Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Medio Ambiente

La sobrepesca agrava la situación de los corales

El pez loro es fundamental para la salud de los corales

Contrario a la creencia común, los corales son animales marinos, no plantas ni rocas. Son seres vivos, antiguos, delicados y sumamente importantes que se caracterizan por su variedad de colores y formas. Según biólogos de la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (Fundemar), los corales “están constituidos por pólipos que poseen pequeños tentáculos y llevan un exoesqueleto duro construido de carbonato de calcio”. Estos pólipos viven en simbiosis con unas algas microscópicas llamadas zooxantelas.

A través de fotosíntesis, estas algas le proveen a los pólipos un 90% de su energía y le dan su color, mientras que en cambio los pólipos le dan refugio a las zooxantelas. Según expertos en Fundemar, “los arrecifes coralinos son los ecosistemas más complejos y diversos del medio marino...Son el hogar de miles de especies marinas de importancia comercial y ecológica”. Además de ofrecer refugio, alimentación y protección a una gran variedad de especies, son barreras rompe olas naturales, representan una fuente de recursos alimenticios y productos medicinales, son una fuente de empleo a través de la pesca y el turismo y sin ellos no tendríamos playas, pues son responsables de la creación de arena blanca.

“El estado de los arrecifes de coral de la República Dominicana” es el reporte científico más reciente y completo acerca del tema. Fue conducido en el 2015 por los biólogos Robert Steneck, PhD de la Universidad de Maine, y Rubén Torres, PhD de Reef Check República Dominicana, con el apoyo de la Fundación Propagas. Este reporte evalúa el estado de los corales del país en relación a ciertos de indicadores de la salud de un arrecife: la abundancia de corales adultos, la abundancia de corales juveniles, la cobertura de algas y la abundancia de peces arrecifales, especialmente herbívoros como el pez loro.

Expandir imagen
Infografía

Los resultados de este reporte fueron alarmantes. En la investigación, la isla caribeña de Bonaire sirvió como el estándar usado en el reporte para representar lo que es un arrecife saludable. Se encontró que la cobertura de corales en el fondo marino del país es por lo general mas baja de lo saludable (en comparación con Bonaire). La cobertura de coral es mas alta en el Banco Cuadrado de Montecristi, con un 42%, y más baja en el arrecife control de Punta Cana, con un peligroso 2.8%.

En promedio, la densidad de corales juveniles del país es la mitad de lo que es considerado saludable. Las mismas tendencias indicadoras de deterioro son evidentes en que las algas, por lo general, son más abundantes de lo que es saludable. La eutrofización observada causa que se asfixien los corales.

Además, las densidades promedias de peces arrecifales fueron bajas. Entre estos, los más abundantes fueron los herbívoros, mientras que los carnívoros fueron menos abundantes. Aunque de cualquier manera, por lo general, la cantidad de peces loro, los herbívoros más importantes, está muy por debajo del promedio establecido con Bonaire. En conclusión, se puede decir que nuestros arrecifes no están saludables. Según el reporte, es evidente que la área de Punta Cana, en particular, se encuentra en peores condiciones, mientras que los arrecifes de Montecristi aparentan ser los mas saludables.

El reporte de Rubén Torres y Robert Steneck también explica que, “en los pasados 50 años, se estima que la presencia de corales vivos en el Caribe ha disminuido un 50%”. Nuestro país es parte de una tendencia de deterioro, algo más allá de una ocurrencia local.

Expandir imagen
Infografía

¿Por qué padecen nuestros corales? El reporte atribuye el deterioro de los corales en Quisqueya mayormente a la sobrepesca insostenible. El aumento de la pesca implica la eliminación de especies, lo cual causa grandes alteraciones de la cadena alimenticia y la pérdida masiva de la biodiversidad. La sobrepesca también causa una reducción en la población de pez loro. Sin el herbívoro pez loro comiéndose las algas que cubren los corales, estas crecerán de una manera descontrolada, cubriendo a los corales y asfixiándolos, provocando su muerte. Rubén Torres y Robert Steneck, junto a los biólogos de Fundemar (Rita Sellares, Johanna Calle y Camilo Cortés), también citan otras causas de la condición de nuestros corales:

