El Estado Islámico pisó los talones al Occidente

Las acciones del Estado Islámico funcionaron como un “efecto dominó” agudizando una crisis migratoria hacia la Unión Europea y, con sus ataques a objetivos occidentales movilizó una coalición donde “viejos enemigos” se unieron en su contra pero provocando nuevas fisuras.

Argénida Romero

Santo Domingo - dic. 31, 2015 | 09:39 p. m.

SD. El Estado Islámico se convirtió en el año que casi finaliza en el epicentro de los principales acontecimientos que prevalecieron en el interés mundial, agudizando una crisis migratoria a la Unión Europea que hace pocas semanas sumó más de un millón de inmigrantes que escapan no solo de la guerra civil Siria, que cumplió ya cinco años, sino de los distintos conflictos que en Oriente Medio y África continúan manteniendo en crisis a distintos países.

Y es el tema del Estado Islámico, también conocido como ISIS y Daesh, en que se concentraron no solo la atención a una seguridad amenazada por luego de los atentados en París –primero a la revista de humor satírico Charlie Hedbo y en noviembre con ataques masivos que dejaron 131 muertos- Turquía, Líbano, Túnez, Egipto (con el derrumbe del avión de pasejeros rusos sobre el Sinaí) y Estados Unidos –desde la inspiración a una pareja de refugiados-, sino las intensas discusiones y teorías sobre su origen, financiamiento e intenciones.

Aunque las agencias noticiosas dieron cuenta a través de la consultas a distintos analistas de que el Estado Islámico es una hechura de un convulsionado panorama político de décadas en Medio Oriente, señalando como su antecedente a los Hermanos Musulmanes en Egipto, muchos se arriesgan a cruzar hilos de apoyo desde Estados Unidos y Arabia Saudita, sin descartar la aparente obvia influencia de Al Qaeda.

En cuanto al aspecto de financiamiento se incluyen el apoderamiento de pozos petroleros en sus zonas de influencia en Siria e Irak, sin descartar la ayuda externas.

De acuerdo a una investigación de IHS, citada por Financial Times, el Estado Islámico se financia a través de impuestos y petróleo, pero también “ha desarrollado seis canales de financiamiento: Producción y tráfico de petróleo y gas; fiscalización de los beneficios de todas las actividades comerciales en áreas bajo su control; confiscación de tierra y propiedades; tráfico de drogas y antigüedades; actividades criminales como robos de bancos y secuestros por rescates; negocios manejados por el estado, como pequeñas empresas, incluyendo compañías de transporte o de bienes raíces”.

Aunque en los últimos meses el Estado Islámico se ha debilitado ante los ataques de una coalición liderada por Estados Unidos y Rusia, quienes a pesar de los antogonismos en relación a su influencia en el Medio Oriente –que incluye la permanencia o no de Bashar al Asad en Siria- y la recuperación de ciudades bajo su control como Ramadi (Irak) y Tishrin (Siria), esta organización terrorista de inspiración islámica aun parece tener mucha posibilidad de lograr daños en su afán de extender un califato y que cuenta con un principal aliado: la capacidad de reclutar a distancia a individuos que se adhieren a su causa.

Mauricio-José Schwarz, periodista y analista

No tienen un origen concreto, especifico. No tiene que ver con la invasión a Irak. Esto fue muy anterior que se inicia en Afganistan con la invasión soviética y la intervención de Occidente también. Pero el problema es que el fenómeno que expresa el Estado Islámico, el Daesh, va más allá de las circunstancias políticas de este siglo. Tiene su origen en el enfrentamiento suní chií, que se origina en el momento de la muerte de Mahoma, cuando dos grupos y dos personas se atribuyen la herencia, el legado genuino del profeta y en ese esquema comienza una lucha que sigue hasta hoy por dos visiones del Islam, la suní y la chií. (...)

El Daesh como tal es una organización islamista, integrista, que si bien encuentra facilidades en los problemas políticos y militares de Oriente Medio, no nace a partir de ellos. Su origen está también en los Hermanos Musulmanes de Egipto y que existe muchísimo antes y son padres de Hamás de Al Qaeda y otras organizaciones islamista que tienen el mismo objetivo, la implementación del Islam en el mundo. No la justicia, no la lucha contra el imperialismo algunos quieren creer, no la reivindicación de los pobres y la humillación ante occidente, sino la implantación del Islam, porque es una obligación que Mahoma establece para todos los musulmanes.

Temoris Grecko, periodista y reportero. Ha cubierto conflictos en Libia, Egipto, Irán, Siria, Palestina, Congo y Filipinas.

El origen de EI o lo que está detrás alimenta todo tipo de teorías de la conspiración, inventadas para la guerra de propaganda.

Siria no es el epicentro del accionar de Estado Islamico. Es Irak, concretamente Mosul y la provincia de Al Anbar. El origen de EI es Irak, sin lugar a dudas. Entonces se llamaba Al Qaida en Irak y creó el Frente al Nusra como sucursal en Siria. O sea, que sí se infiltró, pero de manera abierta. Todos sabíamos de quién se trataba. Después, cuando Abu Bakr al-Baghdadi (líder del Estado Islamico) se enfrentó con Al Qaida, Al Nusra rehusó quedar del lado de Bagdadi y se convirtió en su enemiga. Al Qaida en Irak volvió a infiltrar Siria con fuerzas propias y tomó el nombre de Estado Islámico de Irak y al Sham (Sham es toda la región del levante, desde Siria hasta Palestina), enfrentando prácticamente a todas las facciones sirias, desde rebeldes “moderados” e islamistas hasta milicias chiíes y el régimen de Assad.

La religión es su inspiración, justificación, argumento y final. Su objetivo es expandir el califato (su “Estado Islámico”) autodeclarado por Bagdadi para absorber a todas las regiones de la Tierra donde vivan musulmanes, y expandir el Islam. El Corán establece que el califato es la forma única, exclusiva, de gobierno para la humanidad, y eso es lo que quieren conseguir.

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