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Nigerianos acuden en masa a la crucial votación presidencial

Casi 60 millones de personas tienen tarjetas para votar.

ABUYA, Nigeria. -Los nigerianos acudieron en masa a votar en unas elecciones presidenciales, que según los analistas están demasiado ajustadas para predecir el resultado de la pugna entre el presidente, Goodluck Jonathan, y el ex dictador militar Mihamadu Buhari.

Un coche bomba estalló a las 7:30 de la mañana sin causar heridos en un centro electoral en el estado de Enugu, en el sur-centro del país.

Un equipo de artificieros detonó otros dos coches llenos de bombas caseras en el lugar, una escuela primaria, señaló el comisario de policía del estado, Dan Bature.

Nadie se atribuyó la colocación de las bombas. Las explosiones se produjeron lejos del nordeste de Nigeria, donde tiene su centro el alzamiento de Boko Haram.

Los votantes del sur del país, que tradicionalmente respaldan a Jonathan, podrían ser decisivos en las primeras elecciones en Nigeria en las que un candidato de oposición tiene posibilidades reales de destronar a un presidente en el cargo.

Los centros de votación abrieron tarde en muchos lugares, mientras los funcionarios electorales se apresuraban para recorrer el país repartiendo el material para votar en camiones, lanchas, motocicletas, mulas e incluso camellos, en el caso de una aldea montañosa del norte, según el portavoz de la Comisión Electoral Independiente Kayode Idowu.

Las calles estaban desiertas. Tan sólo los responsables electorales, observadores, agentes de seguridad y reporteros con pegatinas identificativas tenían autorización para emplear las carreteras. Todas las fronteras marítimas y de tierra cerraron como precaución.

En Abuya, la capital, situada en el centro del país, un hombre motocicleta equilibraba sobre la cabeza los paneles de cartón para construir las cabinas de votación, mientras otro sostenía una urna bajo el brazo en su camino hacia el norte.

Votantes de buen humor sonreían el sábado cuando los funcionarios electorales llegaron tarde a muchos centros de votación, donde estaba previsto comenzar los registros del electorado a las 8 de la mañana (07:00 GMT), seguidos de la votación a partir de las 13:30 (12:30 GMT).

Casi 60 millones de personas tienen tarjetas para votar.

Jonathan y Buhari son los favoritos entre los 14 candidatos que aspiran a gobernar el país más poblado de África, acosado por un alzamiento islámico en el nordeste del país.

Ataviado de ropas blancas, Buhari fue el primer votante en registrar sus huellas dactilares en un colegio electoral que abrió media hora tarde en Daura, su ciudad natal en el estado norteño de Katsina.

Una hora más tarde lo hizo Jonathan, vestido de negro con su habitual sombrero, en el estado sureño de Bayelsa, rico en petróleo. El registro del presidente se retrasó media hora, al parecer porque una sucesión de los nuevos lectores de tarjetas no leía su huella. Por primera vez se están utilizando lectores de tarjetas y datos biométricos para impedir los fraudes que han ensombrecido comicios pasados.

Después Jonathan se limpió el sudor de la frente y pidió a la gente que fuera paciente, como había sido él durante sus 30 minutos de espera. "Pido a todos los nigerianos que sean pacientes, no importa lo que lleve mientras como país, podamos celebrar elecciones libres y justas que acepte el mundo entero", dijo a Channels TV.

La comerciante Angela Okele expresó su preocupación tras acreditarse en Port Harcourt, la capital petrolera del sur del país. "El proceso es demasiado lento, si sigue así mucha gente no podrá votar hoy", dijo.

Los organizadores de los comicios hicieron hincapié en que una vez comiencen las votaciones, el proceso no terminará hasta que la última persona de la fila haya votado, aunque lleve toda la noche.

Éstas son las octavas elecciones en Nigeria desde que se independizó de Gran Bretaña en 1960. En un país con una larga historia de golpes militares y violencia por disputas políticas, étnicas, de tierras, robo de petróleo y, recientemente, el alzamiento islamista de Boko Haram, los comicios son importantes para consolidar la democracia de la mayor economía de África.

La votación despierta un gran interés internacional, especialmente entre inversionistas extranjeros, ya que Nigeria es el principal destino en África para la inversión extranjera directa. Su economía, dependiente del petróleo, ha sufrido por la caída en los precios del crudo.

El ejército nigeriano anunció el viernes que había destruido el cuartel general de Boko Haram y expulsado a los insurgentes de todas las zonas importantes del norte de Nigeria, una afirmación que parece improbable. No hay modo de verificar la noticia. Los críticos de Jonathan han dicho que las recientes victorias militares tras meses cediendo terreno ante los extremistas islámicos son una maniobra para ganar votos, algo que el presidente niega.

La incapacidad del gobierno por frenar la insurgencia, que mató a 10.000 personas el año pasado, ha indignado a muchos nigerianos, sobre todo en el norte.

Jonathan y Buhari firmaron un compromiso de paz el jueves y prometieron aceptar los resultados de unas elecciones libres y justas. Pero en la violencia preelectoral ya han muerto decenas de personas, en medio de discursos de odio que subrayan las divisiones étnicas, religiosas y geográficas entre los nigerianos.

El alzamiento islamista, ha afectado a las relaciones entre los cristianos como Jonathan, que dominan el sur rico en petróleo, y los musulmanes como Buhari, mayoría en las tierras agrícolas y ganaderas del norte. Los 170 millones de habitantes nigerianos están divididos casi por la mitad entre cristianos y musulmanes