Decenas de inmigrantes "ilegales" regresan a RD
El Consulado expide entre 15 y 25 cartas de ruta cada mes para tramitar la salida de PR
Diario Libre
San Juan, Puerto Rico. La imposibilidad de regularizar su estatus migratorio y las crecientes dificultades para conseguir trabajo, ha llevado a decenas de inmigrantes ilegales dominicanos a presentarse en las oficinas del Consulado de su país en San Juan para gestionar su salida voluntaria de Puerto Rico.
Así lo reveló Máximo Taveras, cónsul dominicano en San Juan, en entrevista exclusiva con Diario Libre. El funcionario explicó que la desesperación no solo afecta a los indocumentados, sino también a personas que residen legalmente en el país y que han perdido sus empleos o cerrado sus pequeños negocios.
"Aunque la crisis económica nos afecta a todos, no podemos negar que las personas sin documentos son las que están más desesperadas, pues tienen menos opciones para conseguir trabajo y para cubrir sus gastos de subsistencia".
Dijo que cualquiera que se ponga en los zapatos de una persona indocumentada podría imaginar la pesadilla que viven actualmente esos hombres y mujeres "que están marginados socialmente, en un país extranjero, muchas veces sin familia, sin trabajo y viviendo todos los días el temor a la deportación. Si reparamos en todo eso no resulta nada sorprende que decidan regresar a su país".
Cada mes el consulado dominicano procesa entre 15 y 25 cartas de ruta para tramitar la salida de dominicanos ilegales que desean regresar a la República Dominicana, según estadísticas de la sede.
"A estas personas se les pide una prueba que los acredite como dominicano o dominicana, lo cual pueden hacer con la presentación de una cédula de identidad, un acta de nacimiento o una licencia de conducir. Si no tienen a mano ninguno de esos documentos entonces nos comunicamos con la Junta Central Electoral para verificar sus datos de identidad", señaló Taveras.
El solicitante debe asumir el costo del boleto aéreo y pagar otros US$20 dólares por la carta de ruta, monto que en muchas ocasiones cubre el mismo Consulado.
El cónsul aclaró que los dominicanos residentes legalmente no necesitan gestionar cartas de ruta, sino que acuden a la sede consular "para informarse sobre las leyes nacionales de exención de impuestos que aplican a los dominicanos que regresan del exterior". En su gran mayoría se trata de pequeños comerciantes.
"Son personas que operaban negocios pequeños como cafeterías, comedores, salones de belleza, venta de quincallería y de ropa que tuvieron que cerrar porque no pudieron con los altos costos de la factura eléctrica y el pago de impuestos", sostuvo.
Los comerciantes vencidos por la crisis económica se acercan al consulado luego de tomar la decisión de marcharse, argumentando que "si voy a coger tanta lucha prefiero hacerlo en mi país".
Estadísticas locales dan cuenta de que en Puerto Rico viven alrededor de 300 mil dominicanos y que 50 mil de ellos permanecen como indocumentados.
Se trata de hombres y mujeres de baja escolaridad que ganan un promedio de $320 dólares semanales, la mayoría de ellos como jornaleros en el sector de la construcción, empleadas domésticas, cuidadores de ancianos, agricultores, taxistas, cocineros, vendedores al detalle y "parqueadores" en estacionamientos públicos. Los profesionales y los pequeños y medianos comerciantes son sectores minoritarios de la comunidad dominicana en Puerto Rico.
Máximo Taveras, cónsul en San Juan desde mayo del 2009, confesó estar muy preocupado por la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran actualmente cientos de dominicanos en la isla -tanto legales como indocumentados- debido a la falta empleo y de los medios económicos que les permitan cubrir sus necesidades básicas.
Sostuvo que afortunadamente el flujo de viajes ilegales hacia la isla ha disminuido en forma considerable gracias al trabajo coordinado de las autoridades federales y dominicanas.
Taveras aprovechó la conversación con Diario Libre para hacer un llamado a los hombres y mujeres de República Dominicana a que "no arriesguen sus vidas en travesías en yola, pues la situación se torna cada vez peor para los inmigrantes indocumentados que se encuentran en la isla".
