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Mirando a Trujillo hoy y 50 años atrás

El próximo lunes 30 de mayo se recuerda su ajusticiamiento

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Mirando a Trujillo hoy y 50 años atrás
Trujillo continúa siendo tema en la sociedad dominicana.
SD. En la sala de su casa, ubicada en un paraje de Gaspar Hernández, Juliana Almonte, de 85 años, exhibe una foto del dictador Rafael Leónidas Trujillo Molina.

Durante una etapa de los 31 años que duró su tiranía, era obligatorio exhibir una "chapita" que decía: "En esta casa Trujillo es el Jefe". Pero, ¿por qué lucir aún la imagen del considerado autor de una de las tiranías más sangrientas de América Latina?

"Es de recuerdo, para el que no lo vio", responde Juliana. Recogía cacao cuando le dijeron: "mataron al Jefe". De inmediato ella y sus vecinos se encerraron en sus casas asustados. "Creía que se iba a armar una guerra", dice.

Ese día fue posterior al 30 de mayo de 1961, cuando alrededor de las 9:45 de la noche, en la autopista que conduce a San Cristóbal (hoy 30 de Mayo), se produjo el ajusticiamiento de Trujillo en medio de un tiroteo, plan orquestado por conjurados reconocidos hoy como héroes. Con ese hecho se marcó el el fin de su Era para dar paso a la democracia y profundos cambios sociales.

La estela de asesinatos -hay quienes aseguran fueron 50 mil-, torturas, persecuciones y exilios que sufrieron los opositores al régimen, apoyado por el Servicio de Inteligencia Militar, y la vigilancia y orden público impuesto bajo el temor, como la educación obligatoria, siguen marcando esa época, cuyas "reglas" no todas eran malas, pues propiciaron un aparente nuevo orden económico en el país.

"Era bueno porque cuando Trujillo, tú te podías acostar en la carretera con un millón de pesos, pero esa matanza no", comenta Juliana.

El próximo lunes se cumplen 50 años de la muerte del dictador. En ese tiempo, la República Dominicana ha logrado paliar la pobreza en que estaba sumida. El censo de 1935 arrojó 1,480,000 personas y la cifra preliminar del de 2010 da cuenta de 9.3 millones. Para la época trujillista, el centro del poder económico y social se trasladó a la Capital, desplazando a Santiago y Puerto Plata. Hoy, Santiago es el segundo núcleo económico con 36.9% de la empleomanía nacional y aporta el 62.9% de la producción agrícola.

La democracia va consolidándose y ha mejorado el sistema judicial con un mayor respeto hacia los derechos, pero sigue habiendo tropiezos en materia de seguridad ciudadana. El sistema electoral es más democrático, fortaleciéndose con el derecho al voto y la libertad partidaria.

A la seguridad social le falta superarse. Se critica que el sector privado dirija parte importante del renglón salud y un 45% de la población aún no se beneficie. Trujillo hizo incipientes pasos en ese tema al establecer mediante Ley que el Estado asegurara a sus empleados contra accidentes, pérdidas de fondos públicos y otros.

Medio siglo después de la dictadura, persiste el empleo informal en el 56% de los económicamente activos, que Juan Bosch en su libro "Composición Social Dominicana" (1981) describe como "chiriperos". El fallecido expresidente e historiador, los define como el resultado de que cientos de millares de campesinos se quedaron sin tierras y fueros desplazados hacia el proletariado.

También, persiste el clientelismo político que, según Bosch, surgió por la tardía aparición de la burguesía industrial que condujo a la existencia de una mayoría de trabajadores en el sector público durante la dictadura.

Aunque muchas políticas monetarias y de infraestructura hechas por Trujillo perseguían su beneficio, es recordado por la bonanza económica que logró y sus construcciones que permitieron ir sacando del atraso a la sociedad, agravado tras el ciclón San Zenón (1930).

El Puerto de Santo Domingo, los bancos Central, De Reservas y Agrícola e Hipotecario, la constitución del Peso dominicano, la liberalización del control norteamericano de la aduana, el establecimiento de industrias y la construcción de la Feria Ganadera, Bellas Artes, del Palacio de Correos y del edificio del Ministerio de Educación, son parte de su legado.

El poderoso dictador

La ausencia de una burguesía nacional que le hiciera frente "permitió a Trujillo convertirse a un tiempo en el amo del poder político, del militar y del económico", cita Bosch.

El generalísimo sólo fue Presidente de 1930 a1938 y 1942 a1952. Los demás periodos hasta 1961 gobernó detrás de presidentes "títeres" para mantener una imagen internacional.

El tercero de 11 hijos y oriundo de San Cristóbal, ascendió rápidamente en la entonces Guardia Nacional. Fue ideólogo del derrocamiento del presidente Horacio Vásquez, llegando luego a ser Presidente en 1930 en unas elecciones consideradas fraudulentas y precedidas por una campaña electoral de terror conducida por la banda paramilitar "La 42".

A sus 83 años edad, el alférez de navío pensionado, Manuel Jiménez, recuerda que tenía 24 cuando voluntariamente ingresó a la milicia. "Yo vi a Trujillo de cerca cuando se inauguró la Feria (de la Paz y la Confraternidad), eso fue el 20 de diciembre de 1955, y yo formaba parte del batallón que rindió honores a Trujillo", dice.

¿Qué sintió cuando mataron al dictador? "Francamente lo sentí porque sentía admiración por él", responde, aunque aclara que no compartía su ideología opresora.

Trujillo sigue siendo tema de imnumerables obras literarias, películas, conferencias, exposiciones y serios debates. Y es que pese a la mancha roja que cubre su largo mandato, las luchas fracasadas o victoriosas contra su régimen, son ponderadas.

"Ha valido profundamente la pena, solo que... son los pueblos mismos los que tienen que resolver las contradicciones que se dan entre el bien deseado con aquellas luchas y los males que existen hoy, como es el caso de la corrupción, como es el caso del narcotráfico, como es el caso de la violencia", dice Andrés Fortunato, presidente de la Fundación de Militares Constitucionalistas.

"La crisis en la República Dominicana no ha terminado, eso sigue todavía, porque no se ha cumplido con las expectativas que se tenían después que muriera Trujillo", concluye Manuel.