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¿Por qué se suicidan los adolescentes?

Se piensa que si tienen buenas ropas, zapatos de último modelo, están en un caro colegio, si tienen algún dinerillo para hacer todo lo que quieren, incluyendo también el cariño de sus padres y hermanos, uno piensa que la vida les sonríe. Pero en algunas ocasiones no es así. Si ahora, los mayores de mucha edad, recordamos lo que creíamos problemas, nos sentíamos incómodos si queríamos ir a una fiesta y no podíamos por diversas circunstancias, ya fuera porque no nos dejaban ir o no había dinero para pagar la entrada, o venía un “no” de parte de los padres sin dar explicación, entonces nos sentíamos frustrados, infelices, desamparados, abandonados, pero era difícil que nos cortáramos las venas o nos tiráramos de una azotea. Los había, si que los había, pero eran pocos, quizás los maltratados, los que se sentían homosexuales, y las muchachitas lo hacían cuando el novito las dejaba y creían que el mundo se les caería encima. Habría que ver de cerca y muy a fondo para evitar los funestos resultados.

Tampoco sabíamos cómo decir a nuestros padres que se nos “quemaron” las materias y no pasábamos de curso. Eso nos daba desesperación porque de camino venía un castigo. Si la ropa no era muy bonita, pasada de moda, ni nos entallaba como queríamos o si el pelo no tomaba la vuelta que deseábamos, aquello era una tragedia más grande que la del Titanic. Así éramos, pero los de hoy son más débiles, más inconscientes, tienen problemas de identidad y hasta trastornos mentales. Parece que ahora la vida de los adolescentes es muy difícil. Hoy quieren una cosa y dentro de una hora quieren otra muy distinta. Se puede decir que los adolescentes no tienen raíces. Pero no es así. Ellos y ellas, como las semillas pequeñitas que se han sembrado les van echando raíces, y estas crecen si es que se le echa agua, se les ponen abonos y sustancias aromáticas y se siembran en lugares convenientes. Así se debe hacer con los adolescentes.

Hay que hacerles comprender la dinámica del grupo en que se desenvuelven y la identidad de cada uno. Si alguno de ese grupo le maltrata, se ríe de él, le hace los días insoportables, que lo digan a sus padres, a los maestros. La violencia, algunas veces, por miedo, por no saber cómo librarse de ese quebrantamiento, hace callar al agredido, y ese es uno de los peores motivos que puede llevarlo al suicidio. Se sabe que en las escuelas hay mucha violencia, que muchos de los maestros violan a las muchachitas. Además de enseñarles lo que deben aprender, tienen que vigilarlos, preguntarles por qué hacen esto o aquello. Y ni qué decir lo que deben hacer los padres, las madres, los abuelos, los hermanos mayores y hasta los vecinos.

La adolescencia es una etapa de vida que va desde sentirse como niños pequeños y también intentar hacer cosas de adultos. Por eso hay que entenderles, respetarlos y decirles la realidad. Esos niños casi siempre están confundidos, complicados y al no ver soluciones, se suicidan. Es posible también que el padre sea el causante de la tragedia.