Estas incluyen la contaminación de aguas costeras con químicos agrícolas e industriales, que también causa la eutrofización o el crecimiento descontrolado de algas que asfixia a los corales. La modificación de hábitats para el desarrollo causa la destrucción de áreas coralinas, eliminando hábitats y creando erosión. La prácticas de pesca destructiva, como los chinchorros (licuadoras), la pesca de arrastre y los descartes y el empleo de tóxicos y explosivos, destruyen a toda criatura marina que encuentren y a veces afectan la estructura física del arrecife de manera permanente. El cambio climático es conocido internacionalmente como causa del aumento de temperaturas superficiales del mar y el aumento de tormentas. Esto implica el blanqueamiento de los corales, lo cual ocurre cuando los pólipos del coral expulsan las microalgas que le dan 90% de su energía, causando la muerte parcial o completa del coral, la disminución de protección costera y la disminución de la biodiversidad. Finalmente, el océano absorbe un gran porcentaje de las excesivas cantidades de dióxido de carbono que estamos soltando en nuestra atmósfera, causando la acidificación (la disminución del pH) de los océanos. Este entorno acido causa la reducción de la calcificación que forma los esqueletos de los arrecifes.

Claro, no a todos nos importa lo que pase debajo del océano. ¿Además de todo, no podemos observar estos efectos desde aquí, cierto? Pues ahí nos equivocamos. El estado de nuestros corales trae severas consecuencias sociales y económicas. Nosotros también somos parte de la naturaleza y dependemos de sus frutos, no importa cuanto tratemos de separarnos de ella. Si la herimos, nos herimos a nosotros mismos. Según el reporte, “los arrecifes del Caribe le generan al turismo y a las pesquerías más de tres mil millones de dólares al año”. Al perder estos arrecifes, la economía dominicana perdería estos recursos económicos, impidiendo el desarrollo. En las palabras de los biólogos de Fundemar, “la degradación de estos ecosistemas conlleva al declive de esos bienes y servicios que la naturaleza nos ofrece”. La perdida de sus arrecifes en el destino Romana-Bayahíbe ha causado la desaparición de la protección contra huracanes y tormentas, y muchos pueblos costeros vulnerables, así como la carencia de arena en las playas (el atractivo turístico principal del área). La salud de nuestros mares afecta la nuestra. Nuestros destinos están entrelazados.

El gobierno dominicano reconoce el problema, y ha establecido vedas, leyes contra la pesca destructiva (Ley 64-00, Ley 307-04) y declarado varias áreas marinas como protegidas. Pero este esfuerzo es en vano si las prohibiciones por ley no se respetan y si las áreas no se protegen mas allá que en papel. La explotación de recursos naturales combinada con esta falta de regulación, deja mucho por hacer para recuperar nuestros corales. Por esto, organizaciones no gubernamentales y fundaciones se han unido a la lucha por la conservación de estos ecosistemas antiguos.

Entre ellos está la Fundación Dominicana de Estudios Marinos (Fundemar), que en el 2006 inició un programa de cuatro componentes para la conservación de los corales: investigación, educación, alianzas comunitarias y desarrollo sostenible. En el 2011 inició su programa de restauración del coral Acropora cervicornis y ahora cuenta con unos 8 viveros, 3km de tejido y 4 zonas de trasplante. Atribuyen el éxito del proyecto a la diversidad genética de sus viveros. Incluso es el único programa de restauración en el país que ha logrado incorporar la reproducción sexual de los corales. Además, Fundemar tiene alianzas con todos los hoteles en el destino Romana-Bayahibe, quienes con el apoyo de sus centros de buceo, instalan y mantienen su propio vivero de coral.

La Fundación Ecológica de Punta Cana (FEPC) es otra organización no gubernamental que trabaja con la conservación de nuestros arrecifes coralinos. En la fundación, el programa de proyectos costeros es dirigido por la bióloga Susanne Leib, quien trabaja para disminuir los estresantes que causan el deterioro de los corales. A través de alianzas con la comunidad y la concienciación de los pescadores locales, han logrado promover la pesca del pez león, disminuir la pesca del loro (logrando salvar unas 240 libras por día), disminuir las practicas de pesca destructiva y proteger a especies claves para el ecosistema, como las tortugas marinas. Otro programa de la fundación es aquel de la restauración de los corales, el cual es liderado por Víctor Galván. Desde el 2010, “La fundación ha enfocado su programa de corales en 3 áreas: La conservación y restauración de una especie en peligro de extinción, la sensibilización y capacitación de jóvenes, estudiantes, pescadores y miembros de la comunidad. Asimismo, buscar nuevos protocolos y acciones para ayudar a diversificar el ingreso de los pescadores para reducir el impacto de la pesca”, dice Victor. El vivero de Punta Cana es el más grande del país y entre los mas exitosos del Caribe. Cuentan con unos 57 sitios de transplante que están compuestos por 3.3 kilómetros de tejido coralino trasplantado.

TEMAS -