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¿Sabes amar?

Estar enamorado es tan hermoso, da tanta felicidad, es un tiempo que se escapa de las horas de trabajo, es la respuesta para encontrar un tesoro, un cambio de vida y nada produce tanto placer como ese sentimiento que eleva y envuelve. Así la vida cambia. Nada produce tanta sensación agradable como estar enamorado. Es algo que lleva a ver a esa persona con belleza, con riqueza interior, como alguien que te llevará al cielo. Andar por todas partes agarrados de las manos, con besos y abrazos, miradas y otras tantas cosas, hace sentir que esa es la persona que mereces y que ese afecto profundo jamás se irá para otro lado.

¿Sabes amar? ¿Vas detrás de un espejismo? ¿Cuánto tiempo durará ese amor? ¿Habrá diferencias que pasarás por alto? ¿Incomodidades que se puedan asear? ¿Violencia que ocultarás por la vergüenza que da haberla consumido? ¿Aceptarás la infidelidad? ¿Respetarás los criterios y opiniones que chocan contigo y con los tuyos? ¿Entenderás por qué la persona amada no te complace? Al pasar el tiempo cada quien se quita la careta y se ve la cara y el cuerpo, la voz, la manera de pensar y de actuar, ¿puede esta realidad ser aceptada? Es cierto que hay nuevos conocimientos de las profundidades del otro que son manejables y hasta aceptables, pero también habrá el deseo de olvidar ese "gran amor" porque ya la relación se ha hecho insoportable. Es que, si en poco tiempo no te diste cuenta, hay aptitudes, habilidades, incluyendo mañas que ese ser adorado esconde detrás de un disfraz.

El amor existe. Es cierto. Es algo hermoso que hace muy feliz a todo el que lo tiene. Y hay que aprender a amar como quien hace la tarea de la escuela día a día. Primero sale a flote la pasión, el deseo carnal, sin dificultades, sin problemas, ni desiertos inalcanzables. Al principio la pareja tiene momentos muy buenos y perdona o echa a un lado lo que en ese momento no le guste o no quiere darse cuenta de lo negativo con que se vive. Pero cuando llega el amor, después o junto con la pasión, hay una balanza. Una balanza para un equilibrio en que el silencio ayuda a aguantar, reflexionar o pasar por alto las diferencias y, también, buscar la manera de romper la relación de una manera delicada.

El amor sube y baja, se esconde por momentos y luego sale a flote. Si la pareja logra dialogar para explicarse el porqué y el cómo, y hasta el dónde, entonces el verdadero amor se agarrará a la vida. ¡Ay mi Dios... hoy se me ha metido en la cabeza del amor! No soy experta en el de siempre, ni en el que dura cuatro días, pero lo que me llama la atención es que para convivir con una persona hay que conocerla a fondo. Amar es un arte, dice Eric Fromm, y como arte requiere conocimiento y esfuerzos. Este es un artículo que me llegó junto al inmenso frío que hace en Denver.

"Me tiraste un limón, y tan amargo/ con una mano rápida y tan pura,/ que me menoscabó mi arquitectura/ y probé su amargura sin embargo. (Miguel Hernández, poeta español)

Denver, Colorado