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Ataques suicidas frente a embajada de Irán en Beirut matan a 23

Un grupo vinculado a al-Qaida se atribuyó el ataque

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Ataques suicidas frente a embajada de Irán en Beirut matan a 23
Un hombre corre junto a varios vehículos incendiados en el lugar donde ocurrieron dos explosiones cerca de la embajada de Irán en Beirut, Líbano, el martes 19 de noviembre de 2013. (Foto AP/Hussein Malla)
BEIRUT, Líbano. - Atacantes suicidas que detonaron el martes sus cargas frente a la embajada de Irán en el Líbano provocaron la muerte de 23 personas, entre ellas un diplomático iraní, y heridas a más de 140 en un "mensaje de sangre y muerte" a Teherán y Jezbolá, dos actores que apoyan al presidente sirio Bashar Assad.

El doble atentado con bombas en un vecindario predominantemente chií de Beirut arrastró aún más al Líbano en un conflicto que ha exacerbado las profundas divisiones del país, y se produce mientras las tropas de Assad, con la ayuda de combatientes de Jezbolá, capturaban una población clave cerca de la frontera libanesa que arrebataron a los rebeldes.

Las explosiones fueron unas de las más letales en una serie de ataques que han tenido como blanco a Jezbolá y los bastiones chiíes en el Líbano en meses recientes.

Un grupo vinculado a al-Qaida se atribuyó el ataque, y dijo que era en venganza por el apoyo de Jezbolá a las fuerzas de Assad en sus combates contra los rebeldes, que en su mayoría son suníes, en momentos en que la guerra civil de la vecina Siria se convierte cada vez más en un enfrentamiento entre las potencias regionales.

La ofensiva fronteriza del ejército sirio es parte de una campaña más amplia del gobierno que se inició el mes pasado y ha provocado que las fuerzas leales a Assad ganen terreno en la guerra, apoderándose de un bastión rebelde tras otro.

Los ataques aumentaron los temores de que los extremistas islámicos, ahora a la defensiva en Siria, contraataquen cada vez más en el Líbano. El país sufre los efectos de lealtades sectarias rivales.

"La gente combate afuera (del Líbano), pero envían sus mensajes a través del Líbano. Con bombas", dijo un mecánico de la zona. Las explosiones hicieron añicos las ventanas de su local comercial.

Las explosiones a la media mañana sacudieron el elegante barrio de Yaná, un bastión de Jezbolá que alberga embajadas y apartamentos de lujo, y dejaron cadáveres y charcos de sangre en las calles, en medio de escombros, pedazos de vidrio y automóviles incendiados. Más de 140 personas resultaron heridas, dijeron las autoridades.

En el caos que siguió, los voluntarios trataban de extinguir cuerpos aún en llamas cubriéndolos con prendas de vestir y mantas.

El secretario general de la ONU Ban Ki-moon condenó los ataques y pidió a todos los libaneses reconocer que "semejantes actos atroces e indiscriminados de violencia" tienen como blanco a todos los habitantes del país, dijo el vocero adjunto de la ONU en funciones Farhan Haq.

El secretario de Estado norteamericano John Kerry calificó los ataques como "despreciables y sin sentido", y dijo que "nuestros corazones están con el pueblo iraní después de este ataque violento e injustificable, que se cobró la vida de al menos uno de sus diplomáticos".

El iraní muerto fue identificado como Ibrahim Ansari, un diplomático de 54 años de edad, quien tomó posesión de su cargo hace un mes y supervisaba las actividades culturales en la región, dijo el embajador iraní Ghazanfar Roknabadi, en declaraciones a Al-Manar TV de Jezbolá desde el interior del recinto de la embajada.

El primer atacante suicida llegó en una moto con dos kilos de explosivos y los detonó junto a la entrada principal de la embajada iraní, dijo un agente de seguridad libanés.

Menos de dos minutos más tarde, un segundo atacante que viajaba en un automóvil cargado con 50 kilos (110 libras) de explosivos detonó el coche a unos 10 metros de distancia, dijo el funcionario, que habló con The Associated Press bajo la condición de mantener el anonimato, como lo dictan sus normas.

El ataque del martes fue uno de los más mortíferos contra bastiones de Jezbolá en el Líbano, en una campaña de represalia de extremistas suníes por el papel del grupo chií en los combates en Siria.

En semanas recientes, combatientes de Jezbolá han respaldado a las tropas de Assad en varias victorias cruciales contra rebeldes, tomando ciudades y pueblos en poder de la oposición en Siria.

Un alto funcionario de Jezbolá, Mahmud Komati, dijo a la prensa en el lugar que los ataques eran resultado directo de "las derrotas sucesivas sufridas por extremistas en Siria".

Describió las explosiones como un "mensaje de sangre y muerte" a Irán y Jezbolá por respaldar a Siria, y juró que no cambiarán su posición.

El predominantemente chií Irán es el principal respaldo de Assad en el Oriente Medio y se piensa que provee al régimen sirio de armas y fondos.

El grupo islamista libanés vinculado con al-Qaida, Brigadas Abdalá Azzam, se atribuyó los ataques del martes, y aseguró que continuarán hasta que Jezbolá retire sus fuerzas de Siria.

No fue posible verificar en forma independiente la reivindicación, que fue colocada en un cibersitio extremista y en la cuenta en Twitter de Sirajuddin Zurayqat, un importante líder miliciano islámico.

Ataques previos a gran escala contra bastiones de Jezbolá incluyen un coche bomba el 15 de agosto en el sur de Beirut que dejó 27 muertos y más de 300 heridos.