esto lo remite a un desarrollo urbano, tanto como el económico y el del transporte público.

Las infraestructuras básicas y las energías renovables forman parte de las prioridades que se derivan de los planes de sostenibilidad en los que Francia procura incidir con el respaldo de su agencia. Por el momento, Genre-Grandpierre no quiere abundar en lo que será el estímulo a las energías renovables en el país, pero certifica que es parte de la estrategia.

El desarrollo humano, con educación y salud incluidos, conforman el otro componente que la AFD impulsa. Parten de los análisis sobre el país que la agencia ha hecho para precisar por dónde deben ir los recursos de que dispone.

La AFD ha puesto desde años atrás su interés en rescatar zonas marginales de Santo Domingo. Hace más de dos años dio a conocer el inicio de un estudio que abarca La Zurza, Los Manguitos, Ensanche Simón Bolívar, Las Cañitas, Gualey, Los Guandules, La Ciénaga y La Barquita.

El objetivo del proyecto es establecer un panorama detallado de las principales problemáticas socioeconómicas y urbanas que se presentan en los sectores marginales de la ciudad de Santo Domingo con el fin de establecer cuáles podrían ser las prioridades en términos de desarrollo para la zona.

Una mesa para coordinar la cooperación

El máximo representante de la AFD en el país destaca la coordinación entre los donantes dominicanos y los organismos financieros internacionales que inciden en el país, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Banco Mundial, para indicar que se está lejos de la improvisación, y que, por el contrario, se trata de canalizar el paquete de recursos en direcciones precisas, con decisiones consensuadas, acorde con las evaluaciones que dejar ver las principales carencias del país. Y evitar duplicidades. El BID, por ejemplo, asume como prioridad la educación primaria.

Cada mes, la mesa de los donantes y los bancos de desarrollo, junto a organizaciones internacionales, comparten informaciones y coordinan el trabajo, de manera que cada uno sabe lo que hace el otro, y hace posible que un financiamiento equis vaya a un lugar o iniciativa que no tiene respaldo de otra institución u organismo.

Por otra parte, el préstamo, precisa a Hábitat el entrevistado, no implica la contratación de empresas francesas al momento de ejecutar los proyectos que se financiarán con el préstamo. En el caso de Metro, que se ejecuta con firmas francesas, ha sido resultado de una licitación, no de una imposición. Esta licitación se hizo en 2005, cuando se dio inicio a la Línea 1, en la cual no hubo financiamiento francés.

No hay, por tanto, condicionamiento alguno, destaca. En cuanto al monto de la inversión de la AFD para República Dominicana en 2015, el recientemente anunciado es el mayor otorgado al país para varios componentes.

Un futuro con ayuda francesa

Más allá de 2015, la AFD proyecta ampliar su base de apoyo al desarrollo sostenible dominicano con "lo que se necesita en una ciudad: agua, transporte público, salud, energías renovables, desarrollo integral". Todo lo que atañe a una ciudad sostenible.

En cuanto a los mecanismos de control para garantizar el uso adecuado de los recursos otorgados, valora positivamente la calidad del proceso de seguimiento que se hace.

A manera de ejemplo, destacó que la última semana de febrero la Agencia agotó buena parte de sus horas en ver con la contraparte dominicana en el Gobierno el cumplimiento de las condiciones que estaban incluidas en el préstamo del 2011 para la construcción de la Línea 2 del Metro.

El préstamo para el Ordenamiento Territorial de Santo Domingo, ha implicado, explicó, el establecimiento de condiciones, antes del desembolso y un seguimiento, después y durante toda la vida del proyecto, que abarca 20 años.

Los resultados obtenidos le permiten hacer un balance positivo sobre la forma en que se han ejecutado los fondos otorgados al país. Llega a decir que es "agradable" trabajar con el Gobierno dominicano, porque las instituciones con las que se trabaja, como la OPRET, "son muy profesionales". Y precisa que no sucede lo mismo en otros países.

Colaboración fundamental

"El Metro funciona muy bien. Hay casi 300,000 personas que se transportan cada día, al cabo de unos siete años de funcionamiento", indicó Guilles Genre-Grandpierre, para resaltar que ante la realidad que supone la inversión cuantiosa a largo plazo de este tipo de proyectos, el papel que juega la AFD con sus préstamos a 20 años es fundamental.

Se trata, asegura, de proyectos con rentabilidad a muy largo plazo, que demandan recursos que una economía como la dominicana no puede conseguir fácilmente en los mercados financieros internacionales con las tasas blandas que la Agencia otorga.