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En la Universidad con Justo Pedro Castellanos Khoury

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En la Universidad con Justo Pedro Castellanos Khoury
Justo Pedro Castellanos

El pasado martes 4, tuve el honor de compartir la presentación del libro "En la Universidad", del Lic. Justo Pedro Castellanos, Magistrado Juez del Tribunal Constitucional, con los rectores Radhamés Mejía, de UNAPEC, y Mons. Agripino Núñez Collado, de PUCMM. Estas fueron mis palabras).

Justo Pedro Castellanos Khoury ha estado profundamente vinculado a los valores éticos, como principio y norma de conducta en su ejercicio profesional y como ente político que, al fin y al cabo, todos lo somos desde distintos espacios y horizontes.

Se trata de un vínculo que tiene su raíz en herencias familiares, que es el ámbito primario donde se incuban las mejores, y tal vez también, las peores enseñanzas. El cultivo de la virtud nace en ese engranaje vital que es la familia. Desde uno cualquiera de sus ángulos o desde todos, se inyecta el antídoto contra las bastardías que frenan la riqueza de los valores en el ser humano. Como también todo lo contrario.

Convidar a las virtudes, las muchas virtudes, pero entre todas a la que exalta los valores éticos y las integra a la vida natural, es tarea que se torna casi siempre difícil. Sobre todo, entre las aguas turbulentas de los contravalores que se levantan cada día en el ejercicio profesional o político, en el barullo mediático o en los simples escarceos que la cotidianidad empuja.

En esa tarea ha estado Justo Pedro Castellanos desde hace rato. Los ejemplos sobran. Y el canal de virtudes que acrisola su ejercicio humano se yergue erecto y firme, como cosa sabida y demostrada en todos los que se han acercado alguna vez a su recia humanidad de valores.

Esas virtudes y esos valores surcan el espacio de las letras universitarias que se reúnen en el volumen "En la Universidad" que este distinguido abogado, juez del Tribunal Constitucional y ex rector de la Universidad APEC presenta a la consideración pública, no solo para dejar testimonio de su paso por la dirección de la entidad académica que se honrara con tenerlo a la cabeza de su ejercicio docente y administrativo durante varios años, sino como ejemplo de otro de sus dones más apreciados y reconocidos: la conceptualización, desde un plano donde los valores son precisamente las coordenadas fundamentales de sus ideas.

Este libro es un compendio de saberes, de inquietudes intelectivas, de ejercicio académico, de valoración y respeto por el trabajo de los demás, de los bríos morales que acrisolan su paso por la vida y de valoración de las humanidades como eje de trayectorias fecundas. La reunión de textos, como en este caso fundamentalmente de discursos pronunciados durante su labor como rector en UNAPEC, tiene siempre un valor esencial, a nuestro modesto parecer: permite al lector conocer el ámbito personal de las ideas, ambular por su territorio intelectual y detenerse en momentos especiales de ese ámbito y de ese territorio para determinar la justa estatura del autor.

Justo Pedro Castellanos se pasea, digámoslo de alguna manera, con estos textos que pronunciara en distintos escenarios de su labor rectora, por caminos diferentes, distantes entre sí, pero todos enmarcados en el cuadro de valores que ya hemos señalado, y desde donde parten y se concentran las ideas, los saberes y los haberes, propios y ajenos, que aquí se exponen. Lo mismo la búsqueda del hombre integral, como el testimonio del ejemplo paterno; el sentido de solidaridad como la importancia del docente en la formación ciudadana; el rol de los gestores universitarios como la gobernabilidad, explicada como un tema no solo político o gubernamental sino también en el plano mismo del centro de estudios superiores.