"Les digo que no vale la pena porque las cosas están bien difíciles, sobre todo para las personas que no tienen papeles. En el consulado nosotros estamos atendiendo a gente que está desesperada, personas que para ayudarlas a conseguir trabajo tenemos primero que mandarlas a estudiar ", sostuvo el funcionario.
Así lo reveló Máximo Taveras, cónsul dominicano en San Juan, en entrevista exclusiva con Diario Libre. El funcionario explicó que la desesperación no solo afecta a los indocumentados, sino también a personas que residen legalmente en el país y que han perdido sus empleos o cerrado sus pequeños negocios.
"Aunque la crisis económica nos afecta a todos, no podemos negar que las personas sin documentos son las que están más desesperadas, pues tienen menos opciones para conseguir trabajo y para cubrir sus gastos de subsistencia".
Dijo que cualquiera que se ponga en los zapatos de una persona indocumentada podría imaginar la pesadilla que viven actualmente esos hombres y mujeres "que están marginados socialmente, en un país extranjero, muchas veces sin familia, sin trabajo y viviendo todos los días el temor a la deportación. Si reparamos en todo eso no resulta nada sorprende que decidan regresar a su país".
Cada mes el consulado dominicano procesa entre 15 y 25 cartas de ruta para tramitar la salida de dominicanos ilegales que desean regresar a la República Dominicana, según estadísticas de la sede.
"A estas personas se les pide una prueba que los acredite como dominicano o dominicana, lo cual pueden hacer con la presentación de una cédula de identidad, un acta de nacimiento o una licencia de conducir. Si no tienen a mano ninguno de esos documentos entonces nos comunicamos con la Junta Central Electoral para verificar sus datos de identidad", señaló Taveras.
El solicitante debe asumir el costo del boleto aéreo y pagar otros US$20 dólares por la carta de ruta, monto que en muchas ocasiones cubre el mismo Consulado.
El cónsul aclaró que los dominicanos residentes legalmente no necesitan gestionar cartas de ruta, sino que acuden a la sede consular "para informarse sobre las leyes nacionales de exención de impuestos que aplican a los dominicanos que regresan del exterior". En su gran mayoría se trata de pequeños comerciantes.
"Son personas que operaban negocios pequeños como cafeterías, comedores, salones de belleza, venta de quincallería y de ropa que tuvieron que cerrar porque no pudieron con los altos costos de la factura eléctrica y el pago de impuestos", sostuvo.
Los comerciantes vencidos por la crisis económica se acercan al consulado luego de tomar la decisión de marcharse, argumentando que "si voy a coger tanta lucha prefiero hacerlo en mi país".
Estadísticas locales dan cuenta de que en Puerto Rico viven alrededor de 300 mil dominicanos y que 50 mil de ellos permanecen como indocumentados.
Se trata de hombres y mujeres de baja escolaridad que ganan un promedio de $320 dólares semanales, la mayoría de ellos como jornaleros en el sector de la construcción, empleadas domésticas, cuidadores de ancianos, agricultores, taxistas, cocineros, vendedores al detalle y "parqueadores" en estacionamientos públicos. Los profesionales y los pequeños y medianos comerciantes son sectores minoritarios de la comunidad dominicana en Puerto Rico.
Máximo Taveras, cónsul en San Juan desde mayo del 2009, confesó estar muy preocupado por la situación de vulnerabilidad en la que se encuentran actualmente cientos de dominicanos en la isla -tanto legales como indocumentados- debido a la falta empleo y de los medios económicos que les permitan cubrir sus necesidades básicas.
Sostuvo que afortunadamente el flujo de viajes ilegales hacia la isla ha disminuido en forma considerable gracias al trabajo coordinado de las autoridades federales y dominicanas.
Taveras aprovechó la conversación con Diario Libre para hacer un llamado a los hombres y mujeres de República Dominicana a que "no arriesguen sus vidas en travesías en yola, pues la situación se torna cada vez peor para los inmigrantes indocumentados que se encuentran en la isla".
"Les digo que no vale la pena porque las cosas están bien difíciles, sobre todo para las personas que no tienen papeles. En el consulado nosotros estamos atendiendo a gente que está desesperada, personas que para ayudarlas a conseguir trabajo tenemos primero que mandarlas a estudiar ", sostuvo el funcionario.
Diario Libre
Continuar con Google