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El Baluarte del Conde

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El Baluarte del Conde
El Baluarte de San Genaro fue el altar donde se ofició el sacrificio de la Independencia nacional, la noche del 27 de febrero de 1844.

Data de 1543, cuando se inician las construcciones de tipo muralla como línea defensiva de la ciudad de Santo Domingo. Esta parte de la muralla fue modificada en el año de 1655, luego que ingleses, al mando de Penn y Venables, invadieron el territorio de Santo Domingo, siendo rechazados por tropas al mando del Capitán General de La Española, Bernardino de Meneses y Bracamonte, Conde de Peñalba, nombrando luego este lugar con el nombre de "La Puerta del Conde" en honor suyo.

Donde se encontraba posteriormente la Puerta del Conde, existía el Bastión de San Genaro, por lo que es posible que desde sus inicios la Puerta del Conde haya sido parte del llamado bastión.

La Puerta del Conde, tal y como la conocemos hoy, alcanza sus líneas a partir de finales del siglo XVIII, muy posiblemente durante la consolidación de la muralla Norte de la ciudad y la conversión de muchos de sus paños en zonas de defensa.

La Puerta del Conde estaba protegida por un foso que mira hacia lo que es hoy el sector de San Carlos, zona que por su altura fue siempre estratégica para cualquier ataque a la capital en el período colonial.

Desde el punto de vista de la arquitectura militar española, La Puerta del Conde es un modelo típico de la escuela de baluartes del siglo XVII de marcada influencia italiana, que se conservan en El Caribe como un legado de los principales fortificadores del siglo XVII, los imperiales autores Juan Bautista Antonelli, Juan de Tejada y J. Ruggero.

Toda su estructura está formada por sillares de piedra de cantería bien labrados.

Es de forma pentagonal, con dos caras laterales o flancos enlazados a las colinas Norte y Sur. Las otras dos forman la flecha o rastrillo que mira hacia el Occidente. En el interior, la puerta se encontraba protegida por la fachada Oeste mediante un foso seco.

Este baluarte fue el lugar escogido por los patriotas para proclamar la independencia. José Gabriel García lo cuenta de esta manera: "Conquistado por Manuel Jiménez el teniente Martín Girón, jefe de la guardia de la Puerta del Conde, se eligió el histórico baluarte para dar el grito sacrosanto de Separación, Dios, Patria y Libertad, y desplegar a los cuatro vientos la bandera de la cruz..."

Esa primera bandera, que flotó en la madrugada del 28 en la Puerta del Conde, fue confeccionada por las señoras Concepción Bona y Hernández, cuyo padre fue de los firmantes de la Manifestación del 16 de enero, y María de Jesús Pina y Benítez, hija de otro firmante de la Manifestación. Ambas eran vecinas del Baluarte y primas de María Josefa Brea, esposa de Matías Ramón Mella.

Quien izó la bandera tricolor en el Baluarte, fue Francisco del Rosario Sánchez, a quien sin duda, cabe la gloria de haber mantenido vivo el movimiento duartista ante la ausencia forzada del fundador del partido independentista, Juan Pablo Duarte, exiliado en Curazao.

Las cartas que se enviaron al general Desgrotte, comandante haitiano de la ciudad, fueron redactadas en la casa de don Juan Pina, que vive al lado del Baluarte, en "una hermosa mesa de la escuela que regentea su hijo Pedro", según uno, y en "un barril, sentado en un aparejo", según José María Serra. Las correspondencias fueron dictadas por el doctor en derecho don José María Caminero y Ferrer, al trinitario don José María Serra y Castro.

El Baluarte del Conde, convertido en símbolo de nuestra Independencia, y posteriormente su entorno fue remodelado para crear el Altar de la Patria donde se encuentran depositados los restos de los Padres de la Patria, Duarte, Sánchez y Mella.