No es dable a quien escribe recontar las ideas que son mostradas en este amplio volumen, denso en su tráfago temático. Solo deseo detenerme en un punto que, dentro de todo el conjunto, me han producido especial atención, y es el de la valoración con apreciados conceptos de distintas figuras públicas. Mencionemos como ejemplos al doctor Hipólito Herrera Billini, exaltado en su obra como juez en los tribunales de la República; Elena Viyella, empresaria; Andrés L. Mateo, al momento de recibir el Premio Nacional de Literatura; a los méritos civilistas de Opinio Alvarez Betancourt; al legado de su inolvidable padre, Justo Castellanos Díaz; al talento criollo de Ramón Vásquez Espinosa; a la modélica figura de Pedro Henríquez Ureña; a dos dominicanos singulares y queridos, Freddy Ginebra y Peter Croes; al ciudadano nicaragüense Carlos Tunnermann Bernheim ("un poco de Darío y otro poco de Sandino") al recibir el doctorado honoris causa de UNAPEC; a los valores morales desde la perspectiva de la fe en Juan Francisco Puello Herrera; a una referencia fundamental en su vida, y en la vida de la nación dominicana, Juan Bosch; la exaltación de un dominicano que fue extranjero alguna vez, Wilhelm Brower; la dilatada vida de contribución intelectual y docente de Mariano Lebrón Saviñón; los aportes lingüísticos y literarios del notable escritor y académico Diógenes Céspedes; el comentario certero sobre la obra de otra relevante figura del ensayo dominicano de nuestros tiempos, Manuel Núñez, y la labor poética de Tony Raful, aeda de la generación abrileña, entre otros.

Los recorridos sobre los caminos de estas personalidades nos ofrecen una idea amplia de cómo valora Justo Pedro Castellanos la obra de vida de creadores, ensayistas, empresarios, ciudadanos notables por sus labores académicas o de servicio social. Si a esta cantera añadimos las valoraciones de la universidad misma como centro para formar profesionales pero igualmente hombres y mujeres que sirvan al país al que se deben desde niveles de eficiencia y de rectitud ética, los desafíos múltiples que el desarrollo dominicano plantea, los acercamientos al estudio de disciplinas variadas a las cuales busca siempre el autor elementos que sean valederos para el ejemplo cívico, sea desde el estudio de la historia o la literatura, o del ejercicio del deporte, la práctica política o el perfil de un buen juez, tenemos que advertir al lector que se encuentra frente a un trascendente cuadro de ideas que configura una visión del pensar desde la labor como rector de un centro académico, que resulta por estas mismas razones y desde este prisma un auténtico ejemplo para la sociedad dominicana.

Desde la universidad y para el país todo -docentes, educandos, profesionales, empresarios, comunicadores, políticos, literatos- habla y escribe Justo Pedro Castellanos Khoury, con la segura voluntad de sembrar las virtudes éticas que la Nación reclama y que la Patria parece estar demandando. En sus palabras finales, cuando se retirara como Rector de UNAPEC para pasar, en poco tiempo, a ser integrante como juez del importante Tribunal Constitucional, el autor señaló con emotivo acento que en su biografía "UNAPEC ocupará un lugar central, especial, inigualable, insustituible", y agregó: "Ahora que es la hora de la despedida, hago como hacen los buenos amigos cuando se despiden: dejan las puertas abiertas. Para todo, para lo que es obvio, para que siempre haya regreso, para que nunca haya partida".

Con los discursos que ahora se reúnen en este libro, es más que patente que Justo Pedro Castellanos Khoury nunca se habrá ido del todo de UNAPEC. Y es más que obvio que él se muestra en estas palabras universitarias como un hombre de puertas abiertas: al bien, a la verdad, a la justicia, a los valores morales, al servicio cívico, desde la autenticidad de un ciudadano-ejemplo para el país dominicano.

(Recomendamos la lectura de "En la Universidad". Justo Pedro Castellanos. Universidad APEC, 2014/ 540 pp.)

www. jrlantigua.com

Este libro es un compendio de saberes, de inquietudes intelectivas, de ejercicio académico, de valoración y respeto por el trabajo de los demás, de los bríos morales que acrisolan su paso por la vida y de valoración de las humanidades como eje de trayectorias fecundas.