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"Las mil y una telenovelas" reivindica el valor de un género "denostado"

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Las mil y una telenovelas reivindica el valor de un género denostado
Personajes de Avenida Brasil. Fuente externa
BUENOS AIRES.- Una niña huérfana y su cruel madrastra son las protagonistas de la telenovela brasileña a lo "Hansel y Gretel" que inspira el último libro de la periodista argentina Cecilia Absatz, quien reivindica el "denostado" género televisivo como una herramienta para romper estereotipos.

Diez años después del éxito de su obra "Mujeres peligrosas" (1995), en la que analizó la estructura "fundamentalmente femenina" del teleteatro, a Absatz le pidieron que escribiera otra obra para abordar el género de nuevo, pero no se le ocurría cómo hacerlo. Hasta que en 2013 se estrenó en Argentina "Avenida Brasil".

"Es una obra maestra, no me avergüenza decirlo, una demostración del nivel que puede alcanzar un género habitualmente considerado menor o marginal", apunta la analista argentina en una entrevista con Efe en la que defiende que la telenovela es "una especie de hija" del género gótico y los cuentos infantiles.

Esta teoría se ve reflejada en "Avenida Brasil", que plantea una situación "absolutamente contemporánea" y exacta a un cuento para niños, en el sentido de que "una pérfida madrastra abandona a una niña huérfana en el bosque", al estilo de "Hansel y Gretel" o "La Bella Durmiente", "sólo que el bosque no es literal: es un basural".

El argumento de la obra brasileña inspiró a la columnista para volver a tratar el fenómeno de las telenovelas en su libro "Las mil y una telenovelas" (Planeta), que arranca con una crítica a la "profundamente despectiva" palabra "culebrón" y un reclamo del uso del término "novela".

"Culebrón es un animal horrible", apunta Absatz, para quien esa denominación es una de las pruebas de que se trata de un género "denostado" en Argentina del que la gente todavía se avergüenza, ya que cuando lo comentan, lo hacen siempre con "cierto tonito" de picardía, "como disculpándose por ver la novela".

Por eso reivindica que se tome como referente el teleteatro brasileño, que, bajo su punto de vista, rompe estereotipos y contribuye a divulgar información sobre asuntos sociales como la violencia de género o las adicciones, alzándose como una especie de "manual de instrucciones" con datos concretos sobre refugios para mujeres maltratadas y grupos de autoayuda.

"Enseñan muchas cosas de una manera más eficaz que una campaña oficial", asegura la periodista, quien lamenta que esto no ocurra en las novelas argentinas, donde el tono predominante es el de la comedia, "nada existe fuera del amor" y no buscan otras "fuentes dramáticas de alta riqueza".

Todo ello hace que sean "limitadas" y conquisten fundamentalmente al público femenino, a diferencia de las brasileñas, que incluso han logrado condicionar los horarios de los partidos de fútbol del Mundial de Brasil 2014 "porque los mismos jugadores quieren verlas", señala la escritora, quien considera "difícil" que esto pueda suceder en su país.

Sin embargo, confía en que poco a poco el guion y la producción de las telenovelas argentinas mejore, ya que el público ha demostrado que le interesan las creaciones "de calidad" como la turca "Las mil y una noches", que actualmente encandila a los televidentes de todo el país y que inspiró a Absatz para darle el título a su libro.

En ese sentido, espera que ocurra como en otros países de Latinoamérica en los que el género "crece cada vez más" y aparecen producciones ambiciosas que llegan a alzarse, incluso, como una "interesante motivación para el turismo".

Absatz cree que el factor esencial para que una obra triunfe es lograr que el público se identifique lo máximo posible con sus personajes y que estos experimenten grandes desventuras, porque el televidente, al que se le acaba de romper el caño de la cocina, necesita ver que "no es el único que tiene problemas".

Además, según la periodista, la esencia de toda telenovela, sea de la calidad que sea, es que en medio de todo ese sufrimiento, "está la seguridad de que al final todo se va a arreglar" y los malos van a recibir su merecido.

En definitiva, como nos gustaría que ocurriera "en la vida misma", sentencia.
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