Mujeres al desnudo; una obra que todos deben ver

SANTO DOMINGO. Con "Mujeres al desnudo", cuyo debut nacional fue este fin de semana en la Sala Ravelo del Teatro Nacional, la actriz dominicana afincada en Nueva York, Marilú Acosta -a quien le quitaron el Casandra como mejor actriz de cine, por su rol en Hermafrodita, para dárselo a Michelle Rodríguez por Trópico...- toma un lugar preponderante dentro del panteón nacional de divinidades de la escena.

Corran allá, estudiantes de actuación, directores, productores, aspirantes; corran el próximo fin de semana igual colegas del periodismo de espectáculos, mujeres abusadas, hombres abusadores. La Sala Ravelo coge poco público y "Mujeres al desnudo" merece ser vista en todos los rincones del país.

El tema es la violencia contra la mujer, y para ello Marilú Acosta, en su múltiple rol de autora, productora general, directora y actriz principal, se apoya en 11 personajes en los que se desdobla -2 de ellos masculinos-, de diferentes culturas, países y variantes del español, más allá de un semidesnudo que hace, donde la vista va del morbo al dolor.

Con apoyo visual en pantalla gigante, una escenografía minimalista, y una sorprendente fuerza en escena, entre drama y jocosidad, Marilú Acosta se sienta en la silla turca de la memoria y de las conciencias.