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Crece en Israel la preocupación por el aumento del antisemitismo en EE.UU.

Organizaciones afirman la ola antisemita empezó durante la campaña electoral, con acoso a judíos y retóricas incendiarias.

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Crece en Israel la preocupación por el aumento del antisemitismo en EE.UU.
El detective Timothy McIntyre, del Departamento de Policía del Noreste de Filadelfia, y otro agente revisan lápidas que fueron derribadas en el cementerio judío Mount Carmel, el domingo 26 de febrero de 2017, en Filadelfia. (AP)

JERUSALÉN. El crecimiento sin precedentes de incidentes antisemitas en EE.UU. preocupa a Israel y, aunque las autoridades aseguran que “confían” en la nueva administración del presidente estadounidense, Donald Trump, crecen las voces que piden enviar mensajes más contundentes a la Casa Blanca.

En las últimas semanas, se han profanado dos cementerios judíos, medio centenar de centros comunitarios y colegios han sufrido amenazas de bomba y han sido evacuados y se han multiplicado los incidentes antisemitas, como pintadas en el metro de Nueva York que aseguraban que “los judíos tienen que estar en los hornos”.

Aquí aumenta la sensación de que Trump mira para otro lado y minimiza lo ocurrido y, aunque en esferas oficiales se cuidan de no acusar a su gobierno, cada vez más piensan que hay que exigirle mayor dureza.

“El aumento del antisemitismo en EE.UU. es un desarrollo de la derecha del espectro político. Los antisemitas en la derecha estadounidense nunca han desaparecido, solo han sido marginados”, explicó a Efe Carole Nuriel, directora de la Liga Antidifamación (ADL).

“Los supremacistas blancos, simpatizantes del KKK y neonazis siempre han existido (...) lo que ha cambiado es el impacto del nivel de discurso que surgió durante la campaña presidencial”, afirmó.

Nuriel evitó acusar directamente a Trump y su entorno pero asegura que es “un caso clásico de abrir las compuertas del antisemitismo, no apuntando a los judíos, pero sí legitimando y no luchando contra el discurso de odio de todo tipo”, lo que crea un clima en el que “quienes odian se sienten envalentonados y con poder”.

Según su organización, la ola antisemita empezó durante la campaña electoral, con acoso a judíos y retóricas incendiarias.

Trump ha denunciado estos actos y se ha declarado “el hombre menos antisemita del mundo”, pero en Israel le reprochan haber actuado tarde y con remilgos, quizás para no hacer daño a la parte de su electorado más cercana a la extrema derecha.

También reprochan al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu, que en esta situación y después de que la Casa Blanca no mencionase a los judíos como víctimas del Holocausto en su conmemoración internacional, felicitase a Trump por “mantener una posición firme contra el antisemitismo”.

La prensa ha criticado al presidente estadounidense por evitar responder en dos ocasiones en rueda de prensa a preguntas sobre el antisemitismo y por mandar callar a un periodista judío.

El problema “no es resultado de las políticas o actitudes de la Administración Trump (...) pero hay extremistas nazis y racistas que se subieron a la cresta de la ola de su elección y ahora sienten que tienen poder para hacer cosas que no habrían hecho antes”, explicó a

Efe Zalman Shoval, exembajador israelí en EE.UU. en los años 90.

Ante “incidentes diarios”, la Casa Blanca no debe “limitarse a hacer declaraciones y buenos gestos, sino que debe movilizar toda la fuerza de la ley y la Policía contra grupos que realizan actos antisemitas o racistas en general”, asegura.

Y añade que Israel debe distinguir entre las relaciones con EE.UU. y la firmeza en la defensa de los judíos, el 40 por ciento de los cuales viven en ese país.

Más duro es el corresponsal y editor jefe en EEUU del diario Haaretz, Chemi Shalev, que cree que “el presidente Donald Trump ha elegido cerrar los ojos, en el mejor de los casos, o ayudado e instigado, en el peor”.

Según él, Trump se ha rodeado de “apologistas, muchos de ellos judíos”, que “toman a la ligera los ataques, ridiculizan la creciente aprensión judía y absuelven a Trump de toda complicidad” en la “explosión de animosidad contra los judíos”.

Recuerda que este “estuvo jugando con fuego antisemita desde que empezó su campaña presidencial” y “envió mensajes subliminales” de tolerancia a los que odian a los judíos.

“Estamos preocupados. Son incidentes graves, pero tenemos fe en que las autoridades de EE.UU. encontrarán a los culpables y lucharán contra esto. Trump declaró que no es antisemita y que está contra estas acciones”, dijo a Efe la portavoz de Exteriores Michal Maayan.

El líder de la oposición israelí, Isaac Herzog, ha advertido de que Israel debe prepararse para una ola de inmigrantes judíos que huyan de EE.UU. y Francia.

Un funcionario israelí que pidió el anonimato declaró a Efe que hay inquietud por el hecho de que algunas personas que rodean a Trump “formen parte de organizaciones preocupantes”, aunque resaltó que este también tiene influencia de la comunidad judía, incluida la de su yerno y asesor, Jared Kushner.

Shalev advierte de que, de seguir esta tendencia, “los antisemitas y quienes odian a los judíos pueden envalentonarse, especialmente si continúan percibiendo, correctamente o no, que hay tolerancia desde lo más alto”.

Ana Cárdenes