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Juan Colón: "Los músicos, culpables de la decadencia de la música dominicana"

El saxofonista acusa a los merengueros de calle de ser mercenarios del arte, y no artistas

SANTO DOMINGO. El reputado saxofonista Juan Colón, quien formó parte de las orquestas de Milly y sus Vecinos, Rafael Solano y Juan Luis Guerra, consideró que los propios artistas constituyen "uno de los grandes problemas de nuestra música", y deploró que por eso "las multinacionales del disco prefirieron quedarse sin artistas dominicanos".

"He trabajado con la casi totalidad de nuestros artistas y es realmente deplorable el poco nivel de profesionalismo de la mayoría de ellos", enfatizó Colón en un trabajo en el que advierte que la identidad musical dominicana está en crisis.

Colón expresó que no todos son así, pero "excepto por unas privilegiadas excepciones, caen en el patrón que voy a describir y son arrastrados por la vorágine del irrespeto".

Expresó que "tenemos muy buenos exponentes que de haber puesto algo de amor en sus grabaciones, actuaciones, elecciones de los temas, nuestro ritmo no hubiera sucumbido ante otras corrientes que también están en decadencia". "Lo duradero y lo que es pasajero en el mundo de la música se puede palpar a leguas. La música de grandes intérpretes como El Torito, Rubby Pérez, Eddy Herrera, tiene algo muy bueno, se puede escuchar, aunque con el correr del tiempo las cualidades interpretativas de los mismos han sido sustituidas y sometidas a velocidades que cuestionan sus motivaciones, especialmente cuando tocan en vivo", apuntó.

Dijo no obstante que la calidad de estos intérpretes "los hace entrar al mundo de lo duradero; siempre van a tener oyentes que los deseen escuchar; en cambio, la que es perecedera es sólo asunto de meses, y luego desaparece para siempre".

Mercenarios y no artistas

"Con los líderes del llamado merengue de calle, gracias a Dios, trabajé muy poco, pero es realmente deplorable el bajo nivel de educación de la mayoría de ellos: parecen mercenarios y no artistas. Menos mal que son sólo meteoritos fugaces. A veces me pregunto, ¿qué siente un tipo hablando, diciendo cosas incoherentes, haciendo arreglos musicales malísimos, tocándolos a velocidades impensables?", enfatizó quien dirige el grupo Jazz Latino en Nueva York.

Expresó que lo lamentable de su denuncia es que el mundo latinoamericano sólo conoce algunos intérpretes de merengue que lograron entrar en diferentes países pero se fueron despreocupando por innovarse, cayendo sus estilos en algo rutinario.

"Sólo nos queda Juan Luis Guerra a nivel internacional", expresó Colón, y agregó: "Este mal ha venido creciendo poco a poco y el culpable de ello es el propio artista. Muchos de ellos viajaron en condiciones muy desfavorables por el solo hecho de decir "estuvimos en tal sitio".

Luego los artistas dominicanos, al surgir el boom del merengue bomba en Puerto Rico, y ver el éxito de Olga Tañón, Manny Manuel, Elvis Crespo, etc., se sienten desplazados y comienzan a culpar y a acusar al artista puertorriqueño de querer robarle su identidad".

Colón se quejó de los artistas dominicanos: "También he trabajado con los artistas más populares del merengue en Puerto Rico y su trato es totalmente diferente al del artista nuestro y ni hablar de los exponentes de los últimos seis u ocho años", subrayó.

Indicó que el propio artista dominicano "no ve con buenos ojos el increíble éxito de Juan Luis Guerra, a nivel de mega estrella. En este gran artista se conjugan muchos factores que le permitieron convertirse en una súper estrella de colosal magnitud", precisó el reputado saxofonista, y agregó: "Su capacidad musical, humana y el respeto a su trabajo y a sí mismo, dieron lugar a ese fenómeno de masas".

Narró que en sus inicios Juan Luis Guerra hizo lo que todos hacen, tocar bailes y luego ir a Nueva York y áreas similares en busca de trabajo, pero no pasó mucho tiempo antes de que se diera cuenta que ese no era su norte y de "ahí se reevalúa y da un giro total hacia lo que quiere; ya pueden ver los resultados por ustedes mismos".

"En el reverso de la moneda, -insistió Colón- los grupos de merengue se quedaron tocando bailes y eso los ponía muy por debajo de las grandes figuras del arte popular en Latinoamérica.

Señaló que para ser un artista de multitudes se necesitan muchos ingredientes los cuales los combos dominicanos últimamente no han logrado por sus pobres manejos como entidades profesionales.

Sólo buscan picoteos de bailes

"Sólo buscan el picoteo de bailes semana tras semana, no logran imponer respeto internacional por sus trabajos porque no están haciendo nada por su profesión, sólo les interesa el dinero que perciben de los bailes, sin importarles donde toquen", resaltó el ex integrante de La 4-40.

Destacó el contraste con el Gran Combo de Puerto Rico, por ejemplo, que sigue triunfando cuatro décadas después de haber empezado; y agregó que "por experiencia propia sé que el respeto que se le tiene al músico es muy poco, aunque reconozco que el músico es culpable en parte de ese irrespeto, pues se contenta con que lo usen para trabajar y eso basta".

Consideró que "por todos lados la falta de dignidad y profesionalismo ha causado estragos en el mercado hasta que hemos quedado totalmente aislados y hoy sólo podemos tocarles a los dominicanos de Nueva York, Boston, New jersey, Florida, y en alguna que otra plaza en España y discoteca de algún otro país donde haya mucha concentración de dominicanos".

Colón expresa que no se puede dar marcha atrás ante esta situación, pero que, sin embargo, cree que "lo último que debemos perder es la esperanza". "Creo que con vergüenza, metas definidas y mucho trabajo en pos de la excelencia, podremos levantarnos", enfatizó el destacado saxofonista.